Simón Bolívar, conocido popularmente como ‘El Libertador’, murió el 17 de diciembre de 1830 por tuberculosis y fiebre tifoidea. El terrateniente, político y militar venezolano es recordado como el principal promotor de la independencia de las colonias americanas del Imperio español y el paso del tiempo le ha convertido en un icono latinoamericano.
Descendiente de criollos e hijo de un aristócrata caraqueño, quedó huérfano a muy corta edad y pasó su niñez pasando de un hogar a otro. Bolívar encontró en la figura de su tutor, Simón Rodríguez, algo más que un maestro y acabó dejando atrás su carácter rebelde para convertirse en un joven formado e inteligente. Viajó durante años por las principales capitales europeas y en Roma, en el monte Aventino, proclamaría lo que se conoce como ‘Juramento Sagrado’ por el cual se comprometería a conseguir la independencia de las entonces colonias del caduco Imperio español. Bolívar comenzaría su cruzada personal en 1806, cuando regresó a Venezuela y se unió a las fuerzas del general Miranda para dar lugar a un levantamiento contra los españoles.
El apoyo de la aristocracia criolla, que buscaba tener una mayor independencia económica y control sobre la política del país y la habilidad estratégica de Bolívar le sirvieron para obtener grandes victorias casi desde el principio. Además, en 1808 estalló en España la Guerra de la Independencia contra la invasión napoleónica y el gobierno que allí se formó no prestó atención ni proporcionó suficientes recursos como para frenar el movimiento independentista. En unas dos décadas Bolívar propició, de forma directa o indirecta, la independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela y la reorganización de los territorios de Perú.
Desde entonces, y contribuyendo su muerte a una temprana edad a su leyenda, Simón Bolívar ha sido considerado un héroe latinoamericano y son muchos los países y gobiernos de todas las ideologías que se han referido o han utilizado su figura.