Los picones al buceo

Martes, 24/03/2020 04:13 PM

"Todo está en la palabra…una idea entera se cambia porque una palabra se traslada de sitio; o porque otra se sentó como una reinita y que le obedeció (…)" Pablo Neruda, Chileno.

 

A cada llegada de una generación, van surgiendo nuevos modismos en nuestra comunicación; y desapareciendo o extinguiéndose otros. Una persona nacida, después de la década de los 80, del Siglo pasado; quizá le suene extraña una palabra, un refrán, un chiste de la época de los vetustos que llegamos al mundo, en la década de los años 50. Soy del pensar, que cada generación, va adaptándose a las nuevas formas de comunicarse; tomando en consideración, sus significantes y significados. Hasta en los periódicos, se cuelan por todas partes la influencia de muchas voces. La publicidad, tan tenaz e invasora, con sus promociones latentes ha contribuido, en cierta medida, a diseminar nuevos vocablos; dejando sepultados a aquellos, que en una generación tuvieron vida en nuestros modismos y neologismos, en nuestras formas de expresarnos y entendernos ¡Cuántas palabras, frases hay, que ya no se escuchan!

De lo anterior, es bueno resaltar algunas anécdotas propias, otras hurtadas, con relación a ciertas palabras que forman parte de lo que aquí se habla, veamos: Siendo niño, a principios de los años 60, en el barrio donde me crié, a veces las muchachas de la época, se peleaban, bien fuera por un chisme ajeno, o porque fulanita se levantó al novio de perencejita. Para esa época, que recuerde, no estaba de moda, aún, los pantalones en las féminas; por lo que imperaba el uso de los vestidos. Estos, siempre se extendían más abajo de las rodillas. Si alguna moza se atrevía a llevarlos más arriba, se escuchaba a su progenitora o a la tía señorita, decirle: "-¿¡Muchacha, a quién va usted a exhibirle las canillas, no ve que abunda mucho pájaro bravo por ahí!?". Cierto día, como uno de tantos, dos chicas se peleaban, no sé por qué, los muchachos que veían la trifulca, desde lejito, empezaban a gritar a viva voz: "¡Una pelea entre fulanita y menganita!"

El llamado de lo anterior, venía acompañado, en una sola voz, de la expresión "¡Vamos a ver Picón!" aquello consistía en verle ciertas partes del cuerpo a las muchachas. Como es obvio, además de halarse las greñas, se rasgaban los vestidos, quedando expuestas ciertas zonas corporales, que éllas por la furia y la agresividad con que peleaban, inconscientemente, cuenta no se daban. La cándida mirada de los párvulos, se confundía con risas escondidas, ante los cuerpos de las muchachas. Los niños con ingenuas tertulias se les oía emocionados: ¡Eran amarillas, no, eran anaranjadas, eran rosadas, no chico, eran blancas (…)! Y en un sinfín de colores, donde se mezclaban la ingenuidad y la candidez de los infantes, quienes se dispersaban cada uno a sus casas a contarles a sus padres o a sus hermanos mayores lo sucedido. En muchas ocasiones, estas Evas, después se hacían amigas, andando para arriba y abajo..

Con el transcurrir de los años, ya el Picón, ha dejado de escucharse. Ha sido suplantado por otro vocablo, aunque es un significante, contiene el mismo significado: El término Buceo. No precisamente con traje, chapaleta y bombonas. Aunque en esta época, aún, existen damas muy conservadoras, eso es incuestionable, la palabra Buceo no deja de hacer su aparición. En el ejercicio de mis funciones, con mucha regularidad, les escuchaba decir a algunas empleadas, unas a otras, silenciosa y discretamente: "A fulanito, estaba enseñándole el trabajo que me mandó, no te fijaste cómo me buceaba"; y con argumentos inaudibles continuaban sus faenas. En muchas oportunidades, llegué a ver publicado en la entrada de muchas instituciones. "Prohibido la entrada con Escotes". Bueno, ya para cerrar, estos léxicos han formado parte de nuestra convivencia criolla, que ha marcado generaciones en el lenguaje, como las de los picones y el buceo..

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