Cuento o razón
La lluvia le asomó una sonrisa a las plantas
Por: Emigdio Malaver
Domingo, 21/06/2020 09:36 AM
Las caricias de la llovizna, hicieron que en los cerros aledaños del conuco del periodista, los puy (especie o familia de Araguaney) lucieran su vestimenta de oro como para saludar con una sonrisa a la reciente lluvia que llegó como la misma bendición del empíreo.
El perro Pipo, fiel amigo de Juancho Marcano, lo observaba y conociéndolo bien, entendía sus pensamientos, sin embargo, preguntó:
- ¿Qué te pareció la lluvia Juancho?
- La lluvia, Pipo, en estas tierras y sobre todo en este pueblo de la Tacarigua de Margarita, siempre será bienvenida, pero, claro, que sean moderadas y no causen daños ni a humanos, plantas y animales.
- Pero no te veo tan alegre, a pesar de la lluvia, comentó el perro.
- Si supieras que estoy alegre, pero no tanto como debiera, pues el chubasco no fue lo suficiente para mojar el suelo para que las plantas se recuperen de tan profunda puñalada que le ha clavado tan terrible sequía que hemos vivido en los últimos años.
- Pero yo vi a tu amigo Evaristo sembrando ayer maíz.
- Bueno Pipo, cada quien se arriesga y siembra, pues él que lo hace debe tener fe que va a llover, por eso a él y a todos los que de una u otra forma, sembraron en sus conucos, les deseo que les vaya bien, gracias a futuros aguaceros que Dios nos tenga para regar estas tierras fértiles, pero que han estado sedientas.
La conversa es interrumpida por una bandada de periquitos que al parecer buscaban como tomar agua en los envases que Juancho los surte para que las aves lleguen a saciar la sed que le produce el estío.
Por eso el periodista y Pipo, decidieron regresar a casa y dejaron que las aves tomaran agua y hasta se bañaran.