Ligeras reflexiones

Quien no ama su cultura popular tradicional; no quiere a Venezuela

Sábado, 19/12/2020 01:26 PM

El Diccionario de la Real Academia Española (Drae), en una de sus tantas acepciones, nos define el término cultura popular, así: "Conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo". Esta definición podríamos interpretarla como un proceso que está plasmado en el tiempo, fundamentado en la interacción del ser humano con el entorno que lo rodea, su medio ambiente. Ámbito que permite a los habitantes proporcionar respuestas a sus elementos de supervivencia, modos de vida, costumbres que no se implementaron de un día para otro, con el sano propósito de hablar en un sentido, un por qué a su existencia. El hombre como ente acucioso, escudriñador de su medio; se ha motivado a explorar, interpretar, indagar en relación al universo que lo rodea; y en esa actitud inconforme –piensa este bípedo mortal- ha pretendido formularse conjeturas y entablar comunicación con sus semejantes. A mi modo de ver, quien no ama a su país; no puede vivir en las entrañas de su cultura. No ama a su madre.

Visto así las cosas, allende la comunicación con sus semejantes, creo que el ser humano ha aprendido a dialogar consigo mismo; y expresar sus sentimientos, sus percepciones, a través de diferentes medios; y en ese ir y devenir, ha dejado sus huellas culturales; y surcos para que su obra, su cultura no se extravíe en el tiempo. Y a las generaciones que les corresponda proseguirlas, no caigan en el anzuelo de culturas foráneas que distorsionen, que desfiguren culturalmente lo nuestro; sin menoscabo de apreciar y valorar costumbres que aporten un verdadero valor a nuestra identidad como venezolanos; y que no se vean subsumidas en el asesinato de la memoria colectiva (Memoricidio). En mi opinión, a esto le otorgo un valor significativo; ya que la cultura es la suma de la conciencia de cada compatriota que se ha profundizado por la experiencia masiva de un pueblo con el arraigo de un amplio sentido temporal y espacial. Precisamente, el tiempo y la geografía son determinantes, comenzando, si se quiere, desde la cultura local.

Ahora bien, soy partidario de respetar los contenidos y significados de aquellos elementos culturales que son de dominio universal que son compartidos con otras regiones; y como todos sabemos; llegan a nuestros sentidos por disímiles medios masivos de comunicación e información. Según los estudiosos en la materia –no pretendo ser un intruso en estas competencias- son los que corresponden a la cultura popular no-tradicional: El internet, el cine y la televisión, son los vehículos por los cuales lo recibimos. En mi opinión, la transmisión de esas culturas que nos llegan, muchas veces, no se acoplan a nuestras realidades; de ahí la anomia en nuestros comportamientos que se ve reflejada en la tergiversación de nuestras genuinas costumbres, sobre todo, en este entorno cambiante, donde el elemento transculturación deberá ser asumido con mucha responsabilidad por la sociedad; y que no le mate su memoria colectiva. No permitamos que culturas foráneas deformen las nuestras, en especial, nuestras culturas tradicionales.

Como de costumbre, ya para cerrar, nuestra amada Venezuela posee una variedad de riqueza cultural, nada fortuita. Se debe a una gran mezcla de razas (Mestizaje) que como se sabe por Raymundo y tutilimundi, es proveniente de diferentes contextos culturales: Todos estos hechos culturales se entretejieron en el tiempo, para darnos una fisonomía cultural en nuestras costumbres populares, como el caso de la Parranda de San Pedro. Cuenta la leyenda: …"en la ´poca de la colonia, la esclava María Ignacia prometió al santo bailar y cantar San Pedro por las calles si le sanaba a su hija enferma. Al mejorar la niña, María Ignacia cumplió la promesa, comprometiendo a su esposo continuar con la tradición al ella morir. Así, después que ella murió, el esposo se vestía de mujer, para llenar el lugar de María Ignacia y bailar en homenaje a San Pedro"… (Carol Cañizales Antropóloga). Fiestas típicas en el estado Miranda. De todo esto, me atrevo a decir a todo pulmón: Quien no ama su cultura popular; no quiere a Venezuela.

Seguimos viéndonos en la próxima parranda.

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