Este domingo Venezuela se vuelve a regocijar por el natalicio, en Caracas, de Francisco de Miranda. Un personaje de las dimensiones de nuestro Generalísimo otorga brillo y fuerza a la tierra natal.
Aparte de sus viajes, sus estudios, sus aportes a tres revoluciones, Estados Unidos, Francia y Venezuela, y de su influyente paso por otras naciones del mundo, incluyendo a Rusia, Francisco de Miranda fue lo que podríamos llamar ahora un sólido intelectual. Y además de eso fue músico, y manifestó una fuerte inclinación por la flauta, y hay constancia de la adquisición de varias, y además de la compra de libros de estudio de la misma y de numerosas partituras, incluyendo lecciones para el instrumento.
José Antonio Calcaño, en su obra "La ciudad y su música" reconoce a El Precursor como un flautista conocedor del instrumento. Y dice que Miranda aprendió la flauta en Caracas, y que era un melómano. Escribe Calcaño: Al llegar a España en su primer viaje, cuando tenía veinte años, vio en un museo de Madrid una pequeña figura mecánica de un flautista, y anota en su diario que la figura y sus movimientos están concebidos de una manera muy realista, puesto que hace los movimientos de cabeza indispensables para poder sonar la flauta. En efecto, todo flautista tiene que forzosamente mover la cabeza hacia atrás para tomar aliento, pero esta circunstancia no la conoce quien no haya tocado ese instrumento.
Otros investigadores sostienen que Miranda se encontró con la flauta cuando viajó a Europa hacia 1771. El Maestro Ignacio Barreto, reputado investigador y músico, y amigo también, me dice, al consultarle: "La verdad es que yo creo que comenzó a tocarla a partir de sus viajes. Las partituras que tenia en su poder las adquirió en Europa. En Austria estuvo en el castillo de los Eszterhazy y allí conoció a Haydn e intercambiaron opiniones sobre algunos músicos. No sé nada de su formación pero debió haber sido autodidacta. También la flauta la adquirió en el viejo continente". El también Maestro Diego Silva Silva me indica que para la época juvenil de Miranda, antes de irse a Europa cuando tenía 20 años, había en Caracas flautistas, academias y obviamente, flautas. El padre del destacado músico Juan Meserón era un flautista francés, Alejandro Mezeron, contemporáneo de Miranda, y además profesor de flauta. Se pudiera pensar entonces que Miranda conoció y se acercó a la flauta en Caracas y perfeccionó sus conocimientos en Europa.
Lo que sí se siente a propósito del aniversario 271 del natalicio de Francisco de Miranda es que debemos indagar en esa historia cultural y musical, pues ella es hilo de una madeja que nos está llamando a desenredarla.
A los efectos de empalmar con nuestra historia musical independentista recomendamos el apasionante libro "El Pentagram y la Espada" de Diego Silva Silva; para hurgar un poco en las historias de Caracas "La ciudad y su música" de José Antonio Calcaño; Para 'ver' a Miranda en otra dimensión la obra de Denzil Romero "La tragedia del Generalísimo", y buscar "Miranda y la música", del historiador Edgardo Mondolfi y el trabajo de Miguel Castillo Didier acerca de Miranda y su biblioteca musical, recomendado por Ignacio Barreto.
Miranda, Historia, Independencia, Música y Arte. Hay muchas tareas para preservar nuestra identidad, e inclusive para reconectar con ella, y ésta es una que no debemos olvidar.