Dos colibríes se mostraban contentos y bebían de la copa roja que le brindaban las ixoras del jardín, las cuales estaban sonrientes porque una onda tropical trajo como secuela, unos chubascos que le dibujaron una sonrisa a las plantas.
El periodista Juancho Marcano, en vista del vendaval presente, barría y recogía las hojas regadas por el piso del garaje, en el cual también estaba el perro Pipo, observando a Juancho, quien después de atender a unos jóvenes en el portón que trajeron un afiche del Corazón de Jesús, parecía que hablaba solo, por tal motivo, el can para matar la curiosidad, interrogó al periodista que estaba dedicado a su tarea.
- Juancho, no sé, pero me da la impresión que te oí decir unas palabras, después que hablaste con los muchachos en el portón, ¿estoy en lo cierto?
El reportero que no esperaba que Pipo lo interrumpiera y menos se imaginaba que lo iba a hacer sobre tal asunto, lo observó, como diciendo, tú eres tremendo perrito, y después comentó;
"Sí, Pipo, pasó que pensaba en voz alta, pues ya llegó junio y con este mes llegan los días del Corazón de Jesús, el patrón de la Tacarigua de Margarita, cuya imagen ya tiene más de 120 años en el poblado, bajo el cuido, la fe y la devoción de los lugareños que han hecho del santo, su guía y su ayuda en la vida cotidiana y en los momentos difíciles. Esta imagen, Pipo, es querida por todos los habitantes, y significa unión, paz y esperanza".
El perro oyó la respuesta y luego preguntó: ¿Pero te da como nostalgia estos días?
- Claro, mi estimado amigo, pues las festividades del sagrado Corazón de Jesús, siempre fueron para el reencuentro de los amigos que viven lejos y venían para esas fiestas y todo era alegría, compartir y recordar aquellos tiempos de nuestra infancia donde andábamos en la procesión, luciendo nuestra ropita nueva, tanto hembras como varones. De verdad que era únicos aquellos momentos. Inigualables y hoy nostálgicos, Pipo. Pero ahora esta pandemia, fusiló a aquellos instantes.
El perro, en vista de que el periodista ya se iba a poner nostálgico, y no le gusta que se ponga así, cambió la conversación y se puso a ayudar a Juancho a recoger las hojas.