Solíamos conversar mucho con el inolvidable músico y amigo Dervis Romero en torno a la obra de Juan de Dios Martínez, zulianos ambos.
Nelly Ramos, hermana y amiga, y compañera de Dervis, sabía que cuando nombrábamos a Juan de Dios el asunto iba para largo… y ponía a enfriar cervezas, que siempre fueron “Regional”.
Dervis Romero no contenía la emoción cuando hablaba de Juan de Dios. “Imagina lo importante que es una abuela con sentido de pertenencia, porque Juan de Dios me contaba que fue su abuela la que le dio el santo y seña para que apuntara todo lo que le escuchara a los viejos de su pueblo”. Y su pueblo era Bobures, cuyo nombre paradójicamente es de origen indígena. Asentado al sur del Lago de Maracaibo, Bobures es un pueblo con cultura e identidad propias, heredadas fundamentalmente de los esclavizados que fueron trasladados a la zona para explotarlos en diversas plantaciones. Juan de Dios dejó señalado que con los originarios Bobures los españoles se ensañaron porque eran los más pacíficos de toda esa región. “Los salvajes fueron los europeos” apuntó Juan de Dios en una de sus obras. Y es que Juan de Dios Martínez no solo se dedicó a sistematizar lo que le contaron los viejos de su pueblo sino que gracias a su formación como investigador, escudriñó todas las fuentes que apuntaron a la formación de las culturas de su tierra.
Es tan inmenso y calificado el aporte de Juan de Dios, líder del legendario grupo “Ajé” y autor de más de 15 libros en torno al tema afrovenezolano, que la Unesco le reconoció en 1997 como Experto Latinoamericano en Culturas Africanas.
Juan de Dios se visibilizó por él mismo. No fue un sumiso cultural y su obra lo refleja.
A 16 años de su partida física le recordamos con admiración, agradecida hasta la eternidad a Dervis Romero por presentármelo, en cuerpo y en obra.
Chimbángueles para él.
@lildelvalle