La loca Luz Caraballo, la verdadera

Jueves, 19/05/2022 01:15 PM

Está historia es la verdadera y por cierto algo trágica y verdadera de la propia Loca no la otra loca Pre y Pos candidata tarifada de la USAID y de la NED. Pero hoy como todos los días, los niños la recitan para los turistas al pie de su estatua allá en la Ciudad de los Caballeros.  

La loca Luz Caraballo es de un personaje de la cultura popular venezolana de la región de los Andes, especialmente del Estado Mérida, e inmortalizada en la literatura por el escritor y poeta Andrés Eloy Blanco. Es común oír en las voces de los niños andinos, que suelen recitar el poema para los turistas que se acercan a la estatua erigida en recuerdo del popular personaje, el poema va rápido y sin pausas, por lo que resulta casi una proeza entenderlo y el oyente debe poner mucha atención.

Históricamente el legendario personaje es conocido por tradición oral de los pueblos y localidades de Timotes, Mucutujote, Chachopo y Apartaderos. Es la historia de una mujer que enloqueció luego de que su marido, Lesmes, es reclutado se va a la guerra de independencia. Otras versiones cuentan que, simplemente, la dejó.  Pero la tragedia no termina allí: también pierde a sus cinco hijos, dos de los cuales también se van a la guerra con Simón Bolívar –el hombre a caballo que menciona el poema- cayendo en combate. Empero, hay recopiladores que aseguran que sólo tuvo dos hijos, un varón y una hembra. Por lo tanto, los cinco hijos que relata el poema de Andrés Eloy Blanco serían ficticios.

Desde entonces, esta mujer enloquecida permanece penando por todo el páramo, de Chachopo a Apartaderos, buscando a los hijos que perdió. Se cuenta que, al momento que los españoles pidieron saber el rumbo de Bolívar, Caraballo señala la dirección equivocada, dando así un falso indicio del destino de sus hijos y del Libertador. ¿Instinto protector hacia sus hijos, en medio del delirio? Quién sabe…

Y el personaje de Luz Caraballo parece un nombre de leyenda al no existir documentos ni memorias sobre alguien que se llamase como tal en la región. El nombre fue dado por Andrés Eloy Blanco a una mujer considerada como «loca» en las zonas aledañas a Timotes, el pueblo dónde Juan Vicente Gómez confinó al escritor en 1932, durante su dictadura.

Hay académicos que sostienen que el personaje podría referirse a «Lesmichimío», una mujer de Timotes a quien conoció Andrés Eloy Blanco. Sin embargo, hay varios historiadores de mi Universidad de Los Andes que le dan como nombre a la mujer de Blasa Ramírez, conocida como «la loca Blasa», habitante de la aldea de El Cacho y recordada por algunos ancianos por su errante caminar entre los pueblos de la zona. Blasa es otra persona distinta a Lesmichimío y murió el 11 de noviembre de 1955; no se le conoció marido ni hijos, lo que difiere de  la narrativa de Andrés Eloy Blanco, coincidiendo solo en sus travesías.

Cuentan que sus famosos desvaríos, solía extraviarse en los caminos de los Andes y pobladores del área la ayudaban a regresar a su casa. En 1927, a los 42 años, salió por última vez de su casa para nunca más regresar. Familiares, amigos y gente de comunidades vecinas se dieron a la tarea de buscarla por atajos y veredas y no se le encontró, ni viva ni muerta. Simplemente desapareció.

Aldeanos y campesinos llenaron de mitos los caminos de sus andanzas, creando huellas y seguros de verla en presencia fantasiosa como un ánima en pena, razón por la cual se convirtió en leyenda.

Tal es la trascendencia de este personaje que en el «Parque loca Luz Caraballo», a 3.473 msnm, el cual es patrimonio edificado del Estado Mérida, se encuentra la esfinge de Luz Caraballo; una mujer con harapos largos, cabellera descuidada y el brazo alzado apuntando al horizonte con un dedo en alto, como indicando la ruta que debían seguir los españoles. También en el mismo lugar se encuentra el «Museo-Antigüedades La Loca Luz Caraballo», donde se exhiben objetos pertenecientes a ella, además de piezas coloniales del momento.

El poeta Andrés Eloy Blanco no solo asume que el marido la dejó y ella quedó deshecha, el solo hecho que sugeriría una semejanza entre Luz Caraballo y la Penélope que espera, contra toda esperanza, que llegue  un tren de donde baje su amado.

El archifamoso poema se titula «Palabreo de la loca Luz Caraballo». Es triste pero de gran hermosura. Su letra es la que sigue: Tu De Chachopo a Apartaderos/Caminas Luz Caraballo/con violetitas de mayo con carneritos de enero/Inviernos del ventisquero farallón de los veranos con fríos cordilleranos entre riscos y ajetreos se te van poniendo feos los deditos de tus manos/ La cumbre te circunscribe al solo aliento del nombre lo que te queda del hombre que quien sabe donde vive/Cinco años que no te escribe/Diez años que no lo ves y entre golpes y traspiés persiguiendo tus ovejos se te van poniendo viejos los deditos de tus pies/El hambre lleva en sus cachos algodón de sus corderos tu ilusión cuenta sombreros mientras tú cuentas muchachos una hembra y cuatro machos/Subida, bajada y brinco y cuando pide tu ahínco frailejón para olvidarte la angustia se te reparte uno, dos, tres, cuatro, cinco./Tu hija está en un serrallo dos hijos se te murieron los otros dos se te fueron detrás de un hombre a caballo. La Loca Luz Caraballo dice el decreto del juez porque te encontró una vez sin hijos y sin carneros contanditos los luceros seis, siete, ocho, nueve, diez.   

En realidad está es la propia “Loca” que tiene hasta un poema original, no una loca interina como algunos de sus seguidores la conocen o el Tío del Norte creo que aún apuesta por tan desequilibrado personaje, pero así son las cosas.

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