El enigmático jesuita del café venezolano

Martes, 14/06/2022 02:31 PM

Preludio.

Hay seres humanos, marcados por su propio destino a realizar grandes cosas, muchas veces sin saber que serian pioneros, precursores, iniciadores, promotores. Es así, como el sacerdote jesuita José Gumilla fue el primer emprendedor del proceso del café en la Capitanía General de Venezuela y que esta decidida iniciativa va generar muchas actividades para la agricultura, el comercio, la industria y los consumidores. Además de que la bebida del café, después del agua es la segunda mas consumida mundialmente. Es extraño, ignoro si en Venezuela alguna de las 345 marcas de café que hay, alguna lleva el nombre de café Gumilla o si en los 365 días, que tiene el año, un día es apartado para brindarle un gran reconocimiento a este resuelto y decidido jesuita. Además creo, que fue el primer europeo que más navego al rio Orinoco.

1686, nace un 3 de mayo en Carcér, hoy ciudad de Valencia- Reino De España.

1702, inicia su noviciado como jesuita o estudio para sacerdote.

1706, viaja a la Nueva Granada, hoy la República de Colombia. Hoy tercer país del mundo exportador de café. Ahí termina sus estudios y se ordena como sacerdote.

1730, asume como misionero en la rivera del rio Orinoco y Caroní. Y en su libro el Orinoco Ilustrado y defendido escribe o relata lo siguiente: "El café, fruto tan apreciable, yo mismo hice la prueba, lo sembré, y a propósito para dar cosechas de este fruto".

Es casi seguro, que es la primera vez que aparece el nombre de café sembrado en Venezuela, traído del Brasil, que a su vez venia de Surinan Y De Cayena, Guayana Francesa para la época.

La semilla o grano sembrado por el jesuita José Gumilla en las riveras del rio Orinoco fue el grano la Típica.

1738, regresa a Europa. Y ocupa diferentes cargos entre los jesuitas en Madrid y Roma.

1741, aparece en Madrid, la primera edición del libro El Orinoco Ilustrado.

1745, se imprime la segunda edición del libro de dos volúmenes de 800 páginas.

1746, regresa al Orinoco.

1750, julio 16, desaparece este enigmático sacerdote jesuita. Se dice que sus últimos años vivió meditando y buscando a Dios, en esta tierra prometida. Para esta corriente jesuita, Europa había llegado al fin de los tiempos de apocalipsis. Y América era la Jerusalén prometida por Dios.

Es bueno resaltar, que este jesuita, se había dado a la tarea de construir en las riveras del Orinoco, su propio Eden o paraíso terrenal. Mantenía la tesis en teoría y practica de que los indígenas, sus almas tenían que ser salvadas y colocadas al servicio de Dios. Igual era con las damas que se dedicaban al trabajo social en la zona o pueblos aledaños al rio Orinoco, de la misma manera de los hombres malos.

Este sacerdote, filosofo, teólogo, escritor, carpintero, albañil, abogado, medico, en su "mapa" mental, acumulo muchas experiencias, ideas, creencias, criterios, y valores que constituyen su personalidad y esto guste o no guste, hay que respetarlo, era su visión parcial y limitada para la época.

El entrar en contacto para la época, con una cultura diferente, la ideología, las circunstancias, los significados, tradiciones, hizo que se le moviera el piso de la historia con hechos reales y diferentes al viejo mundo o a la vieja Europa.

Hoy, el proceso del café venezolano, del mundo, debe rendirle honores al gran emprendedor del café.

Gracias por leer mi escrito.

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