1
Hay un campo donde la poesía rimada mantiene su vigencia: el del humor. La poesía humorística es especialmente efectiva cuando de política se trata. Sobre Miranda escribieron los realistas:
A ese vendido al inglés
con su zarcillo en la oreja
y su melena de vieja,
todo le sale al revés.
2
El poeta Tomás Ignacio Potentini , encarcelado por el general Joaquín Crespo, a quien le habían otorgado el título de " Héroe del Deber Cumplido", hizo la siguiente estrofa:
Héroe del deber cumplido
es un título profundo
héroe de pagar, no ha sido:
¿quién no sabe que se ha ido
debiéndole a todo el mundo?
3
Unos versos retratan el enfrentamiento de dos pueblos del Guárico. Entre las poblaciones de Ortiz y Parapara aparecieron unos asaltantes llamados los encarbonados porque se pintaban la cara con carbón. Se escondían entre las Galeras del Pao y Los Dos Caminos. No se sabía si eran de Ortiz o de Parapara. Don Félix Manuel Belisario, quien fuera cronista de Parapara dice: Un buen día amanece el gran árbol que servía de lindero en el sitio de Las Raíces, desconchado del lado de Ortiz, con una cara pintada, muy bien hecha y con la nariz bien fea, con un letrero bien grande que decía:
El que te pintó la cara
no te supo hacer nariz
todos los encarbonados
son descendientes de Ortiz.
Al siguiente día del lado de Parapara, de la misma manera, el árbol amaneció labrado con otra cara pintada, bien fea y la nariz bien hecha y perfilada, con otro letrero que decía:
El que te hizo la nariz
no te supo hacer la cara
todos los encarbonados
descienden de Parapara.
4
El poeta ecuatoriano Juan Larrea (Barriga, 1984 .P 101.) se burló de su amigo y también poeta, José Mejía con estos versos:
Para escuchar tus versos ¡oh, Mejía!
Los dioses del olimpo se reunieron:
A la primera estrofa bostezaron
Y a la segunda estrofa se durmieron.
5
Sobre el efecto benéfico del alcohol en materia de salud se ha hablado mucho. Se dice que dos tragos diarios mantienen el armonioso funcionamiento de nuestro organismo; e incluso se afirma que quienes no beben están más propensos a contraer enfermedades. En ese contexto, Francisco Plaza Izquierdo una vez me contó lo que el populacho español pensaba al respecto:
Para el catarro,
el jarro.
Para el reumatismo,
lo mismo.
Y para los otros males,
Las mieses de los parrales.