Alí el padre cantor y la transformación social

Viernes, 28/10/2022 07:41 AM

En varios países de Nuestra América en transformación, se presentan situaciones de conflicto magnificadas por sectores de poder para manipular las conciencias, generar desesperanza y frustrar intentos sociales constructivos. Aun en medio de estas situaciones este 30 de octubre el pueblo de Brasil tendrá la oportunidad de renovar su proyecto dignificante a favor de una democracia participativa.

Por otra parte, la población venezolana conmemora un año más del nacimiento del cantor del pueblo. Un 31 de octubre 1941, nació en Coro estado Falcón, el llamado por muchas comunidades, Padre Cantor. Y conocido en la Patria Grande por su capacidad de apreciar los momentos de cambio en los diversos países. Interpretando así, la vitalidad expresiva de las comunidades, en sintonía con su espiritualidad mestiza liberadora. Alí enfrenta el veto por parte de los medios de comunicación de entonces, fundando su propio sello disquero Cigarrón para así difundir su mensaje sonoro entre el pueblo.

Alí interpreta a las comunidades empobrecidas en los techos de cartón de su pueblo, sabe valorar los esfuerzos por una Humanidad mejor, logrando sintonizar los motivos de alegría, en medio de los muchos más motivos de tristeza. Hacen falta muchas cosas, decía Alí cuando invitaba a complementar la oración con el esfuerzo por la construcción de la paz. Con la ternura de la piel de mi niña que huele a caramelo. Y las comunidades originarias vibrando con Un Guarao. Intenta impulsar los esfuerzos populares integradores en las corrientes de los ríos, como el Orinoco y el Magdalena, así como cantarle a la vida del Compañero Allende y animar al esfuerzo liberador de la tierra de San Romero de América con su fraternal letanía del Dale Salvadoreño.

Las comunidades populares encuentran en su Padre Cantor un apoyo anímico para continuar su camino democrático liberador, aún en medio de las dificultades, originadas por ataques externos, como por errores y debilidades internas. El día de su siembra, 16 de febrero de 1985, no significó el apagón de su mensaje vital. Todo lo contrario. Tal como él lo comenta en una de sus canciones: los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos. Y desde entonces esa semilla da mucho más fruto y su presencia se hace sentir por muchas partes.

El canto de Alí anima a las comunidades populares en su esfuerzo continuo por la transformación social, asumiendo el punto de vista del evangelio, el de los más débiles. Y más allá de las diferentes religiones, su impulso espiritual anima a una unidad en la diversidad, invitando a superar fanatismos sectarios. En sus 81 cumpleaños las comunidades de buena voluntad tienen en el canto y el testimonio de la vida de Alí, un refuerzo espiritual para continuar la misión común en función de otro mundo posible, más solidario, más responsable y más sensible con la gente y con la madre tierra.

Nota leída aproximadamente 1757 veces.

Las noticias más leídas: