Clasificación de las danzas indígenas y etimología sobre la palabra "tura"

Re-visión etnohistórica de la danza de las Turas de los Ayamanes (XIII)

Martes, 01/08/2023 03:45 PM

Escucha el viento que inspira…

Escucha el silencio que habla…

Escucha el corazón que sabe…

Proverbio aborígen.

En cuanto a la clasificación de las danzas indígenas, Lisandro Alvarado las especifica en cuatro categorías: la danza de la caza, la de la guerra, la de amor, y la religiosa, y recalca la siguiente afirmación:

"En general los indios del Orinoco observan escrupulosamente, el ritmo en el canto, música y danza, y una persona de la clase de los caciques, o de lo piaches, dirige el coro de danzantes".

En el presente artículo no hago mención de estas danzas referidas por L. Alvarado en su obra "Datos Etnográficos de Venezuela" que al parecer presenció algunas, pero la mayoría son extraídas de otros autores que él cita, de igual manera he revisado otras danzas, sobre todo las de los pueblos wuayú, yukpa y otras, de la región Occidental de Venezuela, que no son mencionadas por este autor, en la obra revisada, que analizando sus características he podido observar que en la mayoría de ellas, existen rasgos análogos con Las Turas de los Ayamanes ya que esta Danza, integralmente reúne todas las características sobre las cuatro clasificaciones que Alvarado especifica, ya que nuestra danza generaliza las actividades vitales tanto culturales, espirituales, económicas y sociales en franca armonía cósmica.

Al referirse L. Alvarado, sobre Las Turas, citando a Arcaya, escribe: "El baile de la tura, también llamado esterkuye es de la región occidental de Venezuela". Ciertamente el vocablo "esterku" significa baile, en idioma ayamán, por lo que "esterku" más el sufijo "ye" (esterkuye) quiere decir (en el baile) y no baile de tura, si tomando en cuenta la terminología expresada por Querales, sobre el idioma ayamán, por lo que considero importante recalcar sobre el sentido etimológico de las palabras: tura, danza y baile, ya que por el des-uso de la palabra esterku, debido a la desaparición del idioma ayamán, el nombre que hasta ahora le han dado los descendientes del pueblo Ayamán a este ritual, es "Tura" y no "esterku". Pero también he podido observar que la palabra tura en el vocabulario ayamán, según Querales significa flauta (pág. 249) y según el DRAE, es una palabra antigua del idioma castellano que significa: Acción y efecto de "turar", y es una palabra que fue utilizada en tiempos remotos, que en la actualidad no es usada en el habla del idioma castellano, que era clasificada etimológicamente como un verbo neutro intransitivo cuyo significado es "durar demasiado", y deriva de vocablo aturar, del latín.

Sobre la palabra tura, Lisandro Alvarado, en su obra ya citada dice: "tura significa guásdua (Bambusa sp.)" en la lengua de los indios", sin mencionar a que idioma o familia lingüística aborigen, puede pertenecer esa palabra y, según la opinión que argumenta Domínguez, respecto a la palabra "tura", dice:

La palabra tura probablemente pertenezca a la lengua ayamán, su significado más acertado hasta hoy es "Maíz o mazorca de maíz tierno". También se denomina Tura a uno de los instrumentos aerófonos que se ejecutan durante la celebración y se utiliza como verbo para designar un estado del maíz dentro de su crecimiento "el maíz está tureando" (Dominguez, 1984).

Al respecto, según Arcaya (1906), dice: "el ritual del cual hemos hablado se llamaba baile de Las Turas". Otros autores (Alvarado, (1921), y el mismo Arcaya, siguiendo los datos que aparecen en dos vocabularios elaborados en el siglo XIX por el General Juan Tomás Pérez (1886) y Buenaventura Jiménez (s/f), coinciden en que la palabra Tura tiene como símil a la palabra esterkuye, pero este vocablo del idioma ayamán, según lo certifica Querales en su libro "El Ayamán", significa "en el baile" (pág. 235) o también puede ser "sitio de baile". En la actualidad esta palabra no se utiliza ya que el idioma ayamán ha quedado en completo des-uso.

Según Querales, en la obra citada, la palabra tura, del idioma ayamán, significa flauta, (pág. 249) mientras esterku, significa baile, (pág. 235) por lo que podemos construir una estructura fonética que signifique "baile de tura" de la siguiente manera: "turaesterku" (baile de tura) y "turaesterkuye" "sitio de baile de tura", que será lo que los tureros en la actualidad llaman "patio de tura".

También podemos ver, cómo la palabra tura está asociada al maíz y a sus procesos de crecimiento, entre los agricultores, cuando comienza a surgir el jojoto, lo llaman tura, por lo que los agricultores dicen: "el maíz está tureando"; a la música, como lo evidencia la manera de referirse al nombre de unas de las flautas, y el material vegetal que se utiliza para la construcción de estas, que es la planta vegetal llamada Tura, que también se conoce como "caña brava". Y por último, al ritual que lleva el nombre Tura.

En este mismo orden de indagación, he realizado un sondeo bibliográfico, sobre la palabra "tura", tomando en cuenta los criterios plasmados en el Diccionario de la Real Academia Española, (DRAE) referente a esta palabra en el idioma castellano, que la define como acción y efecto de "turar" que al rebuscar en varias fuentes, se puede ver que la palabra tura, es un vocablo de uso anticuado, y se entiende como la acción y resultado de turar o turarse, término que se refiere al tiempo o ciclo temporal que permanece, alarga o prolonga algo, y que transcurre desde el comienzo de un procedimiento, realización, proceso o ejecución, podemos decir que contiene un sentido cíclico.

También he encontrado que esta palabra etimológicamente es intermediada del verbo neutro intransitivo "turar" o durar demasiado, que procede del latín. Pero dejemos esta investigación a los especialistas en lingüística, que serán los que tengan la última palabra, aunque puede tener cierta coherencia en lo que respecta al procedimiento de significado cíclico en la realización, proceso o ejecución, prolongación y el tiempo de duración del Ritual de la Danza de las Turas, pero, también podría ser, que la palabra "tura" haya sido indigenizada, por los colonizadores europeos, al igual que lo ha sido la cruz, los rezos y las imágenes del santoral católico, en el proceso de asimilación y transculturación, llevado a cabo durante la época de la Conquista y la Colonia, en nuestro territorio. O también puede ser que la palabra "tura", coincida en su pronunciación y estructura literal, en ambos idiomas, pero con diferentes significados.

De igual manera sobre la palabra tura, Los investigadores A. Reyes, P. de Carrera y G. Carrera, señalan que ellos indagaron en el origen de la palabra tura, que fue relacionada con la flauta que lleva ese nombre, el maíz, la música, como una palabra de origen desconocido. También encontré la palabra Tura, como nombre de una pequeña localidad situada cerca de Menfis, en Egipto. En las investigaciones sobre la palabra "tura" también se han conseguido diversos sitios y pueblos con el topónimo "tura", en sitios, tanto en el Estado Falcón como en el Estado Lara y otros estados venezolanos como: Turagual, El Tural, Las Turas, Turiquía, Moroturo, Turimiquire, Turen y posiblemente muchas otras.

Como podemos observar en la literatura sobre Las Turas de los Ayamanes, y en conversaciones particulares con tureros y habitantes del "Territorio de las Turas", nadie, de los tureros o conocedores y estudiosos de esta danza milenaria, consultados por los diferentes investigadores, han referido, ni mencionado otra palabra como nombre alternativo de esta Danza de las Turas, que no sea la palabra "Tura", excepto los autores mencionados, que por voz de alguno de los antiguos Ayamanes, que en algún momento fueron entrevistados, pronunciaron la palabra esterkuye o esterku.

Pero también quiero aclarar que la palabra "esterkuye", es un vocablo Ayamán y no jirajara –como lo han señalado algunos autores- que según Ramón Querales, en su obra "El Ayamán" significa "en el baile" en idioma ayamán, (pág. 235) y lo explica de la siguiente manera: "esterku, significa baile, y el sufijo ye, que en el idioma ayamán es una preposición equivalente a: "al, en la, del, atrás, a la, para él, etc., como también indica, Lugar tiempo." Lo que puede decirse también, como decimos hoy "el patio de baile", o lo que también podría ser: "lugar de baile", o "tiempo de baile", considerándose válido, si tomamos en cuenta las anotaciones de Querales, lo que no priva la idea de que esterku, puede haber sido el verdadero nombre de la danza de las Turas.

Con respecto al significado que podríamos considerar "correcto", del vocablo ayamán "esterku", yo infiero, que por criterio lógico debe ser: "danza", por las razones siguientes: Primero, porque la palabra "baile" y "danza" fueron introducidas por los españoles, para sustituir la palabra esterku, y los pueblos ayamanes que al castellanizarse las tomaron, utilizando la palabra danza con igual significado que baile, lo que hace confundir el accionar del baile, con el de la danza, lo cual ha producido una doble transculturación en lo que se refiere al leguaje identificador de la Danza de Las Turas, ya que La Danza se compone de movimiento, quietud, símbolos, emoción, sentimiento y espíritu, mientras que baile se refleja en lo emotivo, a través de la diversión con inclinación a lo profano, aunque, en lo que se refiere al movimiento, mantiene características de similitud con la danza.

Segundo, en la re-visión que hemos hecho, se ha comprobado que los actos festivos-rituales que realizaban los diversos pueblos originarios de este Continente Abya Yala, entran en el marco mágico-religioso-litúrgico, donde el baile no tiene cabida, por ser considerado un acto profano, sino la danza, por contener principios simbólicos, en la relación espiritual cosmogónica en lo que se refiere a los rituales aborígenes; y tercero, es desde la castellanización y extinción de los idiomas originarios, cuando comienza la transculturación, que produjo la confusión lingüística, en función de poner en des-uso los idiomas originarios. Por estas razones yo creo que la palabra ayamán "esterku" no debe tener por significado baile, sino danza, ya que nos acerca más al carácter mágico-religioso del ritual de nuestra milenaria danza de Las Turas de los Ayamanes.

También encontramos otro dato importante sobre la traducción de la palabra baile al idioma ayamán, en el libro "El Ayamán", de Querales, donde este autor al hacer la comparación de las palabras del ayamán, que fueron recogidas por el general Juan Tomás Pérez y el Dr. Rafael Freites Pineda, aparece la palabra ayamán "prarará", (págs. 29, 46, 49 y 90) que en el castellano quiere decir "baile", es lo que me hace teorizar la siguiente deducción: que entonces, el baile en sentido profano, podría denominarse en idioma ayamán, con la palabra "prarará" que según Querales significa baile. (Materia para el debate).

Otro detalle importante a re-visar, es que en el vocabulario ayamán no hemos encontrado alguna palabra que signifique danza, lo cual se puede deducir que los castellanos le impusieron la palabra baile y como los originarios desconocían la palabra danza pues, tomaron la palabra baile del español para el uso lingüístico de identificación de Las Turas, lo que nos lleva a entender que la pronunciación de la palabra "danza", en el idioma ayamán debe ser "esterku".

En este mismo orden de observación e indagación histórica, sobre la clasificación según las características señaladas respecto a la Danza de las Turas, el antropólogo cubano José Millet, apunta su punto de vista, con la siguiente interrogante:

¿Qué son Las Turas realmente? Todo, menos un baile y mucho menos un rito: en todo caso y, en primerísimo lugar, es la evidencia de un discurso simbólico, algo fragmentado, aunque uno de los más ricos, complejos y diversos de cuantos forman parte del mosaico de culturas originales que existían aquí y que se pusieron en contacto e intercambiaron entre sí en nuestras tierras "americanas", mucho antes de la invasión del conquistador europeo que terminó por dominar a los pueblos nativos que las habitaban a su llegada. En segundo término, las turas son parte visible del resultado del proceso acarreado por la colonización foránea que, querámoslo o no admitir, trajo el etnocidio y el genocidio de los aborígenes, pero a su vez la transculturación que hoy podemos apreciar en infinitos ámbitos de nuestra sociedad y cultura.

Tampoco las turas son la manifestación de agradecimiento y bendición de las cosechas anuales obtenidas por los tureros que son, en su mayoría, ciertamente campesinos o cultivadores, pero algo más que simples labriegos. Del mismo modo se toma la parte por el todo cuando se identifica la palabra tura con maíz, porque con ello seguimos manejándonos en la pura exterioridad del fenómeno, que es mucho más profundo y abarcador. Las turas engloban todo el espacio cósmicamente concebido e imaginable, en el que están en primer plano los seres vivos: el hombre, las plantas y los animales, y, asimismo, con igual o mayor peso determinante a las fuerzas y principios fecundantes propios de la Naturaleza, invisibles, que posibilitan la vida de esos mismos seres, su creación y reproducción encima de este planeta que denominamos Tierra. No es a la Madre Tierra sólo a la que se le rinde reconocimiento en ellas, sino a los principios que hacen posible su fertilidad y que, en su seno, se continúe la existencia, sea la humana o la de otras criaturas.

Tomando en cuenta estas anotaciones de Millet, es bueno aclarar, que de acuerdo a la especificación de las diferentes danzas como lo refiere Alfaro y Vargas, y también Lisandro Alvarado, podemos deducir que la Danza de Las turas de Los Ayamanes reúne todas esas características señaladas, de manera que se puede decir que es una danza que se diversifica en lo integralmente cultural, en el sentido mágico-religioso, de acuerdo a sus características dancísticas y en cuanto a lo profano de las Turas, podemos entender que se viene practicando es en los tiempos actuales, y no en los momentos remotos, y antes de la Conquista y la Colonia, que es en lo que si puede englobar la palabra baile, ya que en estos casos, no se hace por promesa o devoción, sino por exhibicionismo folklórico, que es donde se desvirtúa la esencia mágico-religiosa de nuestra danza, producto de la constante y sistemática transculturación, como ya he señalado en los anteriores entregas.

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