Concurrencia Histórica: A propósito del origen de las fiestas carnestolendas

Viernes, 09/02/2024 01:42 PM

"Oh loco tiempo de carnestolendas,

Diluvio universal de las meriendas,
Feria de casadillas y roscones"

Anónimo

En medio de las dificultades sociales y políticas que vive nuestro país, en los actuales momento, sea por la causa que sea, el pueblo venezolano no deja de mantener y disfrutar de sus tradiciones que históricamente nos ha caracterizado desde el punto de vista social y cultural. Es muy digno para todo venezolano el disfrute de sus días de asueto, luego de largas jornadas de trabajo en diferentes áreas laborales, y tiempo, donde puede ganarse con el sudor de su frente, la actual difícil manutención familiar. Pues, uno de esos momentos de descanso, recreación y relajación es la fiesta carnavalesca que celebramos cada año, dos días antes de iniciarse el periodo religioso pre-Semana Santa o preparación de los cristianos para la celebración de la Pascua o sea la resurrección de Jesucristo, que nos han enseñado. Como lo es la Cuaresma, que se inicia el día miércoles de ceniza después del Carnaval.

¿Pero de donde viene esa, tan tradicional celebración?, al adentrarnos en los detalles históricos, nos encontramos algunos referentes que nos indican que el origen de esta fiesta profana, que sin querer queriendo, se entremezcla con la religión católica; aunque hasta ahora se ha dicho que el origen del carnaval se remonta a las antiguas fiestas paganas que celebraban los romanos con banquetes, bailes, disfraces y máscaras, en honor a sus dioses, como Saturno, que era tomado como el Dios emblemático del tiempo y Baco, Dios de la Fertilidad y el vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis y que ambos eran para los romanos, los protectores de la agricultura.

Mucho antes de la instauración del cristianismo, los romanos, incluso antes a la fundación de Roma como Ciudad Estado en 753 a.C., se ha dicho que ya celebraban lo que hoy podemos considerar los antecedentes del carnaval, como eran unas fiestas que denominaban las saturnales, que eran unas festividades en honor al dios Saturno que al parecer se celebraba del 13 al 23 de diciembre, del calendario juliano, luego cuando se instaura el cristianismo, estas fiestas se adaptaron al anuario cristiano, pero aún siguen siendo una fiesta pagana.

Pero veamos cómo van cambiando las cosas, tal vez producto de la evolución cultural-religiosa. Antes de instalarse el cristianismo, los romanos, (por hablar de los romanos, que no eran los únicos), ellos celebraban las fiestas a sus dioses, por ejemplo: Saturno y Baco eran los dioses de la agricultura, hasta que en el año 392, d. C. el emperador romano Teodosio I el Grande, prohibió el paganismo e impuso el cristianismo. Pero en la práctica cultural la fiesta del carnaval seguía vigente.

Por muchos años al inicio del cristianismo, entre los romanos, siguieron conviviendo diversos cultos paganos, lo que podemos considerar como un proceso de asimilación, que se fue gestando culturalmente de manera sincrética, hasta afianzar definitivamente el cristianismo, que es el momento en que los dioses son sustituidos por santos, conservando los mismos métodos de adoración y veneración, sólo cambia la manera de erigir las nuevas deidades o protectores espirituales a través de las canonizaciones de personas que en su vida hubiesen dedicado sus obras y acciones, en pro del cristianismo, como por ejemplo: San Isidro Labrador, canonizado el 12 de marzo del año 1622, por el papa Gregorio XV, que es ahora el santo protector de la Agricultura, que viene como, a sustituir a los dioses Saturno y Baco de los antiguos romanos.

Como hemos visto, a pesar de que el carnaval es una tradición ligada a lazos cristianos, sigue siendo del género pagano, pero sigue siendo vinculado a cristianismo. Se dice que se mantiene como compensación previa al inicio de la cuaresma, pues, esto se explica, ya que la cuaresma es el momento de preparación y recogimiento espiritual, para el recibimiento de la Semana Santa, momento en que se conmemora la pasión y muerte de Jesús de Nazaret, que finaliza con la Pascua, que es la resurrección de Jesús, a los tres días luego de ser crucificado.

Lo que podemos entender en este caso, es la compensación previa, a las "privaciones" preceptúales, que exige la doctrina católica, como la abstinencia y demás mandatos eclesiales, requeridos en la preparación y recogimiento, durante la cuaresma, donde se debe practicar la oración, la entrega religiosa, el ayuno, la práctica de la caridad y el amor al prójimo y la suspensión de consumo de la carne y demás rituales de purificación espiritual, que para los entendido, quiere decir que los dos días que anteceden la cuaresma, pueden ser de completa relajación, que compensa los cuarenta días de abstinencia y entrega espiritual religiosa.

Veamos algunos versos de Gaspar de Lucas Hidalgo (Madrid, 1560-1619) fue un escritor del Siglo de oro español en su obra "Diálogos de Apacible Entretenimiento" donde se puede observar literalmente la esencia compensatoria del carnaval en relación a la Cuaresma:

Martes era, que no lunes,
Martes de Carnestolendas,
Víspera de Ceniza,
Primer día de Cuaresma.
Ved que martes y qué miércoles,
Qué víspera y qué fiesta;
El martes lleno de risa,
El miércoles de tristeza.

O como lo expresan también los versos de Juan de la Encina (1468-1529), poeta y músico del Renacimiento español, en su segunda Égloga de Antruejo, Carnal o Carnestolendas.

Hoy comamos y bebamos
y cantemos y holguemos,
que mañana ayunaremos.

Que costumbre es de concejo
que todos hoy nos hartemos,
que mañana ayunaremos.
Comamos, bebamos tanto

hasta que nos reventemos
que mañana ayunaremos

En la actualidad y desde la existencia del cristianismo, ya el carnaval no se realiza en honor a los antiguos dioses romanos, pero ahora se hace con la representación iconográfica del Rey Momo, que ahora es el ícono, digámoslo oficial, de esta antiquísima tradición festiva del género pagano. Sin embargo, la tradición sigue teniendo lazos con las antiguos rituales griegos, ya que el origen del Rey Momo, se remonta a la mitología griega. Era un dios que se burlaba de los demás dioses y tampoco dejaba de burlarse de los seres humanos. Su nombre significa "burla" o "mofa" en el idioma griego. Su imagen se popularizó en el carnaval de Venecia, en el siglo XI, donde se le representaba con una máscara y un traje de bufón, aunque no se declaró festividad pública hasta dos siglos después. Desde allí, se extendió a otros carnavales del mundo, adaptándose a las tradiciones y culturas locales.


En cuanto a la llegada del carnaval a Venezuela, se dice que llegó junto con la conquista de los españoles, pero no fue hasta el siglo XIX, durante la presidencia de Antonio Guzmán Blanco, que el carnaval adquirió su relevancia actual. Guzmán Blanco decretó la creación de carrozas y el uso de agua, azulillo y otras sustancias para jugar en las calles.


Pero en los referentes histórico de la época de la Colonia en Venezuela se dice que en el siglo XVIII, el obispo de Caracas, Diego Antonio Diez Madroñero, convirtió el carnaval en una ceremonia religiosa que consistía en tres días de oraciones, rosarios y procesiones, por considerar que era una fiesta depravada, que incitaba al pecado, sin embargo, esta medida no logró eliminar la fiesta que representaba la alegría y el colorido del pueblo venezolano, que siguió celebrando su carnaval con música, disfraces y bailes.

Pues, en relación a la intransigencia apostólica de este obispo, observamos las opiniones del escritor y médico venezolano, Arístides Rojas, que al referirse a este clérigo, lo describe como "reformador de costumbres e innovador religioso, monomaníaco pacífico, que supo transformar a Caracas, durante los doce años de su apostolado, en un convento en el cual solo faltó que los moradores de la capital vistieran todos el hábito talar". (Hábito talar: la sotana que usan los clérigos).

En la actualidad, el carnaval en Venezuela es una de las festividades más importantes y variadas del país, que se celebra en diferentes estados, con sus propias características y tradiciones, que hemos venido disfrutando, como relajamiento socio-emocional, sobre todo en los actuales momentos de difícil situación, para luego entrar, el día miércoles de ceniza, en el momento reflexivo, para la preparación espiritual, que antecede a la semana mayor.

 

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