Soy un negrito fullero/ orgulloso y por demás/ Soy en el amor audaz/ buen amigo y parrandero/,,,, El periodista Juancho Marcano escuchaba en su pequeña corneta, la gaita que popularizó Daniel Alvarado, mientras cortaba la grama y antes había regado las calas y los helechos, con un potecito de agua para cada una de las plantas.
El perro Pipo observaba como por la calle pasaban las personas conversando amenamente y en eso escuchó la palabra amistad y con esa duda se dirigió a donde estaba el periodista y esperó el momento oportuno y lanzó la flecha de su interrogante: ¿Juancho que entiendes tú por la amistad?
El reportero observó con detenimiento a su perro y como pensando muy bien la respuesta, miró a la montaña y luego, señaló: “Amistad, es solidaridad, es hermandad y es compañía en los momentos tanto alegres y más aún en los tristes. ”La amistad, Pipo, es el invento más bello del hombre”, según la creencia del entrañable poeta venezolano Aquiles Nazoa.
- ¿Cómo se entiende eso, Juancho?
- Que la amistad es grande y bonita, es leal y sincera, incondicional; debe tener la valentía de decirte lo malo y hasta enseñarte por dónde es el camino que más te conviene; lo contrario es hipocresía y más vale tener un enemigo que una persona que dice ser tu amigo y es un hipócrita.
Hubo silencio y la gaita como anunciando los albores de diciembre, asomó su alegría: “La sangre corre en mis venas/ candelita de gaitero/ Soy el negrito fullero/ que no lo agobian las penas/…”
“Juancho, dice Pipo, me parece muy bien tú explicación, pero por ahí hay gente que a veces no lo quieren por ser sincero y por decir la verdad y tú hablas de que la amistad debe ser sincera, o sea ¿no hay que quererla?”
Juancho Marcano, se rascó la cabeza y apeló a un pensamiento que había leído para responder a su perro: “Platón, decía Pipo: “nadie es más odiado que aquel que habla la verdad”. Y eso es cierto, pero si tú en realidad quieres a un amigo, tienes que aceptarle la verdad, así sea la más dura, pues te la dice por tu bien.
El perro Pipo escuchó al periodista y lo dejó que siguiera haciendo su tarea.