En muchas de nuestras charlas e intervenciones en medios de comunicación, hemos repetido ad nauseam el artículo 326 de nuestra Carta Magna, que textualmente expresa lo siguiente: “La seguridad de la Nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil, para dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y afirmación de los derechos humanos, así como en la satisfacción progresiva de las necesidades individuales y colectivas de los venezolanos y venezolanas, sobre las bases de un desarrollo sustentable y productivo de plena cobertura para la comunidad nacional. El principio de corresponsabilidad se ejerce sobre los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, militar y ambiental. (Destacado y subrayado del articulista)
Ayer en el marco de las palabras pronunciadas por el Presidente Constitucional reelecto de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, escuché con mucha atención la posición del Jefe de Estado respecto a un video y a un tema musical de la agrupación Rawayana y Akapellah titulado “Veneka”, donde fijó claramente su postura rechazando el mismo y en defensa no solo del gentilicio venezolano sino particularmente de la mujer venezolana.
Confieso que más allá de las opiniones de una de mis analistas favoritas, Indira Urbaneja, la opinión de Genesis Garvett o el escrito que anuncio el Presidente Maduro del camarada Miguel Ángel Pérez Pirela respecto a este video y tema el cual hasta el momento que escribo estas líneas no he leído, en este respiro que me he tomado antes de retomar mis actividades, confieso que no había visto el video y escuchado el tema musical.
Del mismo modo ocurrió con otra polémica que se armó con el tema de Karol G y otro grupo de reguetoneros titulado “+57”, que casualmente se saca cuando en Colombia en estos momentos es gobernada por el primer Presidente de la República de izquierda, y aquí cabría preguntarse: ¿En un gobierno de Álvaro Uribe Vélez o de su empleado Iván Duque se hubiese sacado un tema similar? Por una duda que tengo como diría nuestro finado Roberto Hernández Montoya.
Lo cierto del caso es que busqué el video y el tema en cuestión para poder emitir mi opinión. Así hice y ahora procedo en consecuencia.
Aunque algunos medios donde estos modestos aportes son publicados no permiten la mención de groserías, en este caso debo hacerlo a los fines explicativos y de contexto de estas opiniones, para que no se vea que el debate abierto con “Veneka” es un capricho o muestra de puritanismo pacato y simplón. Lo ocurrido con ese tema, al igual que con “+57” es un claro ataque a los pueblos de Colombia y de Venezuela, liberados por la espada del hombre más grande que ha parido este continente como lo fue Simón Bolívar.
Es bueno recordar que el término “veneko” o “veneka” referido al gentilicio de los venezolanos y venezolanas, aunque su origen es incierto, se popularizó en países vecinos al nuestro, particularmente Colombia. Y este posee connotaciones negativas debido a que el “Veneko” o “Veneka” es el diminutivo de “Venezolano Coño de tu Madre” o “Venezolano Cabrón” que se cambia la c por K para disimular y disfrazar esta peyorativa expresión.
Dentro del formato de intervención de los yanquis a los pueblos que no se pliegan a sus intereses hegemónicos, el primer elemento que utilizan es el de la transculturización y desmoralización porque un pueblo que no conozca ni se sienta orgulloso de su identidad o que se encuentre desmoralizado es un pueblo que no solamente es más fácil de dominar sino más fácil de vencer.
Desde el 9 de marzo de 2015, cuando se ha expresado que vivimos una guerra multidimensional y multiforme, no es un capricho o mera retórica sino una realidad donde la guerra o batalla cultural ha estado en el primer orden. No fue fortuito cuando Julio Borges nos catalogó de “plaga y peste”, no es fortuito el odio y la xenofobia que han tratado de inocular contra nuestros y nuestras connacionales en el exterior, desde hace mucho tiempo pero escalado a través de una migración inducida para, entre otras cosas, dejar al país sin mano de obra calificada y a su vez dotarse de la misma de manera barata y fácilmente explotable.
Asimismo, la principal víctima de esta guerra ha sido la mujer. No solo por ser el sostén del hogar, no solo porque la mujer se pinta, se maquilla, planifica con sensibilidad y para toda la vida. Sino que además en la sociedad patriarcal y machista en la que aun vivimos, hay que seguir denigrando a la mujer reduciéndola a un objeto sexual y ciñéndola solamente al trabajo de la reproducción de la especie.
Eso es lo que encierra el tema “Veneka”. No solamente es el ataque a la dignidad de los venezolanos y las venezolanas en el marco de la guerra multidimensional y multiforme que vivimos, sino que va claramente dirigido a las mujeres por lo que acabamos de señalar párrafos más arriba.
Sin duda que estas líneas obedecen a un pedimento que realizó el Presidente Maduro como líder de la Revolución Bolivariana para que cultores, escritores y diversas expresiones nos manifestemos en contra de esta agresión, y es por ello que lo hacemos. Y no solamente lo hacemos, y en el caso concreto de quien esto escribe, bajo la visión de las nuevas masculinidades que abrazo, que me solidarizo y acompaño la lucha de mis querida compañeras feministas y que luchan por la equidad de género, pero es bueno hacer algunas reflexiones.
Me preocupa que haya tenido que salir el Presidente Maduro a pronunciarse sobre este tema, y así de manera inmediata se genere esta reacción. Maduro indudablemente es el líder de la Revolución Bolivariana que nos legó el Comandante Chávez pero Maduro no lo puede hacer todo ni estar en todo. Todas y todos debemos hacer nuestra parte en esta Revolución Bolivariana.
Salvo repito, y si con esto cometo un exceso por no manejar la información, de antemano ofrezco mis más sinceras disculpas, pero salvo la enérgica condena de Indira Urbaneja a través de su cuenta en X, de Génesis Garvett en entrevista para laiguana.tv, Pérez Pirela en su escrito que tengo aún pendiente de leer y el pronunciamiento ayer del Presidente Maduro; no observe por ningún lado previo a estas manifestaciones de rechazo de “Veneka”, pronunciamientos de colectivos feministas, del PSUV y de movimientos sociales rechazando estas expresiones que no son nada inocentes y que son una de las tantas modalidades de la guerra cognitiva
Me preocupa sobremanera que las letras denigrantes en temas como “+57” de Karol G y otros reguetoneros colombianos donde también atacan al hermano pueblo colombiano y también a sus mujeres, niños y niñas, y de “Veneka” nos tengan tan aletargados y se hayan naturalizado tanto que veamos el maltrato y la denigración de un ser tan bello y hermoso como la mujer como algo “normal” o natural. En eso debemos estar más atentos y atentas porque como en alguna oportunidad lo expresó Hugo Chávez y lo escribimos en alguna oportunidad: “Cuidado, que el diablo está en los detalles”.
Por ello, cuando algunos y algunas hemos demostrado rechazo más que a géneros musicales en sí, a ciertas letras que bien camufladas esconden el desprecio, el ataque, pero sobre todo la legitimación del sistema de dominación que pretendemos erradicar para establecer un sistema de emancipación múltiple es porque entendemos que la dominación más poderosa, y a la vez más imperceptible, la que no vemos es la ideológica, la cultural. Por ello es que la educación y la cultura es la columna con la que de verdad podemos encaminarnos a nuestra segunda y definitiva independencia.
Creemos con ello dejar muy en clara nuestra posición con respecto al tema “Veneka” y a que no bajemos los brazos en la batalla ideológica y cultural que debemos dar todos y todas todos los días y a todas las horas.
¡Yo no soy Veneko! ¡Yo no soy Veneka! ¡Soy venezolano! ¡Soy venezolana!
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!