Simón Bolívar, un venezolano inmortal

Martes, 17/12/2024 05:12 AM

Dividió lo que debía ser dividido

Trató de unir lo que debía ser unido

Vivió plenamente después de su muerte

(Eduardo Gallegos Mancera. Bolívar en América)

Simón Bolívar, el padre Libertador, el más notable líder político, ideólogo y militar que surgió de la revolución de independencia americana, había nacido el 24 de julio de 1783 en Caracas, en el seno de una de las familias pertenecientes a la nobleza territorial esclavista de la época colonial (Bolívar Ponte-Palacios y Blanco) y su deceso se produjo un 17 de diciembre de 1830 en la quinta de San Pedro Alejandrino, cerca de Santa Marta, Colombia la grande (formada por Ecuador, Venezuela y Nueva Granada), durante su destierro obligado que le impusieron sus enemigos de Venezuela. Apenas había vivido

47 intensos y gloriosos años que, desde su nacimiento hasta el final de su existencia, fueron signados por acontecimientos complejos, sobre todo a partir de 1810, que lo hicieron figura destacada y determinante en el largo proceso que le condujo a direccionar la victoria en la guerra contra España que estalló primero en su propia patria y que luego se extendió más allá de sus fronteras. Su pensamiento y acción siempre estuvieron inspirados por un profundo sentimiento de internacionalismo militante que tuvo expresión concreta en la fundación de varios Estados nacionales y la formación de una doctrina antiimperialista que hoy fundamenta y guía la lucha que, desde aquellos momentos hasta el presente, han librado los pueblos de esta parte del mundo, primero contra los imperios coloniales de los siglos XVI, XVII y XVIII y sus oligarquías territoriales esclavistas y luego contra los imperialismos contemporáneos del XIX, XX y XXI y sus burguesías criollas que históricamente han sido agresivas, expansionistas, rapaces y con

una desmedida voracidad por la acumulación de capital y apropiación de todos los recursos naturales del planeta para imponer su superioridad global.

Desde su temprana juventud, Simón Bolívar estuvo entregado a la causa revolucionaria de liberación de los pueblos latinoamericanos y caribeños y dedicó grandes esfuerzos para alcanzar la unidad entre ellos, propuesta en la cual se resumía la única posibilidad de impedir que las nacientes repúblicas o Estados Nacionales del continente americano volviesen a ser sometidas a esclavitud por los distintos polos de poder universal que empezaban a despuntar con el amanecer del nuevo modelo capitalista y el cual iba dejando tras de sí al antiguo mundo del feudalismo. Por esta razón, el historiador marxista Jerónimo Carrera Damas (1987; p. 223) nos dice: "Con la batalla de Ayacucho, en el Perú, el 9 de diciembre de 1824, los patriotas al mando del general Sucre culminaron esta larga guerra contra la corona española. Pero la economía de los nuevos Estados había quedado en ruinas, de lo cual se aprovechó la Gran Bretaña para imponerles su dominio comercial y financiero. Un peligro mayor, sin embargo, aparecía ya en perspectiva, y era el expansionismo de los Estados Unidos. Bolívar se dio cuenta de todo esto y en 1826, reunió en Panamá el primer congreso internacional del continente americano. Tenía el propósito de crear una gran unión confederal, desde México a la Argentina, para enfrentarse tanto a los posibles intentos de reconquista de países europeos, como a la amenaza que veía venir del Norte. De esa preocupación visionaria, Bolívar escribió en una carta la famosa frase que se hizo lapidaria: "Los Estados Unidos parecen destinados a llenar a América de miserias en nombre de la libertad".

El padre de la patria, al decir de Anatoli Shulgovski (1987), murió "sin dejar para sí ni un centavo, a tal punto que hubo de enterrársele por cuenta del gobierno y de recolectas de personas dadivosas". En sus días postreros de vida, sus poderosos enemigos políticos y de su proyecto de unidad latinoamericana se aliaron en un solo esfuerzo, tanto en la República de Colombia como en el exterior, para aislarlo y derrotarlo. En su contra fraguaron y pusieron en marcha planes aprovechando el debilitamiento de su salud y el fraccionamiento del ejército. La clase de nuevos ricos que surgió de la lucha emancipadora, se entronizó en todas las estructuras del Estado naciente y desde allí dio riendas sueltas a sus desmedidas ambiciones de enriquecerse con los recursos públicos, lo cual creó carencias en el seno de la población que terminó totalmente desprotegida de políticas y acciones que aliviaran sus calamidades económicas y sociales que habían derivado de los años de cruenta confrontación bélica. Sobre este particular, el mismo autor, Anatoli Shulgovski, nos dice: "El ejército estaba dividido, la ley sobre distribución de bienes nacionales fue puesta al servicio de los intereses de los especuladores de tierras y como resultado las masas del ejército quedaron al borde de la miseria. Una vez licenciados, muchos combatientes debieron engrosar las filas de aquellos a quienes la sociedad negaba el derecho a la existencia

como seres humanos, transformándolos en mendigos o vagabundos. Al mismo tiempo, sobrevino el enriquecimiento de la cúspide militar y la transformación de sus representantes en grandes propietarios de tierras. Aquellos salidos de las capas bajas, partidarios de la pardocracia, encontraron fácilmente un lenguaje común con aquellos contra los cuales habían combatido anteriormente. Los nuevos ricos, siendo plebeyos, como había ocurrido con uno de los dirigentes del ejército libertador en Venezuela, el general Páez, procedieron a entrar en alianza con la cumbre criolla privilegiada, transfigurándose en garantes del statu quo social […] Los últimos meses de la vida de Bolívar fueron trágicos, la calumnia, las groseras insinuaciones, agregadas a las exigencias de destierro fuera del país, lo ofendieron en lo más profundo, acelerando su extinción física. Golpe terrible para él fue la noticia del alevoso asesinato (junio de 1830) del mariscal Antonio José de Sucre, hombre supremamente cercano a su espíritu."

Quinta de San Pedro Alejandrino. La ventana de la izquierda, marcada a con la cruz,

corresponde a la habitación donde falleció el Libertador

Fuente: HENAO, JESÚS MARÍA y GERARDO ARRUBLA (1912).

Historia de Colombia para la enseñanza secundaria:

La independencia. La república

Esta contextualización sucinta, en las que se desenvolvieron las vicisitudes del padre de la patria, un revolucionario singular y profundamente consecuente con los más humildes, la recoge en brillante ensayo el historiador Arturo Cardozo (1987; p. 226), quien nos legara este texto: "Tras la meta de la independencia, Bolívar tuvo dos grandes preocupaciones: dar vida a un Estado nacional, venezolano o gran colombiano, cuyo sistema de gobierno procurase a la población la mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política. Luchó tenazmente por alcanzarlo, pero no existían las condiciones para lograrlo y sus proyectos fueron arrollados por la oligarquía esclavista y semifeudal, reorganizada e instalada dentro del aparato del Estado. La segunda gran preocupación fue transformar las guerrillas, dispersas y primitivas, en un ejército regular, disciplinado y técnicamente capaz de vencer a las tropas españolas y garantizar la independencia. Este fue el único objetivo

que efectivamente logró cuando concentró caudillos y regiones, pueblo nacional y cuerpos internacionales y entre triunfos y fracasos, logró llegar como indiscutido jefe al campo de Carabobo y definir la independencia de una patria más extensa con la incorporación de la Nueva Granada y Quito".

De todo ese tránsito existencial del caraqueño universal quedó memoria en la tradición oral ancestral y en miles de manuscritos de referencia directa o indirecta que dan cuenta de su presencia en las campañas militares, en la gestión pública de gobierno como estadista y de sus íntimas expresiones sentimentales y afectivas. Su muerte no contribuyó, como lo pidiera en su última proclama, a que cesaran los partidos (El control de la República se lo disputaban Santanderistas y Paecistas), y mucho menos se conservó y profundizó su aspiración de conformación de una gran nación latinoamericana que fuera garante de la soberanía político-económica y de bienestar social de su pueblo. Sin embargo, todo su pensamiento se conservó como herencia que aún ejerce vigorosa influencia y presencia en las luchas populares que desde entonces iniciaron y continuaron generaciones enteras para completar ese ideario.

Fuente: HENAO, JESÚS MARÍA y GERARDO ARRUBLA (1912).

Historia de Colombia para la enseñanza secundaria:

La independencia. La república

Su ejemplo de lucha y legado doctrinario conservan vigencia histórica, pues, visionariamente se insertan en los procesos de profundas transformaciones políticas antiimperialistas que viven actualmente los pueblos del mundo, especialmente los latinoamericanos y caribeños, en donde se hace urgente reivindicar los derechos sociales, económicos, políticos y culturales de los trabajadores y de la población en general. En estas circunstancias, en la que se reafirma la validez del pensamiento

bolivariano, el poder global del gran capital occidental y euroasiático se esfuerza por

derrocar al de la región que no se somete a sus dictados y con ese propósito realizan intensas campañas mediáticas que buscan crear condiciones objetivas y subjetivas para que las burguesías de su círculo, desplazadas en esos países por otras recién formadas y ahora cercanas al gran capital euroasiático, puedan retornar al control político de sus Estados. En consecuencia, mientras pervivan las desigualdades socio-económicas y políticas, así como las pretensiones de los imperialismos actuales (EEUU y Europa vs Rusia, China e IRAN) de imponer su voluntad contra la del resto de naciones del mundo, el legado histórico de Simón Bolívar seguirá viviendo en la fuerza de la razón que se hace presente en la expresión de José Martí cuando dijo "A Bolívar aún le corresponde hacer no poco en América".

Sepulcro de Bolívar en el Panteón Nacional de Caracas

Fuente: HENAO, JESÚS MARÍA y GERARDO ARRUBLA (1912).

Historia de Colombia para la enseñanza secundaria:

La independencia. La república

REFERENCIAS

CARDOZO, ARTURO (1987). Proceso Histórico de Venezuela (Fragmentos). P. 226. CARRERA DAMAS, J. (1987). 150 años de la muerte de Simón Bolívar. P. 233. SHULGOVSKI, Anatoli (1987). El proyecto político del Libertador.

Todos los trabajos se encuentran publicados en: Bolívar visto por marxistas. Compilación de Gerónimo Carrera Damas. Caracas: Fondo Editorial Carlos Apontes, 1987.

Anexos

Lectura recomendada

Coro, 24 de julio de 2024

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