El Arado y el Mar

Se fue la señora y todo quedó igual, pero peor

Sábado, 22/06/2019 03:34 PM

Por algunas horas el país se sumergió en una fantasía, en una terapia de olvido. La señora vio y escuchó todo lo sabido, no se enteró de nada nuevo, a no ser por ver de cerca el cinismo del madurismo que ayer la insultaba y hoy sonreía. Los medios de comunicación se congelaron en la noticia de los movimientos públicos de la señora, los entretelones no los conocemos. Se fue la señora y todo quedó igual, pero peor.

El país sigue su rumbo hacia el caos, es difícil predecir, todo se desprestigia, no hay hueso sano, camiones de basura se vuelcan sobre unos y otros, la gente deambula buscando subsistir por un día más no importa a qué precio, todo se vende, todo se compra, el hurto es una profesión, la mentira es una virtud.

El gobierno corta la rama donde se sienta, vende el país a trozos para revivir la música de la danza alrededor del becerro de oro, reparte las migajas, y se aferra a la cáscara de lo que fue un gobierno. No hay oposición: la derecha no puede proponer nada de fondo, los exchavistas se mantienen en la orilla esperando la oportunidad, los chavistas-chavistas todavía no cuajan una dirección, no se constituyen en vanguardia, la campaña en contra es recia, todos se confabulan contra ellos.

La derecha gringa y el gobierno agotado conversan en un diálogo de moribundos, de marionetas, tratando de editar un pacto de punto fijo que nos regrese a la cuarta, vano intento que ignora la enfermedad moral, ética, que sufre la población. Sólo es posible recuperar la viabilidad del país de dos maneras:

Una, la dictadura tipo pinochet, que permita la salvaje represión global, no sólo la policial, sino la represión a todo atisbo de disidencia, gremial, informativa, artística. Los humildes serán confinados en sus guetos, la miseria no tendrá alivio, la ley del trabajo será la ley del patrón, los dirigentes sindicales se plegarán como nunca a la patronal, los gremios callarán, los capitalistas, los internacionales y sus empleados nacionales sonreirán satisfechos, habrá más pobres, pero se verán menos, a la clase media la callarán con el espejismo de riqueza del "dame dos". Los marginados de siempre, los pobres seguirán siendo pobres y seguirán siendo su propio verdugo. El país será gobernado por un cónsul y la presidencia estará en la "casa blanca".

La otra opción es la revolucionaria, que nos devuelva la noción de sociedad heredera de Bolívar, de las grandes gestas, que prepare a la sociedad para la hermosa aventura de reconstruirnos en la fraternidad, en la solidaridad, rescatar nuestra condición de humanidad. Que nos prepare para encontrarnos con nuestro papel histórico de ejemplo para la humanidad de una manera de vivir alterna al capitalismo suicida, que volvamos a ser como en el pasado guía para el Continente, para los pobres del Continente y los desprotegidos del planeta.

Ya esta sociedad avanzó en esa dirección, rozamos con la punta de los dedos el futuro, fuimos una verdadera sociedad en muchas ocasiones, no será un comienzo, será un continuar de lo que el Comandante Chávez inició, ahora lo sabemos, contra la resistencia brutal interna, contra los virus que salieron después de su muerte, los mismos expertos en manipulación de las masas, los mismos que abusaron de la credulidad del pueblo de Bolívar, los mismos que manipularon para llevar a Cristo a la cruz, se confabularon contra todo lo que huela a Rojo Rojito, ya lo dicen abiertamente y sin una pizca de vergüenza

Se fue la Bachelet y volvimos a enfrentarnos con nuestra realidad.

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