Una vez más, ante la situación de caos que vive el país, nos acaba de impresionar la triste noticia que un joven, de solo 16 años de edad, de nombre Rufo Antonio Chacón Parada, acaba de quedar ciego, producto de haber recibido un disparo de perdigones de plásticos en el rostro, mientras protagonizaba, escúchese bien, al lado de su señora madre, una protesta por falta de gas, en la población de Táriba, en el estado Táchira.
Esta conmovedora noticia nos hizo recordar de inmediato el vil atentado que sufrió igualmente, una vez que fue incendiado vivo, el joven Orlando José Figuera, quien falleció días después producto de las severas quemaduras que le infringieron, en las afamadas guarimbas, un grupo violento de la oposición, solo porque lo creyeron chavista.
En ambos casos se demuestra que el odio, la violencia, la rabia, y las acciones desmedidas nos asechan hoy en día a los venezolanos.
Se ha querido responsabilizar de este nuevo hecho al gobierno del presidente Nicolás Maduro, no obstante se tiene ya conocimiento que quienes dispararon en el rostro al joven Chacón Parada fueron dos funcionarios de la policía del estado Táchira, que dirige la gobernadora opositora, Laidy Gómez Flores, quien viene del partido Acción Democrática (AD).
Este triste episodio, al igual como lo sentimos con el caso del difunto Figuera, quien de paso dejó huérfana a una hija recién nacida, nos ha trastocado en lo más profundo de nuestro ser, pues una vez más se demuestra que las peores consecuencias de las protestas de calle la pagan inmerecidamente los más jóvenes, que siguen siendo utilizados como "carne de cañón", muchas veces para promover manifestaciones que buscan deponer al gobierno revolucionario.
Alguien a través de las redes sociales escribió, mostrando una imagen dantesca del joven Chacón, que ¡Ya basta!. Quien así lo suscribe, estimamos, tiene toda la razón, por ello agregamos:
¡Ya basta de tanta violencia!, de tanto intento conspirador, de tanta apetencia por llegar al poder a la fuerza.
!Ya basta! de tanta injerencia del imperio por querer derrocar al gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro, que fue electo, escúchese bien, por una mayoría de venezolanos, en elecciones libres y soberanas
¡Ya basta de utilizar a los jóvenes, repetimos, como "carne de cañón", para promover protestas muchas veces injustificadas, o mediáticamente dirigidas, sin visualizar el origen real del problema.
También vivos que otro alguien, al referirse a uno de los policías que disparó en contra del joven, escribió: "Somos maricones ? somos un pueblo de gafos y deficientes? El pueblo venezolano se convirtió en mierda? Somos mamahuevos?, en qué tipo de basura nos estamos convirtiendo? Somos pendejos? Somos estúpidos? Somos unos conformistas de mierda? Si no es así cómo es posible que este hijo de la gran puta pueda salir por las calles de nuestro país sin miedo a que lo maten; cómo es posible que este perro desgraciado pueda estar tranquilo de que no le van a hacer eso a sus hijos, a su esposa, a su mamá y a su papá; este gordo mala parido cebado como un cochino con lo que nos roba de nuestros hijos y con las cajas Clap, este puerco asesino se merece lo peor, lo di (go) cho si este perro hijo de puta sigue respirando dentro de 7 días es que somos un país de mierdas y de cagaos y nos merecemos todo lo que pasa, hay que ir a su casa y pegarle fuego".
Por lo visto sobran personas en el país que siguen promoviendo la violencia…siguen apareciendo, sin temor a que los señalen, quienes incitan a tomar la justicia por sus propias manos,…y lo que es peor, quedan incluso en evidencia, sin que pase nada, quienes promueven por revanchismo político, por frustración y odio, continuar incendiando viva a la gente, hasta lograr su muerte.
Sin duda, el vil atropello que sufrió este joven venezolano, que al parecer quedará ciego de por vida, Dios quiera que no, requiere justicia, y que su tragedia sirva como un claro ejemplo para evitar que algo similar se repita.
¡YA BASTA! En eso estamos de acuerdo, coincidimos, sobre todo, la mayoría de los venezolanos, que esperamos que el país recupere el camino de la sindéresis, de la hermandad, de la concordia, de la solidaridad, la paz y sobre todo que se permita que se enrumbe de nuevo por el camino del progreso que tanto necesita.