Colombia y Los Derechos Humanos, Los Cortes y al CNE

Jueves, 16/01/2020 01:32 PM

Colombia, a pesar de las apariencias, no es un país. Colombia es, por el contrario, un reducto de desalmados asesinos a sueldo, donde la única ley que existe es la que, con sus motosierras y el disparo por manifiesto, imponen estos sanguinarios facinerosos. Pero es también donde el terrorismo de estado y los llamados falsos positivos de Uribe, Santos y Duque, han hecho de esa nación, cuyo símbolo más emblemático es la hoja coca, un enorme y gigantesco cementerio; un enorme campo santo congestionado de cadáveres de seres inocentes; de gente que cayó vilmente asesinada sólo para satisfacer las ancias criminales de estos siniestros y abominables personajes. Pero, sobre todo, donde se asesina para satisfacer egos y vanidades; como los miles de homicidios cometidos por estos capos que, por frecuentes y rutinarios, han acabado por insensibilidad a la población, la cual, importante ha terminado por aceptarlos como una fatalidad inevitable-

Porque, como se sabe, en esta Colombia, dominada por carteles y mafias de todo tipo, al igual que sucede con delitos como el narcotráfico, por ejemplo, se premia el crimen y, con muy contadas excepciones, se honran y se premian a los delincuentes. De allí que estos rufianes, que debían estar presos de por vida por sus espantosos y variados delitos, gocen, por el contrario, de un enorme prestigio y destacada figuración en la vida política y social de ése, que un día tuvo apariencia de país.

Pero Colombia no es sólo un enorme cementerio, también es un gigantesco campo de concentración, donde un grupo de forajidos, estrechamente ligados al poder, al punto de formar parte de sus estructuras, como los paramilitares, por ejemplo, mantienen secuestradas, mediante la amenaza, el terror y el chantaje, a toda una indefensa y aterrorizada población a un inmenso conglomerado humano que, para que su tragedia sea aún mayor, carece de toda posibilidad de recibir alguna ayuda exterior.

Nos referimos, por supuesto, a una ayuda que, sin vulnerar la soberanía de esa nación, si es que todavía tiene alguna, le ahorre el espanto de vivir en medio de un profundo baño de sangre que empapa el suelo colombiano hasta sus estratos geológicos más profundos. Y no es retórica ni hipérbole. Por el contrario, es la más pura e incontrovertible verdad. Porque como todo el mundo lo está presenciando asombrado, Colombia destila, chorrea, sangre por los cuatro costados: es una efusión que si con algo se pudiera comparar sería con los crímenes masivos de Palpot, en bamboya, y aun así este déspota sanguinario se quedaría atrás en esta macabra competencia.

Otro tanto ocurre con esos mismos parapetos pseudo jurídicos como son la Corte y la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y la ONGS como Human Rigth Watch y otra caterva de desvergonzados parásitos y vividores, entre los que se encuentra, no podía faltar, Amnistía Internacional. Estos últimos, tan vulgares asalariados del imperio como los anteriores, en desvergonzado derroche de cinismo tuvieron el desparpajo de denunciar al gobierno de Irán de estar violando los derechos humanos de sus ciudadanos. Y todo, porque el gobierno, haciendo uso de las facultades que la ley le otorga para preservar el orden y proteger la vida y los bienes de las personas, enfrentó las acciones insurreccionales de un grupo de terroristas que, acataron instrucciones del Estado Mayor del Terrorismo Internacional, cuyo cuartel general se encuentra en el Dpto. de Estado y Pentágono de los Estados Unidos, estaba protagonizando con el avieso propósito de derrocar al gobierno legítimo de la nación persa.

Y lo insólito de esta actitud, que supera en desfachatez y vileza a muchas de sus actuaciones anteriores, que ya es mucho decir, es que mientras se hacía esas falsas denuncias estaban teniendo lugar los repudiables hechos de Bolivia, Chile y Ecuador. Países donde a pesar de que sus respectivos pueblos estaban siendo ferozmente reprimidos mediante sangrientos pogromos, sin embargo, en una indisimulable solidaridad con los golpistas y gobiernos criminales de esos países, ninguna de esas ONG y menos, por supuesto, Amnistía Internacional, dijo una sola palabra al respecto.

Es decir, que estos repulsivos personajes, que tan locuaces y diligentes se muestran en acusar al presidente Maduro de supuestas violaciones de derechos humanos – jamás han logrado presentar una sola prueba que confirme tales acusaciones --, sin embargo, cuando son los gobiernos sumisos y lacayos los que los violan, entonces, de repente, se les traba la lengua, se les hace un nudo y se quedan sin palabras y sin voz.

O peor aún, se quedan ciegos, sordos y mudos, ante hechos de una brutalidad tan increíble, que constituyen toda una verdadera novedad en materia de represión, pues jamás, ni en las más sanguinarias dictaduras había ocurrido. Nos referimos, desde luego, a esa orden de la Añez, impartida mediante decreto, de disparar a discreción contra un pueblo que, haciendo uso de las libertades democráticas que existían en Bolivia, protestaba contra un golpe de estado perpetrado contra el gobierno legítimo de Evo Morales y contra esas libertades. Hecho tan monstruoso, que debería ser denunciado permanentemente ante todas las instancias y foros del mundo. Y debiera hacerse, por cuanto ese decreto, además de significar la implantación de la pena de muerte, provocó lo que necesariamente tenía que provocar, es decir, una verdadera masacre; la muerte de numerosas personas que expresaban su rechazo a un artero y alevoso putsh, que al margen de toda legalidad, insurgía violentamente contra el orden constitucional, el estado de derecho y la democracia.

Y ese no es sólo un derecho, es, si se quiere, también, una obligación de los pueblos. Porque la defensa de valores tan trascendentes como la libertad y la democracia, no sólo les corresponde a las autoridades en el legítimo ejercicio del poder, sino también a la población entera. Y sin embargo, un repentino ataque de afasia, provocado por el disparo de unas cuantas pacas de billetes verdes, a obligado a las ONG y a los organismos mencionados a guardar un estruendoso silencio; un silencio tan ensordecedor que ha dejado a estos profesionales de la mentira, incluyendo a la Pinochet con falda de la ONU, como Adam y Eva en el Paraíso: en pelota, desnudos y en pelota, y sin la providencial hoja de parra a mano para medio cubrir sus impúdicas e inmorales indecencias.

Y ese silencio que se escucha a leguas, pues su resonante eco retumba hasta en los más apartados rincones del planeta, es el mismo que estas podridas organizaciones han mantenido en relación con los trágicos sucesos de Chile. En ese país austral, donde un régimen criminal y vesánico ha sumido en una oscuridad perpetua, esto es, para el resto de sus valiosas vidas, a un grupo de más de trescientos jóvenes a los que deliberadamente privaron de la vista; a trescientos y más jóvenes promesas de las que seguramente Chile podía esperar mucho más que de la bestia que los malogró.

Pero este desafuero, tan cargado de crueldad y soberbia en su concepción, sino de un organismo tan experto en refinadas atrocidades como la CIA. Pero ya llegará el día en el que tendrán que rendir cuenta de estos delitos contra la humanidad. Sino ante los tribunales de los hombres, entonces ante el de la historia, cuyas sentencias son mucho más severas y generacionalmente más abarcante.

Los Cortes Programados

Después de dos largos años de cortes programados de electricidad, aquí, en Maracaibo, la situación de este servicio es cada vez más deficiente. Lo único que hasta ahora se ha logrado con esas ya prolongadas y bruscas interrupciones ha sido cierre de negocios y daños de electrodomésticos; estropicios a los que por supuesto el terrorismo criollo, en incestuoso contubernio con el de made in USA, le ha puesto su granito de arena a este humilde servidor, por ejemplo, estos cortes, o para ser más precisos, las violentas caídas y subidas de tensión con las que vienen acompañadas los mismos, me dañaron una computadora. Y ahora tengo que estar buscando quien me transcriba cualquier cosa que desee escribir, como estas líneas, por ejemplo.

Con motivo de este desafortunado incidente, que me ha afectado sobremanera, creemos que Corpoelec, como responsable del mismo y a tener de lo dispuesto en el art. 259 de la Constitución, debía reparar el daño causado proporcionándome otra computadora.

Es lo justo, pues un principio elemental de justicia establece que quien daña, paga. Y porque, además, si a un grupo de novecientos recién graduados de médicos el Presidente, sin estar obligado a hacerlo, le obsequió a cada uno de ellos una tableta electrónica ¿ Por qué a mí no tendría que reponerme una computadora cuando en este caso existen razones más que sobradas para hacerlo? ¿Cuándo en este caso, además de la legal, existe la obligación moral, que son, sin duda, las más obligantes, para restituirme un bien que, por las razones que sean, Corpoelec me dañó? No creemos que en relación con la mencionada restitución vaya a haber ningún inconveniente; todo lo contrario, la proverbial ecuanimidad y el elevado sentido de justicia que caracterizan al presidente Maduro, lo harán actuar en este caso siempre lo ha hecho cuando se trata de reclamos justos.

Pero regresando al tema de los cortes programados de electricidad, los más felices y contentos con estos apagones son, sin duda, los terroristas, puesto que han visto ampliamente superadas sus expectativas. Es que si ellos atentan contra el sistema eléctrico, lo que implica dejar sin luz a la gente, no es por otra cosa que para provocar el descontento de la población contra el gobierno. Sin embargo, ahora resulta que para su sorpresa se han encontrado con un colaborador que como Corpoelec, además de inusitado y excepcional, les permite obtener esos mismos siniestros objetivos, o sea, el descontento de la población, y obtenerlos, además, sin trabajar, sin arriesgar un solo pelo y, por si fuera poco, continuar recibiendo la vil paga del imperialismo… una papaya pues.

 

CNE:

¡Qué molleja!, y que aceptar la remoción de la actual directiva del CNE! ¡Que torpeza tan monumental, señores! ¡Que gigantesca metida de pata, amigos! Esto lo decimos porque el imperialismo, fracasados todos los intentos por derrocar este gobierno y no teniendo más opciones para lograr ese "ideal", es por ahí por donde va a querer meterse para lograrlo, o sea, para tratar de controlar los organismos electorales; objetivo para el cual, por supuesto, no le falta recursos. Todo lo contrario, le sobran y los va a poner en juego para alcanzar ese fin; van a poner toda la carne en el asador y no va haber recurso que no utilice, desde el soborno hasta la amenaza, para lograr lo que por tanto tiempo han estado buscando infructuosamente: un CNE a su servicio y aspiraciones.

Ahora, lo que realmente asombra es la pasmosa facilidad con la que sea aceptó el pedido de una oposición completamente derrotada y sin perspectivas de ningún tipo. De una oposición que no está en condiciones de imponerle nada a nadie. Y sin embargo, en lugar de aprovechar esa situación para acabarla de neutralizar, lo que hace es lanzarle un salvavidas para sacarla de su postración y devolverle la posibilidad de convertirse de nuevo, mediante el fraude y el soberano, etc., en una opción real de poder. Fraude de que no tendría ninguna oportunidad de prosperar, valga la pena decirlo, mientras al frente del CNE se encontrarán esas sólidas e impenetrables murallas anticorrupción, que sin duda son los ilustres rectores que la dirigen. ¿Podría decirse lo mismo de los nuevos cinco miembros que dirigirán el organismo? ¿Podría asegurarse que éstos serán tan infalibles contra todo intento de pervertir el organismo como lo han sido estos insignes compatriotas? ¿Podrán sus sustitutos resistir los fuertes cañonazos de dólares y las jugosas prebendas con los cuales serán bombardeados permanentemente?

No sabemos cuándo podremos enviar estas líneas a aporrea ni tampoco cuándo podrán ser publicadas, porque entre otras cosas desde que los ladrones se robaron los cables de la CANTV, y de eso hacen ya más de dos años no tenemos ni teléfono ni internet. Pero en caso de que sea publicado antes de que se haya designado la nueva directiva del CNE, entonces el gobierno debe detener la necesaria humildad revolucionaria para reconocer que se equivocó y retirar la propuesta.

Pero en el supuesto de que ya hayan sido designadas las nuevas autoridades del organismo electoral, entonces incorporar en la nueva Constitución las elecciones automatizadas. Esto para impedir que puedan lograr el sueño dorado de la oposición como son las elecciones manuales.

Para finalizar, como venezolano, profundamente preocupado por el destino de mi país, no puedo menos que protestar por la forma tan alegre; despreocupada e inconsulta de tomar decisiones que, como la comentada, podrían tener consecuencias realmente impredecibles para la nación venezolana. Porque sustituir a quienes por su exitoso y reconocido desempeño al frente del CNE se han hecho dignas de los mayores y más encendidos elogios, ha sido un error que podría costarnos demasiado caro y esa eficiencia y rectitud con la que se ha venido manejando el máximo ente comicial es lo que precisamente irrita e incomoda a una oposición que va da puntada sin dedos. Y ello, porque sabe que mientras Lucena, Socorro, Oblitas y la otra rectora cuyo nombre no recuerdo, estén allí, al frente del CNE, sus asquerosas maniobras estarán irremediablemente condenadas al fracaso. Por algo las han ofendido y ultrajado tanto, y por algo también quieren salir de ellos a toda costa. En este sentido, al parecer, Ramos Allup se va a salir con la suya.

El agua, en Maracaibo, la quitan por un mes y cuando la envíen, lo hacen apenas por unas pocas horas. En esta desesperada situación hemos estado casi un año.

MISIÓN NEVADO:

Una jauría de cinco perros atacaba a un niño de seis años que padecía de Leucemia y casi lo matan. Estos animales pertenecen a una perrera particular ubicado en una zona residencial. Y pese a las denuncias, ahí están.

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