Los gringos aprietan y los maduristas se van dispersando como los insectos tras una andanada de baygon. Saben que esto se cae pronto, y tratan de acomodar su futuro. Ya los voceros imperiales les mandaron un aviso: "arregle su futuro". La advertencia parecía dirigido sólo a maduro, aunque tocó el corazón de todos los enchufados.
Ahora nadie quiere anotarse con maduro, hasta el mismo maduro arrugó y lanza la pelota de guaidó al fiscal, al sistema judicial. El fiscal, tan presto contra los gerentes de PDVSA, tan duro contra la fiscal, contra el presidente de la petrolera, ahora calla; él, tan dado a la rueda de prensa, a la acusación pública, ahora es el príncipe del silencio.
Sin dudas, estamos viviendo los últimos días del madurismo, los síntomas son claros, las costra se resquebraja y por las grietas escapan los apoyos oportunistas, parece que Rusia ya arrugó. Los aprovechados son marcadores de la debacle, ellos tienen fino olfato para presentir para dónde soplará el viento y su estampida es una sentencia al madurismo.
La pelota está en el campo madurista, guaidó los reta apoyado por los gringos, que en la práctica mandan aquí. El ejecutivo se desmarca, lanza la pelota a campo judicial, al fiscal y el poeta no quiere asumir la carga. ¿Cuánto tiempo durará esta situación? No lo sabemos, aunque cada día son menos los jerarcas que se atreven a permanecer en la nave que se hunde, ya se les ve en la cara las ganas de saltar, estarán arreglando sus maletas, sacando a sus seres queridos.
Estamos llegando al fin, quedarán los maduristas pendejos, los vivos comenzarán a volar. En los próximos días habrá deserciones en el campo del lumpen sindical, no tienen de dónde agarrarse. Intentan una épica de fantasía, como esa de contrabandear la caimanera dirigida por iris varela en el puente internacional con Colombia como una batalla contra fuerzas extranjeras, una victoria contra fuerzas invasoras, exponiendo a la Fuerza Armada al ridículo. La realidad es que no tienen épica que recordar, ni ideas para construir nada.
Estamos asistiendo al fin del madurismo, entramos en la etapa de preparar el futuro que llegará muy pronto, las fuerzas comienza a tomar posiciones en el tablero, los líderes exiliados se preparan a volver. En lo interno las amarras del madurismo comienzan a estallar, el control es cada vez más precario, las protestas resurgieron, la situación económica es insoportable. Justo es reconocer que las fuerzas del Chavismo chavista, el auténtico, están muy disminuidas, víctimas de una brutal campaña de descrédito, víctimas también de sus propios errores, de su incapacidad para entender temprano que el madurismo es una traición a Chávez, que no es Chavismo. Sin embargo, ya ha superado esa etapa de extravío, ahora se proponen recuperar el terreno perdido en el corazón de las masas. Su papel protagónico dependerá de su capacidad para agruparse, construir una vanguardia, un organismo de dirección que retome la ideología chavista, aquella de "contra la lógica del capital", la del Plan de la Patria. No hay que desesperarse por la debilidad, vienen tiempos de definición, de agitación, toda crisis es una oportunidad revolucionaria, y en ella el Chavismo tiene mucho que decir y mucho que hacer en la conducción de esa masa que seguro sabrá detectar a sus verdaderos líderes.