La SS venezolana: Soberbia Suicida

Lunes, 27/04/2020 01:41 PM

Cuando se ven noticias de fanáticos que controlan, encierran y llegan al extremo de suicidios colectivos, asumimos que la única motivación para esa degradación humana es el tema religioso. VENEZUELA y con ella todos los venezolanos, que en ella nos encontramos, somos victimas de un fanatismo desmedido, caracterizado por una soberbia sin límite, sostenido por un grupo de militares que perdieron de vista, hace rato, cual es su misión, convirtiéndose en el soporte de una política suicida.

Tratar de vender la idea del manejo exitoso de la crisis del coronavirus, ignorando que para su inicio Venezuela era un país aislado, con muy poca movilidad internacional, pocos vuelos, ausencia de cruceros, inmensos grupos huyendo de la miseria, partían diariamente de nuestro territorio en búsqueda de mejores opciones de vida y todo lo que ya sabemos; es por decir lo menos, ingenuo. Peor aún peor, es creer que la llegada masiva de venezolanos, en retorno obligado por la perdida de empleos en sus diversos destinos, es un éxito que merezca celebración.

La carencia de gasolina en un país productor de hidrocarburos, en medio de la crisis del coronavirus (lo que la minimiza) no sólo es expresión del fracaso de la gestión publica en la materia, es también la forma más simple de observar que la motiva y que la sostiene. Militares, sin formación, gerenciando la política pública y militares formados, organizando la distribución de gasolina en largas colas, caracterizadas por el manejo discrecional del acceso a las estaciones de servicio.

Una economía de rodillas (importadora = no productora, ahora ni de hidrocarburos), un sistema de salud pública desmantelado, un pueblo con hambre, familias que ven mermarse sus reservas de alimentos sin poder acudir a los centros de distribución, sin gasolina o sin dinero, o sin ninguno de los dos, productores que pierden sus cosechas por no poder movilizarse. En medio de este panorama, la soberbia es la forma de respuesta seleccionada el gobierno, regresar a las fracasas política de control de precios, reprimir y matar personas en las manifestaciones, intimidar para controlar. ¿Se dan cuenta de que el hambre no se controla con intimidación?

Venezuela necesita, con urgencia, un acuerdo político que permita abordar la crisis que vivimos actualmente, que garantice retomar el hilo constitucional que nos conduzca a unas elecciones presidenciales libres, con amplia participación de los diversos factores políticos que hacen vida en el País. Para que esto se posible, se debe deponer la soberbia, se debe estar dispuesto a sentarse, con integridad, en una mesa de negociación política que tenga como única motivación a VENEZUELA.

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