En el centro del estado Anzoátegui la vigencia de los derechos humanos retrocedió 100 años

Domingo, 05/07/2020 10:30 AM

Quien no viva o haga vida cotidiana en esta noble región oriental podrá pensar que estoy exagerando, pero lamentablemente es así. Por desgracia volvímos a los tiempos en que el enano Eloy Tarazona, oscuro espaldero de Juan Vicente Gómez dirigía personalmente (entre iracundo y burlón) las sesiones de tortura en la Cárcel de La Rotunda, a principios del siglo pasado.

Quienes me siguen por las redes les consta que he venido denunciando constantemente los crímenes y abusos cometidos por los funcionarios en quienes el estado ha confiado el sagrado derecho de proteger a la población, tanto a su integridad física como a sus bienes.

Volvimos a los tiempos en que un anciano de 80 años es colgado de los testículos hasta morir, en los calabozos del CICPC de Aragua de Barcelona luego de una severa golpiza y luego simular su suicidio mediante ahorcamiento, pero en las gráficas tomadas al cadáver por los familiares destacan unos testículos casi desprendidos con alambres. Ante nuestra denuncia el funcionario asesino solo fue trasladado para El Tigre, donde hace algunos meses asesinó de un disparo a una jovencita de 16 años.

Volvimos a los tiempos en que la hermana de una lideresa del Psuv Anzoátegui es torturada por una comisión del Cicpc Aragua de Barcelona y golpeada mientras es asfixiada a intervalos con una bolsa plástica en la cabeza.

También volvimos a los tiempos, que en algún momento creímos superados, donde una comisión de la Policía Municipal de Anaco, en horas de la noche acorrala y fusila al destacado estudiante del Instituto Universitario Antonio José de Sucre, de apellido Perales en el puente Guárico de Anaco, a pocos metros de su casa mientras los vecinos clamaban por su vida, todo porque el joven cometió el pecado capital de decirle un piropo momentos antes a la novia de uno de sus asesinos, quienes de por vida llevarán sobre sus conciencias dos crímenes porque la atormentada madre al leer en la prensa que los asesinos de su hijo fueron puestos en libertad sufrió un infarto fulminante que le causó la muerte.

Volvimos a los tiempos en que dos hermanos (de 17 y 19 años) destacados estudiantes universitarios, uno del Instituto Universitario Antonio José de Sucre, de Anaco, y el otro del Ince Militar, en el Fuerte Tiuna, hijos del honesto y conocido luchador social Damin Cáramo fueron ajusticiados en el sector Las Colinas de Anaco por otra comisión de la Policía Municipal, ante la protesta de los vecinos y del taxista que les decía a gritos que no habían sido ellos quienes lo atracaron. Esas no fueron razones suficientes y le propinaron un tiro de gracia a uno de ellos y obligar al otro hermano a llevarlo cargado un tramo de la calle e introducirlo en el taxi y conducirlo hasta un paraje solitario y también ejecutarlo, estando de rodillas, esposado e implorando por su vida. Debido a ello su madre, hermano y hermanas se fueron del país para evitar la ira e impotencia de verlos a diario pasearse burlescos por el frente de su casa en motos policiales, aún cuando pesan en sus contras varias medidas privativas de libertad, entre ellas por homicidio calificado, mientras los tribunales llevan tres años difiriendo las audiencias por distintas razones risibles, todas bochornosas.

Igualmente volvimos a los tiempos de las desapariciones forzadas de la cuarta república, ahora con más impetus, a tal punto que solo en Anaco en los últimos tres años llevamos dos desaparecidos forzados a manos de organismos de seguridad, uno de ellos el pastor evangélico Ender Villalobos, hijo del anaquense ejemplar Ramón Villalobos; y en Cantaura tenemos en ese mismos lapso de tiempo tres desapariciones forzadas, uno de ellos el hijo de la camarada Lourdes Laya, miembro del buró político comunal del Psuv Freites.

Y vergonzosamente también volvimos a los tiempos en que se tortura con corriente continua y rines de vehículos y pies descalzos, ante la mirada indiferente de los Eloy Tarazona, y los nuevos Mujiquitas y los Ño Pernaletes del siglo XXI.

También es del conocimiento público la forma como un funcionario del Cicpc Anaco fusiló de un certero disparo a quemarropa en el corazón delante de su esposa y una multitud en las afueras de la discoteca Palacio, de Anaco, al joven de apellido Gerardino, sobrino de la dirigente del Psuv Delia de Guatarama, y que siendo fiscal superior de Anzoátegui me vi en la necesidad de trasladarme para Anaco y sacar el cadáver del jóven que estaba siendo velado en su humilde casa de la calle Sucre porque entre el eje de homicidios del Cicpc y la fiscal de guardia habían montado un entarimado para simular un homicidio accidental o culposo. Allí pude observar la indignante y grotesca escena del tiro de gracia con el tatuaje de pólvora en el corazón.

Me pregunto: Por que los encargados de administrar justicia en estos tiempos se ensañan contra los cuadros revolucionarios?

A todos ustedes les consta la infinidad de veces que los he denunciado por las redes y en eventos públicos sin lograr eco de absolutamente de ningún funcionario con la más mínima sensibilidad humana y social. Solo en una oportunidad el año pasado logré que un grupo de constituyentistas de la Comisión de Derechos Humanos de la ANC oyera en los espacios del CLEANZ de propia voz de las víctimas directas e indirectas las bochornosas denuncias, pero no pasó nada, como era de esperarse.

Ahora si entienden por qué un mayor y un capitán de la Guardia Nacional arremeten contra mí porque llevaba en mi vehículo un facsimil de arma de fuego para defenderme de cinco sujetos que me agredieron físicamente delante de varios testigos, que también llevaban 2 noches y 2 días haciendo la cola en Super Estación para surtir combustible?

Ahora si entienden por qué fuí golpeado en los testículos en las instalaciones de la Guardia Nacional de Anaco, esposado e introducido en un calabozo de 3X3 metros con 20 personas privadas de libertad?

Por cierto todos sin derecho a tener al menos una colchoneta ni almohada porque hace pocos meses les fueron retiradas y quemadas como castigo por haberme hecho llegar una nota donde denunciaban los continuos maltratos de los militares.

Entre esos privados de libertad están Luven Rivera, ingeniero de sistemas e ingeniero industrial, también Luis José Cardona, con dos títulos de ingeniero igualmente. Ambos gerentes de PDVSA GAS ANACO, contra quienes la GN armó un expediente amañado en complicidad con otro funcionario de la industria, y a quienes les solicitaron la suma de 1500 dólares para «dejarlo así», que por desgracia no tenían. Ambos están muy enfermos, a tal punto que temo que el ingeniero Cardona fallezca en cualquier momento por un paro respiratorio, debido a que se mantiene en constante estado de asfixia por una afección pulmonar. Cardona, me dicen los otros privados de libertad, que durante 2 de las más de 30 crisis respiratorias que ha sufrido ha intentado suicidarse.

Éstas y otras tantas denuncias he elevado a las más altas instancias de la sistema de administración de justicia, pero la indiferencia da vergüenza. Por eso éstos dos tipejos vestidos de verde oliva se sienten inmunes, por eso humillan, maltratan, extorsionan sin ningún reparo. Por ello impunemente venden en dólares la gasolina que fue destinada por el gobierno nacional para ser surtida a la población, ya lo venían haciendo con la comida y los medicamentos subsidiados a través de una extensa red de bachaqueros apostados en el centro de la ciudad que son abastecidos de manera grosera por vehículos oficiales de la Guardia Nacional ante la mirada impotente de la población que como nunca antes en nuestra historia republicana ha sentido los estragos del hambre.

Un día cualquiera vi a un humilde señor rogarle a un comerciante del mercado municipal de Anaco que le vendiera dos (2) ajíes a lo cual se negó porque mínimo debía vender 100 gramos. Compré los 100 gramos de ajíes y se los regalé. Noté que llevaba en la mano una «tetica» de aceite para freír. Ante esa tragedia le pregunté por qué no cultivaba ají en su casa y me contestó que debía caminar casi un kilómetro diario para buscar una pimpina de agua para tomar en su casa, que no había agua para cultivar. En ese momento recordé que el presidente Nicolás Maduro aprobó una millonaria suma para un proyecto de distribución de agua en la zona centro de Anzoátegui que no sabemos en qué paró, pero al menos me consta que en Anaco más del 80 por ciento de la población carece de ese vital servicio mientras los encargados de ejecutar la obra se pasean descaradamente por la ciudad en camionetas lujosas de 90000 dólares y hasta más. Por cierto que esas denuncias se encuentran en las instancias correspondientes, yo personalmente las recibí, procese y transmití cuando fui defensor del pueblo de Anzoátegui, soportadas con elocuentes gráficas y videos donde se ve como pintaban tuberías y válvulas viejas y oxidadas y las enterraban como si fueran nuevas.

Seguramente esas fotos y otras más son las que anda buscando la fiscal 8va para eliminarlas de mi teléfono y proteger a sus amigotes, pero resulta que no soy tan tonto como parezco, y están a buen resguardo. También están a buen resguardo en manos de otros directivos de la Fenaddeh y Cantaura Vive las grabaciones donde se oyen a conocidos jueces y fiscales extorsionando a empresarios, y mis mensajes elevándolos a instancias superiores. Tengo la buena costumbre de grabar ese tipo de conversaciones y resguardarlas. De manera, señora fiscal que de nada le servirá mantener retenidos ilegalmente mi teléfono celular y mi carrito viejo, a sabiendas que existe una resolución de la ex fiscal general Luisa Ortega Díaz donde se les ordena devolver esos bienes a más tardar dentro de las 24 horas de hecha la solicitud. Si usted lo que quiere son dólares se volvió a pelar porque no tengo. Sepa señora fiscal que cuando dirigí el Ministerio Público en Anzoátegui recibí varias instrucciones superiores directas de removerla del cargo por el legajo de denuncias contra usted, a lo cual me negué porque acababa de dar a luz y estaba amamantando, por eso opté por colocar a otra fiscal en el cargo principal y dejarla a usted como auxiliar.

Sé que tampoco me perdona el hecho de haber allanado y metido tras las rejas a un conocido asiático que mantenía acaparadas más de 200 toneladas de comida y artículos de aseo personal mientras la población sufría de hambre, acción de justicia social que asumí con gallardía a sabiendas de lo que me exponía.

Para que equipo juega usted señora? Porque hace pocos meses desalojó a la fuerza y envió a prisión a un humilde artesano propietario de un local en en la avenida Zulia de Anaco y se lo entregó a través de un abogado a los dos diputados anaquenses que se robaron la ayuda humanitaria en Cúcuta, que iba a ser destinada a los compatriotas que deambulan por las carreteras de Suramérica huyendo de la muerte e intentado regresar a la patria.

Les advierto a los dos malandrines que están al frente de la Guardia Nacional Anaco que no me intimidaran con sus amenazas porque soy un revolucionario convencido y valiente, como se los demostré durante mi cautiverio. Si a ustedes los envió no sé quién a mancillar a los nobles pobladores de este digno pueblo sepan que no lo lograran porque más temprano que tarde los echaremos a la fuerza de aquí y tomarémos los accesos a la ciudad para que no vuelvan a entrar ni de visita. Y en cuanto a pretender descalificarme enviando fotos a las redes donde salgo esposado, les informo que al respecto el gran revolucionario venezolano Orlando Araujo escribió en tiempos del puntofijismo que: «La prisión es una pasantía obligatoria para todo militante revolucionario»; también dijo que «Todo revolucionario verdadero respalda con la muerte el hecho de vivir en rebeldía». No sé de dónde son un aborto ustedes, pero los hijos de Anaco los echaremos para no volver, y sanearemos las instituciones como les consta que lo hemos hecho en un pasado no muy lejano en que nos hemos unido y hecho valer el imperio de la ley, como cuando logramos que eliminaran la sede de la Disip en Anaco el año 1995.

Agradezco la inmensa solidaridad de los anaquenses, que incluso, convocaron a una marcha y toma pacífica de las inmediaciones de la Guardia Nacional Anaco, y que fué abortada porque me trasladaron para los tribunales de El Tigre a 5 minutos para las 6 de la mañana de aquel viernes.

Agradezco a mis hijos José Rafael y Glorimar Libertad, y a su madre Estherina De Michele todo sus apoyos; perdonenme por haberlos hecho llorar, esa imagen de ustedes llorando frente a la GN martilla mi mente. A mis hijos Haydee Gabriela y Simón José Antonio, quienes viven en el extranjero, también agradezco su solidaridad.

Agradezco también al excelente equipo jurídico conformado por los Dres Arturo Pinzón y María Requena, al Frente de Abogados Bolivarianos de la Zona Centro de Anzoátegui, al Colegio de Ingenieros de Anaco, a las emisoras radiales que se encadenaron en la denuncia hasta recobrar mi libertad sin restricciones por los efectos de un acta policial plagada de errores ortográficos, sin denunciantes ni testigos. Es decir, un adefecio jurídico.

Con ese facsimil cantidad de veces imparti instrucción a la Milicia Nacional Bolivariana en materia de CUERDA DE COMANDO, conocedor como soy de la materia de MANIOBRAS DE RESCATE EN ALTURA Y ESTRUCTURAS VERTICALES mediante las técnicas de rapel, sin percibir ningún emolumento a cambio, todo por la seguridad y soberanía de la patria.

Finalizo advirtiendo que estoy amenazado de muerte y no pienso esconderme ni huir del país, solo quiero dejar constancia que ante algún hecho consumado, porque me han enviado con 2 personas distintas que aprecio que me van a dar «otro pedacito de patria», activen el derecho humano alternativo de la protesta y la movilización de calle.

Agradezco sinceramente al profesor Aristóbulo Isturiz, quién fué informado de mi situación por el comandante Rafael Uzcategui, e inmediatamente envió a varias personalidades a garantizar mi integridad física.

Denuncio que para activar esta línea telefónica que estoy usando intenté recuperar infructuosamente la copia de seguridad de mis contactos y por el correo electrónico me enteré que el mismos está siendo manipulado por personas extrañas.

Ante todas éstas irregularidades me pregunto:

En que momento perdimos el rumbo?

Hacia donde nos conducirá está impunidad?

Cual será el país que legaremos a nuestros hijos y nietos?

Los hijos de Anaco debemos unirnos para proteger nuestro terruño del severo autoritarismo impuesto por la Guardia Nacional antes que sea demasiado tarde. Sin diferencias de ninguna índole, sin egoísmos ni apetencias burocráticas ni materiales.

Con mis mejores afectos
Rafael Hurtado Bravo.
Escritor. Directivo nacional de la Fenaddeh y de la Asociación Cantaura Vive.
Anaco, 2 de julio del 2020.

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