A 72 horas de su desaparición forzada ¿Dónde está Carlos Lanz?

Martes, 11/08/2020 01:46 PM

Nota de Aporrea: La autora es esposa de Carlos Lanz. Desde Aporrea, vaya nuestra solidaridad y mejores deseos en estas duras horas para toda la familia de nuestro apreciado compañero y frecuente columnista de este medio.

Maracay 11 de agosto 2029.

Ya casi a 72 horas de la desaparición forzada de Carlos, me atrevo hacer estas reflexiones en un momento de Soledad y de introspección que la misma complejidad del caso me ha permitido.

Carlos Lanz desde los 17 años se hizo guerrillero y se entregó a una causa, desde la línea justa, luchar hasta vencer, contra un sistema enfermo, carcomido y deshumanizado. Siempre del lado de los desposeidos y desposeídas, de los de a pie, de los que solo tenemos sueños y utopías.

Desde su postura de combatiente, de maestro, de sembrador de sueños y esperanza, emplazandonos a organizarnos, a unirnos, a acumular fuerza para transformar la realidad. Otorgandonos su obra, su millones de horas de trabajo dedicadas al análisis crítico y construcción de propuestas donde se dibuja una sociedad justa, equtativa, solidaria, amorosa, contrahegemonica y libertaria.

Nos ha costado mucho entender y desarrollar su obra, pero hoy todos y todas estamos unidas y unidos por su causa, por su búsqueda por no permitir que se tergiverse las verdaderas razones de su desaparición, las cuales son políticas, porque Carlos representa un obstáculo en el camino torcido de muchos y muchas.

Carlos, desde hace rato venia pensando y reflexionando demasiado y eso no conviene a los que se oponen a la construcción de nuestros sueños y utopías. Muchos dicen que se exponía demasiado, quizás….pero ¿cómo hacía entonces para gritarle al mundo que entendiera que nos están destruyendo los sueños con planes perversos y alianzas diabólicas? ¿Con errores que estamos cometiendo? ¿Cómo hacía para que su verbo y su relato fuesen escuchados?

Irónicamente, hoy estamos unidos y unidas todos y todas por su causa, por su búsqueda porque no queremos ni aceptamos perder a ese Carlos noble, tierno, amoroso y sensible a quien tanto hemos subestimado al no escuchar y entender lo que desde hace más de 30 años nos venía diciendo y que en la revolución se profundiza en el plano político, económico, pedagógico, organizativo, militar y cultural.

A ese Carlos histórico, combativo, visionario, predictivo, hoy tememos perderlo fisicamente; es comprensible y lógico porque lo amamos, respetamos y admiramos profunda y hermosamente, no nos imaginamos sin su mirada profunda y su sabia paciencia, sin su cálido y reflexivo rostro, sin su profundo consejo en su voz suave y pausada.

¿Lo volveremos a ver? ¡No lo sé! Lo que si estoy segura es que su obra, su orientación, su ejemplo, constancia, irreverencia, perseverancia están allí, a esas nadie las secuestra. Serán nuestras y estarán con nosotros y nosotras para siempre, cuando por fin la entendamos y construyamos ese mundo posible, esa sociedad imaginada y real que todos y todas los oprimidos, explotados que no tenemos bienes y fortunas malhabidas, ni hemos despojado a nadie para enriquecernos, nos merecemos. Sólo cuando lo entendamos, nos unamos en una sola causa y profundicemos nuestro hacer revolucionario, entonces mi terco Carlos Lanz, profundamente amoroso por su causa, quien enfrentó a su familia y a la sociedad entera, por sus ideales, ese, que ni la prisión, ni torturas hicieron claudicar ni doblegar, estará con nosotros eternamente y nadie lo apartara de nuestro lado, de nuestra lucha y de nuestro horizonte.

No les voy a dar las gracias porque no puedo agradecer lo que se hace desde la convicción, el amor, la militancia y la hermandad.

Hoy Carlos Lanz somos todos y todas. Solo el pueblo encuentra a Carlos, nos toca buscarlo debajo del mar, en el subsuelo, en las montañas, detrás de las piedras, debajo de los ríos, en las escuelas, en los cuarteles, en las comunidades, en las fabricas, en los pueblos.

Se que allí está mi Carlos, el de uds, el de todos y todas. Busquemoslo y pronto, se hace tarde……

Mayi Cumare.

Desde la tristeza y el llanto pero por sobre todas las cosas, desde la rabia y la convicción, desde la lucha y el amor.

Carlos Lanz somos todos y todas.

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