«Dichosa yo, si, al fin del día,
un odio menos llevo en mí,
si una luz más mis pasos guía
y si un error nuevo extinguí».
Gabriela Mistral
Me detuve no más de 20 minutos en el centro de la ciudad a realizar una pequeña compra, donde se encontraban varias personas totalmente desconocidas para mí. El que me atendía, un amigo de varios años, tocó el tema del Tour de Francia, y apenas se fueron algunos de ellos, me hizo un comentario en voz baja, de uno que se había marchado hablando peste de los chavistas; me hizo unas descripciones de su fisonomía, repitiendo la expresión que lo motivó alertarme ¡Maldito chavista, provoca matarlo! la mencionó con tanta vehemencia, que el rostro le cambio por completo, causándome risas, porque parecía el verdadero vociferante de semejante amenaza.
El amigo, siguió atendiendo al público, sin dejar de hablar del Tour, pero llegó el momento, que entre risas y recuerdos de la lucha, sacó a relucir el triste episodio vivido en Ruanda, y para tratar de apaciguarle el temor, que por momentos dejaba ver en su rostro, le dije: “Eso es, un caso totalmente distinto” sin apartar mi preocupación, el cual no es de ahora, si no que la mantengo, desde el mismo momento de haber ingresado a las filas del movimiento revolucionario, y más, cuando se lanzó el Comandante Chávez a la conquista del poder, porque aparecieron por todos los medios de comunicación la incitación al odio, llegando a matar, como lo revelan algunos casos, que se mantienen sin esclarecer.
Hago este pequeño relato, porque en mis años de lucha me he encontrado con personas con distintas maneras de pensar y actuar, y además el poeta Manuel Mur Oti en su poema el (DUELO DE LA CAÑADA) lo dice bien claro: “Cuando el odio y la rabia se incrusta en las venas, no hay quien pueda calmarla”. Entre los opositores el odio ha ido en aumento contra el Presidente Maduro y el proceso bolivariano, pero nada que ver con Trump, y el imperialismo, quienes no esconden el temor de perder el patio trasero, que habían mantenido por años, y en parte fue recuperado por el Comandante Chávez; ya lo había anunciado Ali Primera en su canción (América Latina obrera) donde nos dice: “El yanqui teme que tú te levantes, América Latina obrera, no sé, ¿por qué no lo haces? El yanqui teme a la revolución, el yanqui teme al grito ¡yanqui go home! ¡yanqui go home”.
El triunfo de la revolución cubana, puso en alerta a los gobiernos gringos. Después de su fracaso en bahía de cochinos, cambiaron de estrategia hasta llegar a la guerra de (CUARTA GENERACIÓN) poniendo todos sus adelantos tecnológicos y conocimientos en los medios de comunicación para socavar la manera de pensar de su enemigo de clase; todo esto lo había adelanto el editor Joseph Pulitzer en una expresión: “Una prensa cínica, mercenaria y demagógica, producirá un pueblo cínico, mercenario y demagógico” Este pensamiento sirve para desenmascarar a muchos diarios en el mundo, que son utilizados precisamente para convertir a seres humanos en verdaderos autómatas.
En nuestro país, las falsas noticias aparecen todos los días; la mayoría son desmentidas al momento, pero dejan en muchas personas el cerebro acelerado por el “veneno” utilizado en forma repetitiva, hasta ponerlos a dudar, y terminan involucrándose en hechos, como el sucedido en las pasadas guarimbas: quemar a un inocente transeúnte por el simple hecho de parecerse a un chavista por el color de la piel; copia fiel y exacta a los hechos recientes en Estados Unidos. Son los necrofílicos en acción, calificados por un amigo ¡Los zamuros venezolanos! Gozan con la muerte.
En los últimos días, las amenazas, han pasados a hechos concretos: han matados a varios dirigentes del proceso bolivariano, y ninguno ha sido aclarado; el mismo procedimiento, cuando comenzó el gobierno del Comandante Chávez, y todavía estamos esperando el enjuiciamientos a los culpables. Para completar el momento bastante preocupante y favorable para el imperialismo, y la principal pieza visible Donald Trump, ha empezado un forcejeo entre las fuerzas revolucionarias, en parte por un grupo del (GRAN POLO PATRIOTICO) con descalificaciones muy lejos de la actuación de un verdadero revolucionario. A quienes vienen actuando de esta manera, lo único, que les quiero recordar, es que echen una mirada al pasado del Chile de Salvador Allende, el cual nos permite sacar conclusiones muy valiosas, porque nos podemos quedar, sin el chivo y el mecate.