Trascurridos varios días de lo que ha sido nuestra liberación como preso político sobre lo cual fui sometido a cualquier tipo de tortura psicológica en una detención que estuvo bajo la responsabilidad de un órgano militar, siendo inicialmente encerrado en una celda de castigo en la sede principal de esa organización de contrainteligencia castrense, sin derecho a alimentos ni agua en los primeros días de mi cautiverio, sin tampoco recibir ningún tipo de medicamento anticonvulsivo para mi epilepsia y menos para mí invidencia del ojo izquierdo, y luego de casi 60 días de encierro en ese centro, para después ser trasladado a una cárcel común repleta de homicidas, secuestradores, violadores y narcotraficantes, y en la cual, además de dormir en el piso, había que ver el cómo ratas, cucarachas y cualquier tipo de plaga invadían tales espacios, sin obviar que el agua era un líquido prácticamente inexistente en tal centro penitenciario, limitando con ello la higiene y limpieza de los privados de libertad, así como lo que llaman "infraestructura", sin obviar la pésima alimentación que recibe toda la población carcelaria, aunado con el sufrimiento personal y familiar que se combina en una situación semejante, resulta condenable que mientras ocurrían tales hechos, algunos articulistas de Aporrea, no sólo ignoraron tales atropellos, sino que otros, o bien explanaban su alegría por nuestra detención, u otros "pasaban agachados" ante la barbarie que se cometía en contra de nuestra integridad personal, resulta curioso ver que muchos de éstos individuos, son quienes a través de medios, columnas y redes ahora levantan sus voces e "indignación" por la supuesta violación en sus derechos humanos que estaría recibiendo el colombiano Alex Saab actualmente detenido en Cabo Verde.
O sea, que para un grupo de articulistas de Aporrea y de quienes apoyan el actual sistema de detenciones sobre personas que son convertidas en presos políticos en Venezuela, según la tesis de tales analistas o articulistas, quienes son aprehendidos bajo las narradas condiciones deben ser llamados "políticos presos", o algunos más extremistas, aunque sea el presidente de la República quien nos otorgue el indulto sin llegar a ser presentados ante un tribunal para una audiencia preliminar que calificara nuestro "delito" se atreven a decir que prácticamente yo era un "delincuente común" ¡Vaya racionalidad! Verbigracia, suponemos que al ser "políticos presos", tal cualidad y adjetivación es lo que otorga el derecho a sus verdugos para ejecutar sobre sus víctimas cualquier barbarie sin que por ello exista alguna responsabilidad, y más aún, llegar al extremo que en especial la llamada "ley contra el odio", que sería el "instrumento" que justifica la mayoría de tan arbitrarias detenciones, esa misma "ley" no aplica sobre quienes apoyan el actual sistema político.
También llama la atención que algunos de esos articulistas que justificaron la detención de Javier Vivas Santana, tengan un promedio de tres cifras de lecturas en Aporrea, pero apenas colocan nuestros apellidos en los títulos de sus ensayos, éstos superan las cuatro cifras de esas acciones y hasta el promedio de sus niveles de asimilaciones en visitas, lo que revela, aunque no lo acepten, que de manera directa nuestro nombre está ligado con un importante interés en el quehacer del debate y el pensamiento político.
La aversión de algunos articulistas de Aporrea hacia Javier Vivas Santana no es nueva, pero si algo quedó claro durante esta amarga experiencia personal, es que mientras no deseo que algo similar ni siquiera le ocurra al peor de los adversarios, menos bajo esquemas de arbitrariedades e ilegalidades tanto en lo constitucional como en lo procesal, la miseria humana de esos pocos, supongo que por intentar justificar lo injustificable, esa sería la razón que en este momento los lleve a defender los "derechos" de individuos extranjeros como Alex Saab.
Nunca quise escribir algo sobre parte de nuestra autobiografía en el contexto de mis modestos artículos, pero ante tantas calumnias, mentiras y sobre todo maldad de "seres" que sí están llenos de odio, por razones que sólo ellos mantienen en llamas dentro de su alma y corazón, considero pertinente dejar en evidencia que a nadie guardo rencor y menos cualquier tipo de animadversión por causas políticas.
En todo caso, cuando escriban sobre Javier Vivas Santana para tratar de desmentir lo que planteamos, sería interesante conocer en alguna parte de la historia, si ellos como autollamados "revolucionarios" en su concepción de "democracia" y "justicia", avalan todos los atropellos y violaciones de derechos humanos de los cuales fui objeto como lo han sido cientos y cientos de presos políticos y la población penal en Venezuela, o si por el contrario, efectivamente son capaces de "desmentirme" en los hechos vividos ¿Podrán regenerar y evolucionar su pensar?