Bachelet aviva ronchas sobre los Derechos Humanos en Venezuela

Lunes, 15/03/2021 01:08 PM

" … Lo que ha ocurrido, sucederá nuevamente. Lo que ha sido hecho, se hará nuevamente. Nada es nuevo bajo el sol. … "
Ecclesiastes 1-9

En lugar de mostrar señales de sanación, las heridas descubiertas por el informe Bachelet del 4 de julio de 2019 vuelven abrirse como consecuencia que en la actualización oral del mismo, presentada por Bachelet el recientemente pasado 11 de marzo de 2021, se mostró evidencia que, la corrupción, la desidia, la negligencia y la indolencia imperantes en la Administración Pública, toleradas y auspiciadas por el Gobierno Nacional, han causado violaciones a los Derechos Humanos que (por transitividad) se le endilgan al Gobierno Nacional, ello a pesar que (muy a tiempo) se hicieron muchos alertas para que el Gobierno Nacional actuara al respecto.

Por ejemplo, de haberse iniciado un proceso de control contra la la corrupción, la desidia, la negligencia y la indolencia imperantes en la Administración Pública, "la muerte trágica de al menos 28 migrantes venezolanos en el mar Caribe en diciembre de 2020" pudo haberse evitado ya que en esas mismas costas ya se habían sucedido hechos lamentables de naturaleza similar, incluyendo la desaparición de embarcaciones junto a sus tripulantes. No obstante estos incidentes, el Gobierno Nacional prefirió ignorar estos eventos como sucesos aislados y nunca ejecutó operativos de supervisión para evitar que estas embarcaciones ilegales siguieran saliendo de tales puertos, ello a pesar de la muy importante presencia militar en toda esa zona del Estado Sucre, con innumerables quejas de la población sobre los abusos que cometen contra el ciudadano de a pie.

En su actualización, Michelle Bachelet también se refiere al drama que padecemos referente al "acceso a los servicios básicos". Aunque no lo señala explícitamente, la tragedia de la explosión de gas en Monagas que ha dejado un número importante de fallecidos pudo haberse evitado si el Gobierno Nacional hubiese tomado en cuenta las innumerables denuncias que se habían formulado contra la la corrupción, la desidia, la negligencia y la indolencia imperantes en Gas Comunal. ¿Cuantas venezolanas y venezolanos están padeciendo enfermedades respiratorias por ser forzados a cocinar bajo el humo inclemente de la leña?. Aunque tarde, mientras estaba la Relatora Especial de la ONU en Venezuela, el Gobierno Nacional ordenó la ejecución de un operativo para desmantelar grupos mafiosos que se habían apoderado de la distribución del gas doméstico. Ojala y aun estén en operación investigaciones pertinentes para evitar que muchas más muertes ocurran por ese particular. No obstante, operativos similares faltan por ejecutarse contra la corrupción, la desidia, la negligencia y la indolencia dominantes en CANTV. ¿Cuántas venezolanas ó venezolanos han muerto por NO poder llamar a tiempo a un servicio de atención médica urgente?. Al igual que en el caso trágico de los inmigrantes y la explosión de las bombonas de gas, en el caso CANTV se han hecho innumerables denuncias sobre los manejos irregulares que se dan con este servicio de telefonía fija e internet.

Lo más grave con esta situación es que tal violación al Derecho Humano a la Comunicación por parte de CANTV, fue reconocido por el Estado Venezolano cuando (en los párrafos 40-42 de su respuesta) dejó sin responder tal acusación que le increpó la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en el párrafo 28 del ya referido informe A/HRC/41/18 de fecha 4 de julio de 2019. Es decir, reconociendo el hecho, el Gobierno Nacional ha preferido ignorar actuar al respecto.

Es así que argumentando tener apoyo en el informe de la Relatora Alena Douhan que, desafortunadamente, ignoró estos hechos internos porque su misión fue evaluar el daño que a las venezolanas y venezolanos nos han causado las sanciones coercitivas impuestas a Venezuela por Estados Unidos y la Unión Europea, como efectivamente lo hizo, el Gobierno Nacional ha pretendido que la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, también ignore la corrupción, la desidia, la negligencia y la indolencia predominantes en la Administración Publica que tantas muertes (como las propias sanciones coercitivas) nos han causado y que el Gobierno Nacional es el único responsable por tal violación al derecho Humano a la vida. Para colmo, ahora pretenden engatusar a la ciudadanía con el cuento que las comunicaciones dirigidas a la Asamblea Nacional para dejar constancia de estas violaciones a los Derechos Humanos NO pueden ser selladas como recibidas porque los respectivos sellos fuero robados. ¡En más de dos meses no han podido solucionar la desaparición de los mismos!. ¡Qué molleja!, seguro dicen con nostalgia y tristeza en Maracaibo.

Es claro que dejando de investigar las denuncias contra la corrupción, la desidia, la negligencia y la indolencia en la Administración Pública (de cuyos productos, como el solicitado Ramirez, la ex-fiscal y otros tantos de bajo perfil como el del Seguro Social, que solo escuchamos cuando están fuera del país, uno NO quisiera acordarse) el Gobierno Nacional favorece por parte de instituciones del estado la violación a los Derechos Humanos en Venezuela y, además, alienta en la ciudadanía el que las denuncias de nada sirven y que, en todo caso, se usan para intensificar el control social individual, identificando a los denunciantes y sancionándolos mediante la privación de los servicios por los cuales han presentado denuncia alguna. De esta forma, tal como se vaticina en el Ecclesiastes 1-9, los acontecimientos narrados se repetirán nuevamente en el futuro próximo, manteniéndose (como aquellas venas) abiertas las ronchas del informe A/HRC/41/18 de fecha 4 de julio de 2019.

Así, en la esperanza que el Gobierno Nacional pueda comprender que las sanciones coercitivas se combaten mejor erradicando la corrupción, la desidia, la negligencia y la indolencia de la Administración Pública, si existe un Dios, que ilumine nuestros pensamiento para entender el misterio de su existencia salvando nuestras almas, si alguna tenemos. Nitimur in vetitum semper, cupimusque negata. Levantemos la cara y con ella nuestra mirada al infinito inspirador eterno nos guiará a que juntos hagamos que Nazca lo que tenga que nacer y se destierre la maldad de la oposición en Venezuela.

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