Durante tres días hubo una verdadera guerra en la Cota 905. Un frente bastante amplio de batalla que alteró totalmente la vida del oeste de Caracas y causó numerosos muertos y heridos entre la ciudadanía que transita o vive en dichas zonas.
Para ahorrarnos palabras, haremos un balance de manera esquemática de esta absurda guerra:
1. Las megabandas como la del "Coqui" son un fiel reflejo de la progresiva descomposición del estado venezolano. Existen megabandas en muchos estados del país (aquí en el Zulia hay una tan grande como esa, en el municipio Baralt). Su existencia va íntimamente vinculada al auge de prácticas delictivas como el narcotráfico, el secuestro, la extorsión, el tráfico de gasolina y de oro, en íntima relación con funcionarios corruptos dentro de los cuerpos policiales y militares del país.
2. También existen las megabandas gracias a una tendencia política dentro del gobierno (decimos una tendencia, porque no necesariamente todo el gobierno comparte esto) que considera que los grupos hamponiles pueden, de alguna forma, actuar como defensores del "proceso revolucionario". Esa tendencia fue la que ejecutó la política de las "Zonas de Paz" (José Vicente Rangel, hijo, desde el ministerio del interior) y la formación militar de presidiarios para "defender la patria", como hizo Iris Varela en el Cucutazo de Guaidó en febrero de 2019 en San Antonio del Táchira. También se expresa claramente esa tendencia cuando Douglas Rico (jefe nacional del CICPC) dijo hace pocas semanas que la institución que dirige prefiere negociar con el grupo hamponil de la Cota 905 "para que depongan las armas" (Declaraciones de Douglas Rico sobre el Coqui ocasiona repudio en las redes sociales. https://www.aporrea.org/actualidad/n364453.html).
3. El conflicto "in crescendo" entre los cuerpos policiales y la llamada "banda del Coqui" es una guerra por el control del territorio donde se realizan las ya mencionadas actividades delictivas. El narcotráfico es una actividad expandida por todo el continente, y por toda Venezuela, y en el conflicto de la Cota pueden estarse manifestando choques de los distintos carteles (mexicanos, colombianos y "apureños").
4. Sin descartar que las potencias extranjeras y países vecinos interesados en derrocar al gobierno de Maduro puedan en un momento determinado intentar utilizar para sus objetivos políticos propios a estas megabandas, creemos que las razones principales de la guerra vivida la semana pasada no apuntan en esa dirección.
5. Las razones por las cuales la megabanda de la Cota 905 decidió atacar al mismo tiempo las sedes del Sebin en El Helicoide, de la Guardia Nacional Bolivariana en El Paraíso, y del CICPC en Quinta Crespo (además de otras sedes de la PNB), no están claras. Sobre todo porque era de prever la reacción contundente a la cual se vería obligado el gobierno, el cual tendría que dejar de lado las opiniones de las tendencias permisivas, negociadoras y que creen que el hampa es una "reserva de la revolución", y pasar a una ofensiva policial-militar contra el reducto criminal de la Cota, como en efecto ocurrió. De repente, el Coqui y sus cómplices decidieron suicidarse y buscaron una confrontación directa en la cual objetivamente llevaban todas las de perder. Esas razones de haber tomado la decisión de "ofensiva" militar contra los cuerpos del estado y contra la ciudad toda, no están claras. Aunque siempre queda la posibilidad de que son unos tipos tan desquiciados que perdieron completamente la percepción de la realidad.
6. Pero el tamaño del ataque realizado en forma simultánea, y el enorme parque militar encontrado en la Cota, no nos habla de una banda de locos que se les aflojó un tornillo. En esos ataques, de acuerdo a la amplitud del territorio y la cantidad de balas disparadas (calculo que más de 100 mil proyectiles se dispararon en esos tres días), indican que actuaron por lo menos unos 100 atacantes distribuidos entre El Valle, El Cementerio, Roca Tarpeya, Puente Hierro, El Paraíso y La Vega. Una significativa ofensiva militar que, en comparación, la guerrilla venezolana nunca pudo realizar ni un diez por ciento de eso, en los tiempos de la lucha armada en Venezuela.
7. La cantidad de armas y de balas decomisadas también representan un número jamás visto en Venezuela cuando las FALN y otras guerrillas se alzaron contra la democracia puntofijista.
8. Llama la atención que a pesar de contar con ese gran arsenal, la megabanda no haya defendido su territorio casa por casa, como era de prever, sino que aparentemente se retiraron en la noche del jueves para el viernes. Eso explica que no hayan sido capturados ni dados de baja ninguno de los jefes principales de la organización criminal. Parece que dejaron a "los más pendejos" para que enfrentaran el asalto final de los cuerpos policiales. Aunque, sin embargo, tampoco queda claro que se hayan producido un gran enfrentamiento como para dar de baja a 22 individuos, como afirma el gobierno. No se mostraron fotos de esas personas "caídas en el combate". Ni siquiera fotos de las ambulancias o vehículos retirando los cuerpos del sitio.
9. La decisión gubernamental de detener el día de hoy lunes a un importante dirigente de la oposición guaidosista, con el cuento de que era el que dirigía a la megabanda, junto a sus jefes en Colombia, España y USA, hace sospechar más aún sobre las verdaderas razones que causaron esta guerra infernal de tres días. Pues Maduro está utilizando la guerra del Coqui como la excusa perfecta para patear la mesa de la negociación política que se adelantaba con algunos países, objetivo que necesita cumplir para propiciar un nuevo llamado opositor a abstenerse en las elecciones regionales de noviembre, lo que le permitiría ganar nuevamente ese proceso electoral, tal como ocurrió en diciembre pasado.
10. Llama la atención que en la operación Gedeón, en la cual se produjo una invasión de 50 o más militares venezolanos de carrera, entre oficiales y suboficiales, estos llegaron a las costas del litoral central completamente desarmados, y fueron cazados como conejos en las zonas montañosas por las cuales intentaron escapar. Estos militares no eran los malandros improvisados que en sandalias y chorcitos hemos visto disparar en los videos de la cota. Pero extrañamente no pudieron usar ni pistolitas de agua. Si la megabanda de la Cota fuera una iniciativa de la política intervencionista de USA y Colombia en Venezuela, y teniendo esa enorme cantidad de armas en la propia Caracas, no les hubiera costado mucho movilizar unas 5-10 camionetas con hombres, armas y balas para que esperaran en las costas centrales el desembarco de esos militares subversivos. Pero no ocurrió nada parecido. Algo que también es muy extraño y que no concuerda con el discurso del gobierno que mete a la operación Gedeon y al Coqui dentro del mismo plan subversivo del imperio.
11. También llama la atención que la genialidad de contrainteligencia demostrada por el gobierno de Maduro para desmantelar la operación Gedeon, a pesar incluso de que la misma se organizó desde otro país, no haya funcionado para nada en la detección del enorme peligro político-militar representado en la existencia de esta poderosa megabanda a pocos kilómetros de Miraflores. Es algo que tampoco tiene mucho sentido y genera más dudas todavía.
12. El resultado final de la Guerra de la Cota 905 aún no está muy claro. Lo cierto es que murieron 8 o más ciudadanos inocentes que transitaban o vivían en esa zona de "guerra", y que hubo también unos 20 civiles heridos de bala; además de los 4-5 policías muertos que reconoce el gobierno. Los jefes hamponiles se escaparon y pueden volver. El gobierno habló de 22 "neutralizados", (se supone que quiere decir "muertos"), pero no habló de detenidos. Entonces, si es una megabanda calculada en al menos 200 integrantes, apenas se afectó el 10 % de la misma. El otro 90 % de sus integrantes se fue para algún sitio y podrán regresar en poco tiempo. Esta historia parece que no ha terminado.