En primer lugar, quiero complementar y cerrar la idea central de la edición anterior de esta columna, referido a las consideraciones que realice sobre la inconveniencia a mi parecer, de levantar totalmente el método "7x7" en Venezuela, y en donde incluso me permití proponer una variante del mismo como parte de la solución y de colocar en un punto de equilibrio la reactivación económica necesaria y entendida para la satisfacción de las necesidades de nuestro pueblo y el equilibrio psíquico y espiritual, y la preservación de la salud de la población.
Uno de los lectores de la edición anterior pudo expresarme, que además de las coincidencias que tenía con respecto a mis planteamientos, consideraba también que en el caso de la derogatoria del método "7x7" hay razones de carácter económico y que perjudicarían enormemente a la población referidas a las expectativas (agallas) por parte de los integrantes del gremio de Fedecámaras, quienes creando una falsa expectativa inflacionaria, generaron, generan y generarán una presión en el tipo de cambio, porque casualmente luego del anuncio del presidente Maduro de la posibilidad de levantar el "7x7", comenzó la escalada y la manipulación del tipo de cambio y, por ende, de los precios.
Pero esto será un tema que nos referiremos en próximas ediciones de esta columna.
En esta oportunidad, quiero alertar sobre nuevas amenazas, sobre ataques que se pueden dar en esta nueva fase de desestabilización y violencia que pretenden sectores de la extrema derecha de la oposición venezolana.
Indudablemente, y como lo señale en entregas anteriores, el gobierno encabezado por Nicolás Maduro ha asestado golpes contundentes a células mercenarias que pretenden la caotización de nuestro país a través de la generación de las condiciones más proclives para la ocurrencia de hechos desencadenantes que puedan originar una conmoción nacional. El objetivo es muy claro: El impedir la realización de las megaelecciones, sumir al país en todo un proceso de inestabilidad política y lograr el derrocamiento del Gobierno Bolivariano.
Pero el accionar de los organismos de seguridad ciudadana y de inteligencia en perfecta unión cívico militar policial ha logrado la desarticulación y neutralización de buena parte de estos planes. No obstante, aún no podemos confiarnos y debemos mantenernos aún muy alertas todas, todos y todes.
Es en ese sentido, y entendiendo que estas ideas lleguen a quien tiene que llegar y que permita alertar a nuestro pueblo, es que me quiero permitir formular las siguientes alertas.
Hay que mantener las alarmas debido a la posibilidad de accionar subversivo bajo la modalidad de ataques selectivos. Específicamente, por parte de Grupos Estructurados de Delincuencia Organizada o bien de grupos armados mercenarios generadores de violencia, muy probablemente con participación de paramilitares colombianos, a guarniciones y puestos militares y/o policiales, alerta con esto.
Tan delicado es esto, y tan cierto, que el propio presidente Nicolás Maduro la semana pasada, el domingo 11 de julio advirtió a los cuerpos policiales y militares sobre la utilización por parte de estos grupos generadores de violencia de uniformes, insignias, comunicaciones y claves de ellos, en el marco de estos nuevos planes de sedición en contra del país.
Esta alerta aumenta sobre todo en la fachada sur de nuestro país, tales como la parte baja del estado Táchira, Apure, Bolívar, Amazonas. Esto sin menoscabo de que en cualquier otra entidad federal pueda ser objeto de ataques por este tipo de mercenarios, insurgentes que andan buscando propiciar una situación para crear caos en el país.
Hemos podido presenciar como en las últimas horas se han dado procesos de cortes de fibra óptica que han venido afectando los servicios de telecomunicaciones a nivel nacional, además de algunas interrupciones en el servicio eléctrico a nivel nacional.
Es en ese sentido, que debemos mantenernos todas y todos muy atentos y atentas. No sólo desde el punto de vista militar y policial, sino nuestro pueblo también.
Alertas en las escuelas de reacción, el personal de Guardias Nacionales Bolivarianos con su fusil, orientaciones constantes y pendientes de cualquier amenaza para que la reacción sea contundente.
Sé que es inusual que un activista de Derechos Humanos señale esto, y que siempre abogare por la vida. Pero como en este tipo de situaciones es probable que nuestros cuerpos militares y policiales deban hacer uso diferenciado y proporcional de la fuerza, es probable que ocurran bajas, y pues bien, en caso de que estas ocurran, que sean las de los que pretenden robar la paz y la tranquilidad de nuestro pueblo.
Deben nuestros cuerpos militares y policiales y nuestro pueblo en general, a través del empleo rápido y oportuno, se pueda neutralizar cualquier amenaza que vaya atentar contra los cuarteles, y demás puestos militares y policiales, además del personal que se encuentre dentro de los mismos.
Quiero cerrar estas líneas, manifestando mi solidaridad con el compañero Daniel Quintero y aunque ideológicamente no sea afín nuestro, con el periodista Román Camacho, quienes ejerciendo su labor de comunicadores con respecto a las BACRIM que venían operando en la Cota 905, han sido objeto de amenazas a su vida junto a la de sus familiares. El Estado venezolano debe adoptar ipso facto las medidas necesarias para garantizar la protección a la integridad física de estos comunicadores, así como la de sus familiares y amigos.
¡Pendientes y vista!
¡Bolívar y Chávez viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!