Por destino, creo yo, llegó esta mañana a la puerta de mi taller, otra señora flaca y debilucha pidiendo comida, una de las cuantas que pasan por aquí cada dos o tres días pidiendo comida mientras yo estaba viendo un corto documental sobre los más recientes descubrimientos arqueológicos en Pompeya, donde cada día están descubriendo más sobre la vida de las personas de ese pueblito que fue cubierto por las cenizas de la erupción volcánica del monte Vesubio en el año 79 AD (aproximadamente 36 años después del asesinato de Jesucristo), la cual básicamente enterró a toda una población en plena actividad cotidiana, más que nada sorpresivamente asfixiándolos con los gases tóxicos del volcán mientras andaban caminando, cocinando, trabajando, lavándose, y haciendo bebés, y cosas así, o sea, en flagrancia.
Ver (video): https://www.youtube.com/watch?v=4wyA2V6sc0k
Este video muestra el muy reciente descubrimiento de lo que pareciera ser la habitación de una familia esclava en la casa de sus amos, donde se ve claramente que, aunque la habitación era pequeña, por lo menos tenían dónde vivir en seguridad y al albergue de las condiciones climáticas y tenían mucha comida nutritiva (normalmente las ánforas contienen comida o tragos muy nutritivos, como el vino y las lentejas por ejemplo, ya que son a menudo preparaciones fermentadas).
Justo entonces, mientras veía este video, llegó la mujer pidiendo comida, terriblemente mal vestida, y muy, pero muy flaca, casi no hablaba, y le di un kilo de arvejas, una lata de sardinas, un kilo de arroz, y una bolsa de leche en polvo, o sea, aparte del arroz, le di algunos de los productos secos (o que no se dañan rápidamente) más nutritivos que yo tenía a mi disposición, y eso lo hice porque lo que yo veo en este país (en base a mis observaciones), en cuanto a la pobreza, es la trágica destrucción del ser humano a gran escala debido casi exclusivamente a la falta crónica de una adecuada nutrición regular en gran parte de la población, lo cual, por ende, está creando (como lo fue antes de Chávez) una sociedad compuesta de pocos amos y muchos esclavos impotentes e incapaces de asimilar o entender su propia precaria situación debido principalmente a los muy nefastos efectos de esa muy mala nutrición --- impuesta por las clases dominantes --- la cual sería hoy (la desnutrición crónica) tal vez la peor epidemia en nuestro país aparte de las pandemias de la inmoralidad, la corrupción, el egoísmo, y cosas así, digo yo.
Así lo veo.
Hace dos días atrás, le di a otra persona pobre que vive en la calle, un kilo de arroz, un paquete de espagueti, dos kilos de harina de maíz, y una lata de sardinas. A veces le llevamos (mi esposa y yo) leche y granos, o le compramos una hamburguesa o un almuerzo en uno de los pocos restaurantes locales que aceptan a la gente de la calle y a veces de manera silenciosa también comparten humildemente comida con ellos gratuitamente.
Bueno, esto, mi esposa y yo lo hacemos desde hace más de 45 años, ayudamos a las personas que viven en la calle o las personas que tocan la puerta y son pobres, y yo, personalmente, aun siendo pobre, puedo hacerlo porque yo como muy poco y preparo mis propios productos muy nutritivos, porque sé cómo hacerlo, mientras que casi nadie en este país --- y menos todavía los más pobres --- saben cómo prepararse comida nutritiva (vitaminas, minerales, etc.) y por eso precisamente, muchos pobres se encuentran a la completa merced de esta sociedad profundamente podrida por la codicia, la corrupción institucional y humana, y el egoísmo y su asociada crueldad e inconciencia humana (todo esto siendo básicamente una parte integral del proceso de la colonización que hasta hoy en día está en plena marcha).
Por ejemplo, con el queso blanco barato y de baja calidad que se consigue aquí en Venezuela, preparo mi propio y muy nutritivo queso azul, camambert (o equivalente), y parmesano (o equivalente), de manera totalmente natural sin comprar ningún bacteria o químico que se suelen utilizar para estas preparaciones.
Preparo mis propios helados usando cambures (plátanos), una de las frutas las más baratas aquí en Venezuela, y cualquier otra fruta barata del momento, o las que cosecho por allí, a veces fermentadas.
Preparo mi propia mortadela tipo salami (carne fermentada) y jerky, mis propios encurtidos de zanahoria, pimentones, ají, ajo, jengibre, cebolla, remolachas, etc., y también granos preparados durante más de 20 horas de cocción y reducidos (como una especia de bisque) para concentrar las vitaminas y minerales, y paté francés hecho desde huesos, cartílagos, y grasa (paté, terrine, tete fromagé, cretons, etc.) que duran hasta meses y años y no se dañan aun con todos los apagones que ocurren regularmente en este país desde el 2013, y también produzco mi propio pan, lo cual me cuesta significativamente menos que comprarlo y es miles de veces mejor, o sea, es más nutritivo y de mucha mejor calidad que casi cualquier otro pan que se pueda comprar aquí en Venezuela, o sea, aun viviendo con menos de $100 al mes (gracias a un hermano mío que me manda dinero desde Canadá y gracias a mi esposa quien me manda los minerales y medicamentos que no consigo aquí en Venezuela), me aseguro de estar siempre o casi siempre bien nutrido.
Solo pasé unos dos años comiendo comida de la casa de alimentación (cuando existía durante el tiempo de Chávez), la cual no era muy nutritiva, pero era mucho más nutritiva que la comida que tienen hoy en las pocas casas de alimentación que quedan, eso fue cuando tuve un accidente muy grave --- me partí la rodilla por dentro por segunda vez --- lo cual me dio dos trombosis y una acumulación de agua en los pulmones, seis ACVs, y me dejó paralizado durante casi dos años, pero aparte de eso, me aseguro de nutrirme lo mejor posible aunque en términos de cantidad de comida, sea poco. Prefiero tener un cuerpo delicado y una mente fuerte que tener un cuerpo fuerte y una mente débil.
Bueno …
Debido a mi manera de nutrirme (como poco pero más de 10 veces al día), peso lo mismo desde hace 50 años y he podido estudiar, aprender, conocer, trabajar, y resolver problemas complejos exitosamente casi toda mi vida, además, he podido sobrevivir por lo menos 10 experiencias cercanas a la muerte.
Lo que quiero decir, es que me parece, después de haber visto ese corto video sobre Pompeya, y después de haber visto la terrible condición física y mental de la señora que vino a mi portón esta mañana, quien casi empezó a llorar cuando le di comida nutritiva --- sardinas, arvejas, y leche --- en vez de darle lo que otras personas normalmente le darían, como solamente harina de maíz y arroz por ejemplo (lo menos nutritivo), creo que puedo concluir, no con tanta certeza, pero sí con suficiente sospecha, que los esclavos de los tiempos de Jesús eran mejor nutridos que los trabajadores hoy aquí en Venezuela, el país número 8 o 10 más rico del planeta, mucho más de lo que fue Pompeya en esa época.