A 747 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en la finalización de la semana 107 de esta contingencia, y siendo el viernes 01 de abril de 2022, retomando la escritura luego de una semana de no presencia más no ausencia, oxigenando el alma y el espíritu.
En primer lugar, y quiero aprovechar estas líneas para informarlo, producto de la decisión del Presidente Nicolás Maduro de decretar el aumento del salario mínimo aunado a que tenemos cuatro meses de acuerdo a las cifras oficiales con un aplanamiento de la curva de contagios, fallecimientos y casos activos del Sars Cov 2 en la República Bolivariana de Venezuela, la Oficina de Gestión Humana de la institución donde laboro me ha notificado que se vuelve al horario normal de trabajo que se venía prestando antes del 13 de marzo de 2020, lo que en su momento tanto el Presidente Maduro como algunos analistas hablábamos sobre una Nueva Normalidad Relativa y Vigilada, que estamos viviendo, por lo menos desde noviembre en el país.
Al respecto, señaló y señalé que días antes de la pandemia yo solicité una de mis casi 5 vacaciones vencidas (y que podrían ser 6 ya que el próximo 21 de mayo, dos días antes de mi cumpleaños 42 me tocaría nuevamente el derecho de pedir vacaciones, ya que las últimas que agarré fueron en el año 2017) no las disfrute debido a que había solicitado el disfrute de las mismas para el 3 de abril de 2020, y fue cuando en ese interín se dio la promulgación del Decreto N° 4.160 de fecha viernes 13 de marzo de 2020 en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Extraordinaria N° 6.519, en el que una de las medidas en el marco de ese estado de alarma fue el decretar una cuarentena radical en el país, pues ese derecho que tenía de ese disfrute de vacaciones me quedó suspendido hasta la vuelta a la "normalidad" de nuestras instituciones de la Administración Pública. Así ha sido como durante meses y por la naturaleza de mi trabajo y funciones, he aplicado la opción del teletrabajo desde la compañía y el amor de mi casa en Ciudad Guayana, dada la situación habitacional que afronto en la capital de la República, Caracas.
Ahora, ya que dan la orden de reincorporación y de normalidad, pues perfectamente si así lo considero, podría solicitar que las vacaciones que me fueron aprobadas pero que producto de esta contingencia global que ha vivido el país y el mundo producto de la Covid 19 no disfrute, pues ya de común acuerdo con mis jefes y luego de volver físicamente a la institución pública donde presto mis servicios, definir una fecha en la que pueda disfrutarlas.
De todas maneras, si señalo para aquellas amistades y los que siempre de manera pública y privada han estado pendientes de mí, les señaló que dios mediante estaré por la capital de la República después del asueto de la Semana Santa y espero estar el tiempo que la dinámica me permita estar por esos lares.
Pero, no era de este tema que quiero referirme en esta edición de esta columna, aunque si es del interés de algunos y de algunas, podría hacerlo para poder contribuir a orientar a aquellos y aquellas que puedan encontrarse en una situación similar a la mía.
En esta oportunidad quiero referirme a la reciente reunión que tuvo el actual Fiscal de la Corte Penal Internacional de Justicia, el señor Karim Khan, y el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.
Khan llegó al país en segunda ocasión el pasado domingo 27 de marzo de 2022 y permaneció durante 3 días en el país en sesiones de trabajo con el Jefe de Estado venezolano, la vicepresidenta ejecutiva y ministra de finanzas, Delcy Rodríguez. Representantes y algunos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y el Fiscal General de la República, Dr. Tarek William Saab.
Producto de esas reuniones, se acordó por parte de las autoridades venezolanas y el equipo de trabajo del Fiscal Khan el establecimiento de una Oficina de Asistencia Técnica en Caracas de esta instancia internacional, la cual permitirá mejorar y potenciar los elementos del proceso de complementariedad institucional para la defensa de los Derechos Humanos, tal y como está en la letra y en el espíritu del Memorándum de Entendimiento firmado en noviembre de 2021.
Esto es algo muy importante, porque más allá de los alcances legales, jurídicos y diplomáticos que los referidos acuerdos tienen, Maduro como estadista y estratega acaba de darles un golpe bien duro a ciertos mercenarios de la comunicación, que estaban desplegando desde hace un rato largo todo un conjunto de distorsiones informativas, en virtud de que la propia Oficina del Fiscal Khan le había otorgado una prórroga al Estado venezolano para la presentación de un informe donde se señalara a aquellos funcionarios del Estado venezolano que podrían estar incursos en crímenes de lesa humanidad. Ese lapso vence el próximo 16ABR2022, en pleno asueto de la Semana Santa.
Al llegar a este nuevo acuerdo con la Fiscalía de la CPI en el marco del referido memorando que oportunamente algunos analistas hicimos las consideraciones sobre sus implicaciones para el país, no exento de ciertas y determinadas observaciones, pero dentro de la estrategia que ha seguido el Presidente Maduro dentro del marco de las relaciones internacionales, para neutralizar campañas y acciones agresivas contra el país, esto podríamos señalar que fue un jonrón con las bases llenas.
Y es lo que, a mi juicio, la campaña brutal y bestial que tenían y tienen algunas Ong tarifadas por EEUU para hacer creer y crear las expectativas de la reedición del caso de Slodoban Milosevic en la persona del presidente Maduro pues con esto, les toca tragar grueso y rumiar su frustración ante esta nueva jugada estratégica que les ha hecho el Presidente Nicolás Maduro.
Indudablemente que estas acciones de por sí no evitarán acciones y amenazas que penden sobre un hilo sobre nuestro país, pero no se puede negar que esas jugadas o tácticas seguidas por el Presidente Maduro enmarcadas dentro de la estrategia de diplomacia bolivariana de paz, han evitado muchos dolores a nuestro país, sobre todo a los sectores más vulnerables de nuestro pueblo.
No en balde, el ejecutor de la política internacional esgrimida y pensada por Hugo Chávez durante seis años y medio fue nada más y nada menos que el propio Nicolás Maduro, y algo debió haber aprendido durante ese tiempo.
Sin negar que, como ser humano pueda tener defectos y cometer errores, pero cuando observo este esfuerzo y miro en perspectiva esta acción, eso hace que le otorgué un voto de confianza al Presidente Obrero.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y patria socialista!
¡Viviremos y Venceremos!