Me imagino las tremendas carcajadas que saldrán de muchos lectores de esta página web, cuando lean el titular de este artículo. ¿Qué carajo me importa a mí que El Negro ese, esté peleando su último round iniciándolo con su artículo 1.002 en Aporrea? Bueno, no les pido que le den importancia, pero, aunque sea por curiosidad, háganlo, de pronto encuentra algo que les pueda servir. Uno nunca sabe.
Desde que tengo uso de razón he oído que la vida es una lucha permanente por la supervivencia y que sólo los más aptos sobreviven. Y eso es lo que he hecho durante estos 83 años que me ha tocado vivir en los siglos XX y XXI. No sé cuántos rounds he peleado, pero presiento que este es el último.
No sé y no tengo explicación alguna para justificar las condiciones en las cuales fui lanzado al cuadrilátero, lo que si puedo decir es que tenía todas las de perder ante los rivales que me estaban esperando para destrozarme.
Quien no tenga alguna idea, de cómo era la vida en la Venezuela del año 1940, que fue cuando yo nací del vientre de una mujer Negra, barloventeña y analfabeta; la cual a los 30 años ya había parido cuatro hijos y los había regado para su cuido entre las hermanas y la madre, mientras trabajaba de sirvienta y cocinera en restaurantes de la capital, no podrá entender el por qué yo arranco este escrito, diciendo que tenía todas las de perder y que el sólo hecho de haber llegado a los 83 años vivo y escribir, esto que el lector tiene ante sus ojos, puede ser considerado una odisea, antes de hacer las apuestas sobre la valoración que harán los jueces que determinarán si perderé o ganaré el combate.
Nacer en un país que apenas algunos años atrás, había decretado la libertad de los Negros y Negras, que durante 400 años habían vivido como esclavos, es una desventaja inicial bien grande y más cuando la gran mayoría del público, que va estar alrededor del ring, es racista y solo espera que El Negro caiga en el primer round.
Todos los párrafos anteriores para que mis escasos lectores, que todavía me quedan, puedan asimilar la orientación y las estrategias que utilizaré en este round final, donde me las jugare el todo por el todo. Voy a enfrentar nada más y nada menos que al GIGANTE AFRO. El cual tiene al público metido en el bolsillo y todos le saludan y aplauden. Así que yo soy EL NEGRO JUAN VEROES VS mi contrincante EL AFRODESCENDIENTE NEGRO.
No me vengan con el cuento de que LA NEGRITUD es una condición fenotípica genética y la AFRICANIDAD es una condición Cultural. Todo el mundo científico ha demostrado que el origen de la humanidad desde el Pitecántropos Erectus hasta el Homo Sapiens, se originó en el hoy conocido Continente Africano y que por sucesivas emigraciones fue ocupando el planeta que también llamamos Tierra. Si la humanidad se originó en África todos los Seres Humanos somos Afros. Así de sencillo
Somos pocos los Negros y Negras que nos hemos atrevidos a salir del closet y declarar nuestra Negritud como Esencia de nuestro Ser. Los homosexuales fueron más valientes y ahora andan por la calle del medio exhibiendo su condición sexual y si antes le decían maricas, ahora les tratan de gay o transexuales con mucho respeto y las leyes antidiscriminatorias les protegen. En cambio, nosotros los Negros, ni legalmente somos reconocidos y no aparecemos en ninguna legislación desde 1864. Estamos invisibilizados y seguiremos hasta finales de siglo si no nos atrevemos a salir del closet y decirle a todo el mundo: Soy Negro y qué?
Amigo, ¿A usted alguna vez lo han discriminado? Esa era la pregunta que yo le arrojaba a boca de jarro, a todo Negro que me encontraba por las calles, cuando comencé a realizar mi investigación sobre la Participación de la población Negra venezolana en la vida política del país en el periodo histórico de 1959-1995. La repuesta de todos era ¡!No a mí nunca me han discriminado!! . En verdad esas respuestas me alarmaban, pues yo partía del supuesto que todos los Negros sufríamos por la discriminación racial que existía en Venezuela y mi tesis de grado no tendría una base científica-matemática que justificara el grado de politólogo que recibiría ese año (1995) en la Universidad de los Andes (ULA.
Fue en 1995 cuando logré hacer tres grandes descubrimientos que cambiaron mi vida: PRIMERO, QUE YO NO ERA UN VENEZOLANO NEGRO, SINO UN NEGRO VENEZOLANO. Con este primer descubrimiento asimilé que LA ESENCIA, determina la EXISTENCIA, que mi Negritud determinaba la existencia que he llevado y llevaré hasta mi muerte física en el plano terrenal en la época y tiempo que me toco y tocará vivir.
SEGUNDO, LA EXISTENCIA E IMPORTANCIA DEL VERBO "NEGREAR:
Con el segundo descubrimiento logré descifrar parte de los códigos lingüísticos que maneja la Negritud, los cuales son diferentes a los usados por otros grupos étnicos con los cuales convivimos. El Verbo NEGREAR, que muy posiblemente no es reconocido por la Real Academia de la Lengua española, es diferente al Verbo DISCRIMAR. Es por eso que cuando yo preguntaba a los Negros y Negras si los habían Discriminados me contestaban que NO.
EL TERCER descubrimiento, es el de LA NO EXISTENCIA JURIDICA DE LA POBLACION NEGRA. Oficialmente, desde 1864, los Negros y Negras venezolanos y venezolanas, no existimos, nos desaparecieron jurídicamente como grupo étnico.
Acostumbrado como estaba, a asumir que la Discriminación Racial solo existía en Gringolandia y que en Venezuela, solo persistían PREJUCIOS RACIALES HEREDADOS DESDE LA COLONIA y que aquí todos somos iguales y gozamos de los mismos derechos, tales como están consagrado en nuestras constituciones y legislaciones vigentes, eso para mi no era ningún problema importante: hasta que llegué a Mérida, me inscribí como estudiante en la ULA, estudié la teoría marxista e incorpore métodos para analizar y encontrar la verdadera esencia del Poder y su ejercicio en lo económico y en la sociedad.
Concluyo mi tesis, me gradúo con honores y decido dedicar mi vida a resaltar, defender y a organizar a la Población Negra Venezolana para que participe en la Democracia que para ese momento histórico existía en Venezuela y convoco al 1er. Encuentro de Negros y Negras Venezolanos en Mérida, donde logré reunir unos 30, de 4 Estados más la capital de Venezuela. Allí constituimos la Fundación José Leonardo Chirino. Este fue el camino que encontramos para agrupar, organizar, promover y defender a la población Negra Venezolana, la cual jurídicamente no existía y todavía en el 2023 no existe. Los Indígenas, los Afros, Los Gays, los sexodiversos y hasta los marcianos existen, pero los Negros y Negras, no existimos. Esa es la realidad. Continuamos en la próxima entrega.
En Mérida, a los 11 días del mes de Julio del año 2023.