Vayamos al tema de la traición. “Jorge Rodríguez propone crear ley que castigue traición a la patria”, dice el titular, …“que sea bien severa, ¡draconiana!… Recordó que la Constitución Nacional reza que los venezolanos y venezolanas tienen el deber de honrar y defender la patria”.
Lo primero que hay que decir es, de qué traición está hablando Jorge Rodríguez, habla de la traición a la patria de los empresarios, la patria exclusiva de los más ricos, la patria de los inversionistas que no pagan nada por quedarse con nuestros recursos y explotar a nuestros trabajadores,… ¿o acaso se trata de la TRAICIÓN A LA PATRIA SOCIALISTA, como la “apellidó” Chávez?... Y segundo, cómo se haría para aplicar esa ley y castigar a los que entregaron nuestra soberanía a los capitales extranjeros y nacionales – nuestro territorio en el la “tierra de nadie” del Arco minero, la soberanía sobre nuestras leyes y recursos al capitalismo internacional en las ZEE –, y castigar a los que legislaron, redactaron y aprobaron leyes infames como la Ley de inversiones extranjeras, la Ley de Zonas Económicas Especiales – sin aplicar las leyes y normas constitucionales – y la precaria ley Antibloqueo que desaplica leyes molestas y constitucionales, que sirve para negociar acuerdos nacionales y personales con los enemigos del socialismo a espaldas del país, “en secreto”.
Creo que esa Ley que castiga la “traición a la patria”, si no castiga a los verdaderos traidores, servirá de excusa para asustar, para amedrentar a la crítica dentro del chavismo, y a quienes rechazan al gobierno de Maduro en la calle, más allá de penar a una oposición “radical”, prácticamente vencida.
La coincidencia del madurismo con las propuestas de la oposición gringa es casi total, el modelo madurista es un calco de los planes y propuestas neoliberales de la otra derecha (ambos coinciden en casi todo y sirven a los intereses del mismísimo imperio), además de repetir y estimular el estilo de vida capitalista mayamero, el circo con pan de la democracia burguesa,… incluso coinciden en que las sanciones no convienen para el crecimiento del capitalismo. ¿A quiénes van a castigar, a los cuatros gatos que piden más sanciones contra el país y hablan de invasiones?: ¡no!, van a perseguir a los que protesten dentro del partido y fuera de él, en las calles, en las redes, pendejos o no, los que opinen en contra del madurato, que irían presos por traidores y por “incitar al odio”. Junto a la del odio, con esta otra ley el gobierno se prepara judicialmente para intensificar la represión de sus opositores.
El imperio no quiere a Maduro y al madurismo. Ellos lo saben. No solo porque siguen gobernando en nombre de un socialismo inexistente. No lo quieren a pesar de que Maduro ha hecho todo lo posible por mostrarse complaciente con ellos y con los capitalistas para que los dejen gobernar SU CAPITALISMO en paz. El imperio se niega a que un gobierno renegado del socialismo, traidor a Chávez y a sus propios principios, voluble y desconfiable, como el de maduro, gobierne el capitalismo en Venezuela, gobierne sobre sus inversiones e intereses, que para eso cuentan con pupilos propios, con su propia derecha pitiyanky.
El otro punto es que Maduro no trabaja para construir una sociedad socialista justa e igualitaria, trabaja e impulsa, cuando mucho, una sociedad cautiva del capitalismo, mercantilista y consumista, dentro de una democracia chimba, bipartidista convencional: hasta ahí podría llegar su aliento por los cambios, a volver al pasado de la cuarta república como si esto fuera un “nuevo modelo político y económico”.
Si maduro hubiera querido darle continuidad a la revolución bolivariana de Chávez habría comenzado por investigar las razones políticas de su asesinato, de su muerte y radicalizar su postura política e ideológica, antiimperialista y anticapitalista, convocando al pueblo chavista a la calle, sin excusas, hubiera dado el “golpe de timón” que exigió Chávez antes de morir, “radicalizar” el socialismo.
Las sanciones les han servido, a Maduro y a los maduristas, para ir restaurando poco a poco el modelo de democracia CAPITALISTA colonial de la cuarta república, con su “burguesía revolucionaria” y su aliada Fedecámaras, su consigna es que “POR CADA SANCIÓN… UNA CONCESIÓN”. La supuesta “resistencia” de Maduro es solo un cuento de blandos, nostálgicos de Radio Caracas y la Radio Rochela.
Para nosotros, castigar a los traidores a la patria es hacer una revolución dentro de la “revolución fingida” de Maduro, y volver a Chávez, hablar con la verdad (lo que para ellos parece ser más difícil que vivir huyendo el resto de sus vida de ella… ¿y dónde estará Tarek El Aissami?)
Chávez fue traicionado, el socialismo fue traicionado, ¿quién los castiga?