Asesinato de joven de 17 años a manos de la policía, no es un caso aislado

Jueves, 30/05/2024 06:37 AM

La madrugada del sábado el joven Eleazar Enrique Fuentes conducía una moto Horse junto con un grupo de amigos también motorizados. Hacían acrobacias como cualquier joven de su edad en la parroquia de Antímano, cuando cuatro integrantes la Policía Nacional Bolivariana les dispararon y una de las balas alcanzó a Eleazar. En ningún momento les dieron voz de alto.

Eleazar Enrique Fuentes Mendoza, de 17 años de edad, era estudiante del colegio de Fe y Alegría Dr. Prisco Villasmil. Estaba en el sexto año y se graduaría en julio como técnico medio en Informática. Hacía sus pasantías en la sede de Ipostel, en San Martín. Pero la mano del gatillo alegre de las fuerzas represivas del Estado en los barrios pobres lo alcanzaron antes, terminaron con su vida. Murió la noche del martes, 28 de mayo, luego de estar dos días hospitalizado por recibir un impacto de bala en la cabeza.

Los integrantes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) dispararon a matar, acostumbrados a la impunidad, amparados en toda esa política represiva del Estado de control militar y policial en los barrios donde se cuentan por decenas los jóvenes asesinados, donde lisa y llanamente son ejecutados. Los jóvenes estaban en la calle Santa Ana de Carapita, parroquia Antímano, eran las 12:20 de la noche del sábado 26 de mayo, la tragedia alcanzó a Eleazar.

Eleazar Enrique Fuentes, 17 años, asesinado por la policía

Eleazar Enrique Fuentes, 17 años, asesinado por la policía

Luego de los disparos, y mientras Eleazar permanecía inconsciente en el pavimento, los otros amigos en sus motos y vecinos del barrio evitaron que los efectivos de la PNB se retiraran del sitio y los grabaron, que fue lo que permitió que desde el Ministerio Público se imputar a los responsables. Los videos se difundieron a través de las redes sociales. Fueron sus amigos quienes lo trasladaron al hospital Pérez Carreño en la moto que usaba.

Este miércoles, al grito de "¡Justicia!, ¡justicia!", una multitudinaria manifestación de motorizados copó todas las inmediaciones del Palacio de Justicia, en Caracas, repudiando el vil asesinato de Eleazar en Carapita por parte de la policía, con un tiro en la cabeza.

El caso de Eleazar Fuentes Mendoza no es un caso aislado ni un "exceso" de las fuerzas represivas, es una norma y práctica común contra jóvenes en los que basta ser pobre o vivir en un barrio, para luego de asesinarlos, hacerlos pasar como "delincuentes" o "traficantes". Una práctica avalada, como lo reflejan innumerables testimonios e historias, como las que recoge la serie "Vidas en la memoria" del centro Monitor del Uso de la Fuerza Letal en Venezuela (MULFVEN), lo más común son asesinatos de jóvenes indefensos a manos de los cuerpos policiales.

Lo que denuncian la inmensa mayoría de las madres y familiares, es que la práctica policial consiste en detener a los chamos y luego asesinarlos, colocándoles luego implementos (armas, radios transmisores, etc.) y armando una escena de manera que parezca que hubo un enfrentamiento armado.

Son estas fuerzas policiales que en este accionar se seba contra la juventud de los barrios. Es allí donde va a descargarse todo el peso de la brutalidad policial del Estado capitalista venezolano, mostrando la contundente discriminación y el carácter de clase de las políticas ’de seguridad’. Esas prácticas de la sociedad burguesa contra los habitantes de los sectores populares, que no son nada nuevas en el país, y que continuaron con los gobiernos de Chávez, a pesar de la supuesta ’revolución’, se han profundizado a niveles extremos bajo los gobiernos de Maduro.

Situaciones como esta se repiten a lo largo y ancho del país, en los pocos casos en que los policías asesinos son llevados a juicio, pues lo que casi siempre ocurre es que ni siquiera los llevan a juicio, allí la impunidad para matar es total. Y es que en nuestro país la violencia asesina de las policías es de las más altas del continente, la libertad para matar es tanta, que de acuerdo con las propias cifras oficiales, un tercio de los asesinatos en el país son cometidos por funcionarios policiales, esto para 2018, uno de los poco años en que se han dignado a dar cifras.

 

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