El asesinato del Comandante Chávez es un extraño suceso; la gran mayoría de sus allegados, encuéntrense en el gobierno o la oposición, aceptan que su muerte fue un crimen. Sin embargo, su asesinato no es investigado por el gobierno madurista, al contrario, claramente obstaculiza esa investigación. Recordemos las firmas que intentó recoger la señora León, o la comisión para investigar el crimen, que más bien fue una comisión para hacerlo olvidar.
Un hombre de la magnitud de Chávez no es asesinado una sola vez. El primer asesinato es el físico, el que investigan los cuerpos policiales, y otro asesinato, y más importante, sin su dilucidación no se puede llegar a comprender el móvil del asesinato físico, es el asesinato espiritual, el ideal, el de su obra, de su ejemplo, su pensamiento, el de sus metas.
Del asesinato físico no podemos, por ahora, afirmar quién o quiénes lo asesinaron, sólo podemos estar seguros del móvil del crimen. No así del segundo asesinato, el espiritual, el de su obra, su ejemplo, sus metas, el Socialismo, la lucha contra la lógica del Capital, la Esperanza de poder liberar a la Humanidad del destino suicida que le propone el capitalismo. Ese asesinato está claro, imposible de esconder. El asesino sin lugar a dudas fue el capitalismo, y el brazo ejecutor fue el madurismo, que liquidó la base material del Socialismo, y aplastó la base espiritual. Y la apatía, de aquellos que no colaboraron, no lucharon por mantener su memoria, con todo lo que ese significa para la lucha de este pueblo y de la Humanidad.
El asesinato espiritual, ideal, del Comandante Chávez, se concreta hoy en el olvido, la deformación de su imagen hasta convertirlo, al asimilarlo al desastre del madurismo, en un mal recuerdo. De esta manera, el último intento de la Humanidad por zafarse del capitalismo, la Esperanza de que eso sea posible; unos por acción y otros por omisión, la transformaron en su contrario.
El cerco antichavista se cierra, se acaba el tiempo para recomponer la resistencia material al asesinato, y la resistencia espiritual, ideal, a su olvido. El terreno se ha dejado a la derecha antivida, y al madurismo con su socialpranato que traicionó el legado, la encomienda.
El madurismo está de salida, en ese camino se transforma en una extraña versión de dictadura, en un socialpranato. Conduce a la barbarie. La opción de los mariacorinos no es mejor, entregarán el país y, necesariamente, acompañarán la entrega con una represión bestial.
En poco tiempo, ya no se recordará a Chávez, será un desconocido para los jóvenes y los adultos jóvenes, la imagen que tendrán será la creada por los capitalistas. Lo sacarán del Cuartel de la Montaña, se disolverá el psuv, perseguirán hasta lo último a los líderes chavistas leales al legado y hoy dispersos. Y el país se sumirá en la noche más oscura, quizá por siglos. La Humanidad habrá perdido definitivamente la Esperanza de sanación. La Patria quedará en manos de los depredadores del ambiente, de los señores de la guerra, y de los apropiadores del trabajo y las riquezas ajenas.
¡RESCATAR A CHÁVEZ!