El Parlamento canadiense ha aprobado el proyecto de ley S-203, una iniciativa largamente esperada por científicos y organismos de protección animal. De acuerdo al nuevo marco legal, que entrará en vigor a finales de este mes, quedará prohibido el cautiverio de ballenas, delfines y marsopas. También habrá interdicciones para la exportación e importación de estos animales, así como de sus embriones y esperma. Elizabeth May, diputada del Partido Verde, comentó tras la votación final de este lunes a The Canadian Press lo subrayado por diversos expertos consultados en este proyecto: "Los cetáceos necesitan del océano, requieren de espacio y de comunicación acústica a grandes distancias".
Según el texto aprobado, solo habrá autorización para capturar y transportar estos animales cuando se encuentren en mal estado y requieran atención por parte de personal especializado. Asimismo, las actividades relacionadas con su reproducción estarán autorizadas únicamente con fines científicos, tras el visto bueno del Ministerio de Pesca y Océanos. En caso de infringir la ley, las multas pueden ascender a 200.000 dólares canadienses (unos 132.000 euros).
En un comunicado, Rebecca Aldworth, directora general del capítulo canadiense de Human Society International, felicitó a los legisladores que impulsaron este proyecto y recalcó el impacto para los cetáceos de vivir en cautiverio. "Los estanques no son sitio para ballenas y delfines. No puede tolerarse más el sufrimiento de estos animales, altamente sociales e inteligentes, en un confinamiento intensivo", comentó.
La ley no se aplicará tanto en el parque de diversiones Marineland (ubicado en Niagara Falls, Ontario) como en el acuario de Vancouver (Columbia Británica), los únicos centros que actualmente tienen cetáceos en cautiverio, pero que no podrán sumar otros más por medio de la importación o de la reproducción in situ. En marzo, los directivos de Marineland expresaron su preocupación por algunos puntos del proyecto a través de una carta a un comité legislativo. En la misiva, afirmaron que la iniciativa tendría un impacto negativo en sus esfuerzos para la conservación de estos animales y en cientos de empleos, especialmente en verano.
El parque de Ontario cuenta con una orca, cinco delfines y 55 belugas. Pese a que la ley autoriza que Marineland siga albergando a estos animales, la diputada May manifestó que tanto ella como otros impulsores del proyecto buscarán que los cetáceos del recinto puedan encontrar sitio en santuarios.
Por su parte, el acuario de Vancouver tiene actualmente un solo delfín. En enero de 2018, el centro había anunciado públicamente la cancelación de esta práctica, tras fuertes presiones de organismos de protección animal y fricciones con la comisión de parques de esta ciudad canadiense. En 2016, fallecieron en esta instalación dos belugas, mientras que en 2017 perecieron dos marsopas y una orca. El pasado mayo, dos belugas que vivían en Marineland –pero que pertenecían al acuario de Vancouver- fueron trasladadas al Oceanográfic de Valencia (España).