Hay muchas historias en la ciudad. Miles, se dice. Poca sin embargo parece ser su impacto social, de tal suerte que uno sigue sus rutinas sin enterarse de grandes o pequeñas incidencias que, precisamente pueden hacer la vida más llevadera en medio de esta "gran tribulación" que padecemos hoy en Venezuela; donde es indudable algunos nos quieren matar de hambre mediante dizque la combinación Trump-Guaidó e instalarse en el poder y reconstruir todo de nuevo, una vez que nos hayan sometido como en Irak (sic) en que ahora con la coalición gobernante todo es maravilla, como esas imágenes bucólicas de paraísos terrenales que traen las revistas de los Testigos de Jehová; por lo que otros creen que nos debatimos seguramente en aquel dilema hegeliano de la necesidad y la libertad o la relación esclavo y amo.
Los medios de comunicación social tradicionales suelen abordar esa pluralidad de eventos de acuerdo a la naturaleza de los mismos y sus sesgos: fríos o calientes. Fríos la prensa y las revistas, cada vez más escasos en Venezuela; calientes la radio y la televisión. Pero cada vez menos. Hoy lo son en esa categoría el twitter, Facebook e Instagram, YouTube. Por ahí corren mieles de historias, pero la gran mayoría no podemos acceder a tales, las brechas tecnológicas y sociales nos lo impiden, la "realidad-real" es muy terca y la comunicación cara a cara es insustituible o los medios de comunicación social tradicionales como la radio-televisión son insustituibles en estos contextos vulnerables.
Entendidos estos últimos, además, al modo de una extensión de los sentidos, al acceder a ellos de manera barata podríamos decir: yo estuve allí virtualmente; todos, sin embargo, son una forma de articular la realidad, organizar la baraúnda de eventos y darle algún sentido.
Así la prensa escrita de intereses generales suele ofrecer a sus lectores secciones fijas de economía, política, ciencia, cultura, deportes, opinión y misceláneas, la radio noticiarios, revistas musicales o transmisiones en vivo. Igualmente, la televisión.
Como es una mediación que requiere emplear ingentes recursos tecnológicos especializados, financieros y talento humano se supone que sea una operación costosa, por lo que se requiere grandes patrocinios.
En cambio, la comunicación 2. 0 es menos onerosa, al perecer; ya que con un teléfono celular de última generación o de las penúltimas de sistema Android puede hacer maravillas los grupos de wasap o un comunite manager de cualquier organización. Ejemplo de lo anterior ha sido al menos para este minicronista la Superliga 2019 de Béisbol Profesional, desarrollada en el antiguo Estadio Olímpico y posterior Estadio Daniel "Chino" Canónico de la calle 37 con Av. Libertador de Barquisimeto, llamada también si no nos equivocamos Liga Bolivariana, que este año desarrolló su campeonato número 15.
Los equipos Michigan del estado Lara, de gran poder ofensivo con muchos "gordidtos" y fornidos jugadores que pueden parrárseles de tú a tú al gran trabuco que son Cacaoteros de Miranda, que al verlos dan la impresión de ser de una gran organización bien pensada escapada de un comodín de la Liga de Béisbol Profesional de Venezuela, con atléticos jugadores del Caracas o Tigres de Aragua, jóvenes con experiencias hasta en Grandes Ligas o no tan jóvenes pero de mucha solvencia técnica; de hecho propinaron dos nocaut en la Superliga 2019 a Fundación Antonio Armas, una organización mediana pero con jugadores de un gran pundonor y donde destaca el utilito Alex Núñez, de mucha experiencia en la tradicional pelota tentada venezolana y hasta en los Estados Unidos.
El otro equipo que participó en el torneo escenificado estadio Daniel Chino Canónico (y que pide a gritos una refacción de sus instalaciones y particularmente un asta para la bandera nacional y ondee más dignamente y no luzca amarada precariamente en el fondo del jardín central, como un símbolo del país mismo); fue Pioneros de El Tigre, Anaco, estado Anzoátegui; paradójicamente bullosos y de mucho carácter: en ellos destacó un encuentro, el del sábado a segunda hora, cuando el férreo pitcheo abridor se le tornó casi inescrutable a los bates de los Cacaoteros, quienes con la sola "pinta" de sus uniformes infunde temor y ganaron por la mínima diferencia (1-0); ese día el joven Francisco Chaparro Jr., a quien seguramente firmarán algunos de los equipos de béisbol del norte y de Venezuela, hizo una inmensa demostración de sus habilidades en 8 entradas.
Muy poco reseñada esta Superliga 2019 por la prensa, la radio y la televisión, sin embargo, la información sobre el desarrollo de la misma circuló profusamente en las redes sociales; que nos hizo imaginar la siguiente hipótesis: si en las décadas de 1970 y 80 cuando éramos niño y jóvenes, uno podía emocionarse por la radio y la televisión con cada lance de los guerreros del sol, la tierra y el polvo e inclusive saberse los apodos de varios de tales gladiadores del diamante, ¿podríamos suponer que las nuevas generaciones les pasa lo mismos cuando siguen hoy los juegos por las redes sociales? ¿No hay comparación posible? ¿Les costaba mucho a esas tantas emisoras dizque comunitarias o comerciales transmitir la serie de la Superliga 2019 de Béisbol? Calidad no le falta a esa modalidad, porque inclusive de ésta participan varios atletas que se desempeñan en la liga tradicional de Béisbol Profesional de Venezuela.
En cambio, como recordábamos días atrás en la Tertulia Literaria La Mesacoja de la plaza de libros usados Pedro León Torres con el maestro Víctor Angula, una de las glorias deportivas de la pelota aficionada, antes la sensación era la radio, medio por excelencia de las transmisiones del béisbol; pero no le hallamos comparación con las reseñas que puedan hacer por las redes sociales de ese deporte en los días que corren o seguramente eso depende del segmento poblacional a quienes están dirigidas.
A saber, las nuevas juventudes de la clase media; no precisamente la población de la tercera edad y adultos contemporáneos promedios, cada vez más empobrecidos y con salarios mínimos de hambre como el que tenemos y las pensiones ídem., resulta muy poco probable que podamos adquirir esos nuevos teléfonos con aplicaciones multimedia; un equipo de radio en ese sentido resulta más democrático en ese trance de emocionarse con un juego de pelota, pero eso no les cabe en la cabeza a muchos. Entre éstos a los gerentes de la denominada Liga Bolivariana de Béisbol Profesional de Venezuela, aunque su presupuesto dizque es bastante reducido ya que es una combinación de aportes privados y ciertos entes gubernamentales: PDVSA, alcaldías y gobernaciones.
Ahora el espectador puede vanagloriarse con un Yo estuve allí porque también ha venido cambiando sus hábitos de lectura o acceso a los hechos sociales: Facebook, Facebook Life, Instagram y YouTube, como el libro de arena cuyas páginas son invisibles e inagotables entrevisto por el conocido escritor argentino Jorge Luis Borges, son el muro de los lamentos y el retablo de las maravillas; además, al ciudadano le es dable construir también una historia creíble y en la que se puede solazar más allá de las grandes narrativas y con inflexiones y ángulos más personales o más próximos a su sensibilidad.
Cada medio tiene sus ventajas y limitaciones. La Liga Bolivariana de Béisbol Profesional se le ha hecho imposible cubrir todo el espectro de medios de comunicación social, las emisoras comerciales, esas empresas del negocio de las comunicaciones no se han interesado en su promoción; lo cierto que este béisbol resulta de buena calidad técnica-profesional.