"El futbol es la única religión
que no tiene ateos"
Eduardo Galeano
Todos los que tuvieron la oportunidad de presenciar en el propio estadio, o a través de ese invento maravilloso, como es la televisión, el gol marcado por Diego Armando Maradona en el mundial de 1986, contra los ingleses, difícilmente olvidan al "pelusa" mientras vivan. Esta joya del balompié la fabricó, comenzando tres cuartos de cancha driblando y gambeteando a todo aquel que conseguía a su paso, hasta tocar el balón con la sutileza de un pintor, cuando realiza una obra para verlo entrar al arco con el portero vencido en el césped, incrédulo antes descomunal proeza; por eso ha sido llamado el gol del "siglo"
He perdido la cuenta de las veces que he visto el video del inolvidable Diego, cuando se apodera del balón se da media vuelta para dejar regado a dos jugadores, como estatuas presenciando su endemoniado pique hacia la inmortalidad, para dejar en el camino casi todo el equipo vencido en el engramado, como formando parte del mismo y las tribunas al unísono aplaudiendo una hazaña difícil de repetir.
El autor de este hermoso gol, e integrante de un deporte universal, que apasiona a grandes y chicos se nos marcha, dejando en millones de rostros, lágrimas de los que aman las cosas bellas de la vida. Los que vieron jugar a Edson Arantes do Nascimento, mejor conocido, como "Pelé" al hacer una comparación de sus estilos en la cancha, pueden sacar la conclusión de quién fue el mejor, pero nadie puede negar la velocidad que desarrollaba el "pelusa" cuando tenía el balón en su zurda maravillosa, y la precisión en sus pases, como medidos con un teodolito para hacerlos llegar a cualquier lugar de la cancha.
El otro gran gol en su vida, fue, cuando en un juego amistoso entre glorias de este deporte maravilloso, y en un estadio repleto de aficionados ansiosos por demostrarles el cariño, simpatía y admiración por los grandes momentos, que les hizo pasar en las canchas donde se presentaba con la humildad que siempre lo caracterizó. Tomó la palabra con la valentía, y la dignidad de una persona reflexiva en el momento más oportuno para dejar una viva enseñanza: "El futbol es uno de los deportes más lindos y sanos del mundo, porque se equivoque uno, no tiene que pagar el futbol; yo me equivoque y pagué; la pelota no se mancha".
Maradona seguirá presente en el mínimo rincón de la tierra, porque amaba la libertad, y siempre estaba presente apoyando los movimientos progresistas. Amó a Cuba, su segundo hogar, y en los momentos, cuando buscó el apoyo para salir de su equivocación el Comandante Fidel Castro, le brindó su mano amiga, y parecía escuchar las palabras de otro inmortal: El Comandante Hugo Chávez Frías, cuando repetía una sabía y benévola expresión ¡Amor con amor se paga! Cosa del destino o de la casualidad, el "pelusa" muere 25 de noviembre, el mismo día hace cuatro años desaparece físicamente Fidel Castro Ruz, a quien Maradona admiró con toda la fuerza de su corazón. Tres inmortales amantes de la libertad: Maradona, Hugo Chávez y Fidel Castro, se dan la mano en la historia.