Maradona "fauleado" por la FIFA. Por un mundial de fútbol que se inicia en medios de graves denuncias de corrupción

Lunes, 21/11/2022 07:18 AM

Nota: Este artículo fue escrito en 1994. Se explica por sí solo. Poco tiempo después, gran parte de los altos dirigentes de la FIFA fueron sujetos a juicios y condenados por corrupción, lo que siempre denunció Maradona y por lo que le pusieron en lista negra y persiguieron incesantemente. Le repongo, dado que hoy se inicia el mundial de fútbol en Qatar, como en las mismas circunstancias de entonces, denuncias de corrupción, como compra de jugadores, explotación de estos y en un país de los más elementales valores carecen de significado e importancia.

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Cualquier desprevenido podría pensar que Fidel Castro es el ser viviente que más años lleva presidiendo una institución. Pero esto no es verdad. Hay muchos que ya están enmohecidos y casi petrificados en el puente de "mando" de organismos importantes y tienen la dicha de pasar desapercibidos.

Joa Havelange, presidente casi vitalicio y sacrosanto de la FIFA, es uno de esos esotéricos personajes.

El carácter democrático de la FIFA es un tanto dudoso, puesto que Havelange, un señor de origen brasileño, lleva más de treinta años siendo su presidente. De esta circunstancia, cualquier simple observador podría, sin dificultad, inferir el respeto que el organismo tiene por sí mismo y la discrecionalidad de poderes depositados en esa especie de dios del fútbol.

La omnipresencia de Havelange y la FIFA parece emerger en la actitud sorprendentemente acrítica de la mayoría de los participantes en los campeonatos mundiales del deporte de los goles. Los equipos grandes y los representantes de las sedes casi están exentos de faltas comprometidas. Los árbitros no se atreven a tomar decisiones de esa naturaleza por temor a ser execrados por la súper poderosa FIFA . Los jugadores y técnicos de los equipos " pequeños" ni siquiera opinan ante las injusticias de árbitros adulantes por temor a las sanciones que penden sobre ellos.

Es verdad que Diego Armando Maradona ha tenido sus devaneos con la droga. Los japoneses, más respetuosos y hasta rígidos en sus principios morales, negaron la entrada del futbolista gaucho a su territorio por sus antecedentes.

La FIFA del señor Havelange aceptó a Maradona y hasta contribuyó a exaltar la presencia del "zurdo de oro" en su cuarta incursión en un mundial de fútbol. Bien sabían que la presencia del astro argentino era una variable importante para el éxito del encuentro futbolístico. Pero todo marcharía de maravillas hasta tanto el pequeño pampero no desafiase las reglas del negocio y lanzase acusaciones que pusiesen en duda la honorabilidad de la institución futbolística y su dirigencia.

Es difícil desconocer el veredicto de los técnicos que estudiaron la orina del futbolista de maravillas. Es hasta creíble, pese a lo que digan los defensores a ultranza del pequeño mago del balompié, que usó un estimulante para repotenciar sus facultades y lucir su grandeza en los albores de su carrera. Pero resultó a todas luces exagerada la reacción de la FIFA.

De ser cierto que el "pelusa" usó premeditadamente drogas prohibidas y en cantidades tales que justificaran una sanción grave, debió optarse por un procedimiento más sutil que no dañase en demasía al deporte en general y la imagen de un joven a quien tanto debe el fútbol. Es más, si en verdad Maradona jugó bajo los efectos de un estimulante prohibido frente a Nigeria, esta exaltación de la FIFA y del señor Havelange, se parece mucho a una promoción "sin querer queriendo" a favor de lo que se parece condenar.

Pero es sorprendente esta reacción contra la esperanza porteña y ante un jugador que, por encima del odio de sus enemigos por cuestiones del fútbol, era la "vedette" de este mundial.

Y la sorpresa se trocaría en frustración si sospechásemos que la medida no estuvo dirigida a sancionar a quien violó una regla legal de la FIFA, sino a un ser humano que apoyándose en su grandeza de atleta, creyó que podía ejercer su derecho a criticar los procedimientos brutales y mercantiles del ente futbolístico.

Tres o cuatro días antes del juego ante Nigeria, Diego Armando Maradona, un gaucho que como Martín Fierro piensa que :

"Lo que al mundo truje yo

del mundo lo he de llevar."

Declaró contra la injusticia y la sobre explotación que representaba programar juegos a horas del mediodía en ciudades donde la temperatura alcanzaba hasta los 40 o más grados. Este gesto de Diego no podía pasar desapercibido para Havelange y los grandes negociantes del espectáculo. Quizás por este atrevimiento no se tuvo ninguna consideración con los jóvenes que ven en Maradona una descollante figura del deporte y quien ha sido, después de Pelé, el usuario del trono futbolístico. Quizás por eso, el señor Havelange y sus acólitos, decidieron sacar del mundial a Maradona de manera tan humillante y sin consideración alguna a su enorme aporte a la popularización de un deporte que mucho ha dado al presidente de la FIFA.

Barcelona, 02-07-94

1.-Dos días después de escrito este artículo, Maradona declaró para la prensa internacional que haría gestiones para la fundación de un sindicato internacional de futbolistas profesionales. Su objetivo fundamental sería enfrentar situaciones como la relativa a los horarios y calendarios de los eventos internacionales del deporte de los goles.

 

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