Desde el conuco

Algunas reflexiones que me asaltan

Jueves, 27/08/2020 08:14 AM

Cada mañana cuando despierto y me preparo para ir a laborar a mi conuco, me asaltan los recuerdos, y se me vienen encima algunas reflexiones.

La clase campesina, a la que pertenezco desde mi nacimiento, es la mas desasistida y golpeada en la historia humana. Además de vivir en lugares apartados, de difícil acceso. Ademas de carecer de buena vialidad, de servicios vitales en la mayoría de los casos. Pese a que nuestra producción la vemos irse en manos de quienes nos explotan. A pesar de los malos gobernantes que han desfilado en nuestra patria. A pesar de la discriminación sociologica que nos ha acompañado siempre, porque ser campesino es FÚ, lo PRO es ser citadino.

A pesar de la guerra subliminal que atraves de los medios, la escuela y ahora las redes sociales, que invitan y persuaden de modo aparentemente inofensivo a que nuestros hijos abandonen el campo, tal como lo hicieron con nosotros.

A pesar de todo esta andanada de bombazos mediáticos, de abandono y desidia, de traición y desprecio. Afortunadamente, y esto es nuestra bendición, el entorno natural en qué vivimos es nuestro refugio de vida que nos acera al lo sobrio y a la felicidad.

A pesar de nuestros muertos a manos de terratenientes y gobernantes de la falsa democracia. Pese a tanto temor y odio irradiado, somos felices en nuestra madre tierra. Somos alegres en nuestros llanos y montañas, en nuestros ríos y quebradas. Allí donde se encuentran la razón y el amor para hacernos humanos.

La vida se nos va, tal vez muy rápido, peleando por la tierra, las semillas, insumos, implementos, equipos y financiamieto. La vida se nos acorta en esta lucha que pareciera eterna. Si todo lo que comemos, citadinos no, viene de nuestra manos callosas y golpeadas, porqué tanta desidia y abandono.

El problema radica no solo en el gobierno y sus erradas políticas, sino tambien, y a esto yo le doy mayor valor, en la carencia de organización del movimiento campesino y la falta de conciencia de clase que debe guiar nuestro vida cotidiana.

Esta revolución ha entregado inmensos recursos y apoyos que se han esfumado entre la corrupción y el desorden, de no ser así hoy la producción del campo diría otra cosa. Pero no es solo eso, es necesario una política de estado para este sector productivo. El campesino merece el reconocimiento de su sitial como sujeto histórico constructor de una sociedad productiva, sustentada en la ética del trabajo, y ésto no solo en el discurso y los ofrecimientos coyunturales. Merecemos respeto y dignificación, mientras esto no ocurra la revolución estará en entredicho.

El movimiento campesino debe ser independiente y autónomo, no tutelado. Es en nosotros mismos dónde está la respuesta.

Y entonces me preguntó en mis ratos de encuentro conmigo mismo, Porque no unirnos, porque no superar este veneno inoculado del individualismo y avanzar hacia la construcción de la UNION NACIONAL CAMPESINA

fundaconuco@gmail.com.

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