La comida capitalista y la guerra económica

Viernes, 14/06/2019 06:36 PM

Es indiscutible que los imperios buscan todos los medios para avasallar a otros países y uno de estos es la cultura. A través de esta las potencias penetran en el cuerpo y la mente de las víctimas. Mediante la música, la moda, el deporte, la recreación, la literatura, la gastronomía, los medios de comunicación, el cine, el arte en general y sobre todo, con la comida, es que aquellos "estados omnipresentes" alienan a miles de millones de personas. Es notoria las reconocidas cadenas de "restaurantes" de comida rápida que están regadas por todas partes del planeta, generando, por sus consumo, graves enfermedades a los usuarios. Pero no solo, estos establecimientos son los causantes de efectos nocivos a la salud de millones de personas, también las comidas empaquetadas (exceptuando los granos), enlatadas, envasadas en botellas, comestibles patentados en las oficinas de las grandes potencias y sobre todo en EEUU son los causantes de diversas enfermedades, bien por la presencia de aditivos químicos, colorantes, preservativos, además del alto contenido de herbicidas, como son los alimentos fabricados por la Monsanto.

Debo recordar que los alimentos son las únicas fuentes de energías que los seres humanos deben consumir para llevar a cabo sus funciones físicas e intelectuales. Se debe tener claro que para que un comestible tenga almacenado alguna forma de energía, esta debe provenir de otra, según el "principio de conservación de la energía". Los únicos alimentos que cumplen con esta condición son los provenientes de la tierra, dichos productos adquieren esta energía del sol, además, de los nutrientes enterrados. Una enorme patilla, una papa, una zanahoria, una ración de caraota, de lenteja o de arveja, un trozo de yuca, un ramillete de lechuga, de acelga o espinaca, cualquier fruta, las proteínas animales, hasta el agua, son las únicas fuente de energía que le puede facilitar a los seres humanos las vitaminas y minerales necesarios para vivir sanamente. Quiere decir que la mayoría de los alimentos empaquetados, enlatados, envasados en botellas, en su totalidad, los procesados industrialmente pierden una buena parte de los nutrientes, debido al procesamiento industrial, a los químicos utilizados para preservarlos, a los colorantes y de otros elementos que intervienen en la elaboración del producto.

Quien asiste a los supermercados notarán que la mayoría de los anaqueles están atiborrados de comida empaquetadas, colocadas en cajas, salsas y jugos edulcorados envasados en botellas, otros productos colocados en latas con sabores artificiales, en fin, una gama de comestibles que desde el punto de vista nutricional carecen de los minerales, vitaminas y proteínas necesarias para que el cuerpo cumpla con sus funciones vitales. Es decir, la generalidad de los productos colocados en esos estantes son unos verdaderos comistrajos nocivos para la salud. La única sección del supermercado que en verdad cumple con los estándares necesarios para que los seres humanos al ingerirlos, desempeñen sus funciones vitales, es el módulo donde reposan los alimentos provenientes de la tierra. Los insuperables productos que poseen energía para transferirla a los seres humanos son los saturados de clorofila, es decir los vegetales verdes, así mismo las frutas, los bulbos y las legumbres. Imposible dejar de lado las fuentes proteicas proveniente de los animales, sobre todo las carnes blancas.

Una de las formas de los imperios de asediar a los países que consideran enemigos es mediante el bloqueo de los alimentos procedentes de la exportación de los productos, todos estos fabricados en sus industrias y generalmente, productos patentados. La insensibilidad de los gobernantes imperiales ante tales prácticas criminales es incuestionable, no les importa las consecuencias que causen los bloqueos y las sanciones, solo persiguen un objetivo, como es la de invadir otros territorios para seguidamente apoderarse de las riquezas ajenas.

Venezuela en los últimos veinte años se ha visto asediada por el gobierno de EEUU y de los estados vasallos de la UE, con el único interés de doblegar, mediante el hambre, a los herederos del ejército libertador. Pero esta malévola intención no basta para un pueblo consiente y aguerrido que sabe defender sus derechos y su papel en la historia republicana.

Es imposible matar de hambre a un país con tantas extensiones de tierra cultivables que nos suministra los alimentos provenientes de las entrañas de nuestro territorio. Así mismo, con tanta costas y ríos que nos provee los nutrientes proteicos necesarios se puede mantener a una población bien alimentada. No recitamos importar alimentos de ningún tipo, Venezuela cuenta con tierras fértiles que nos permitirá recoger buenas cosechas de bulbos, frutas y granos; además vastas costas y ríos para el suministro de buenas proteínas. Podemos prescindir del trigo importado dado los excelentes carbohidratos cultivados en el país como son la yuca, el ocumo, el plátano, etc.

Es indispensable que las fuerzas productivas de la República Bolivariana de Venezuela en alianza con el gobierno presidido por el presidente MM elaboren lo planes necesarios para cubrir la demanda alimentaria del pueblo. Existen numerosas hectáreas fértiles, extensas costas y suficientes ríos para superar la demanda de los alimentos que en verdad son los necesarios para formar una población sana. No son los productos alimenticios importados, ni muchos menos los patentados en naciones extrajeras los que nos resolverán nuestros problemas alimenticios. Para esto hay que trabajar con ahínco y más que todo con amor a la patria, de manera que en un tiempo prudencial hayamos superado la crisis alimentaria. Podemos vencer la guerra a favor del hambre que nos declaró EEUU y sus despreciables aleados de la UE, para esto hacen falta creatividad y trabajar con denuedo.

Debemos estar claro que las prácticas del asedio, de los bloqueos y las sanciones económicas por parte de las grandes potencias no es nada nuevo. A raíz del triunfo de la revolución Rusa de octubre los contrarrevolucionarios, los latifundistas y capitalista del imperio zarista, recibieron apoyo de las principales potencias imperialistas. Tropas alemanas ocuparon un tercio del territorio del ex - imperio zarista; los gobiernos británicos y japonés ocuparon el puerto oriental de Vladivostok y los gobiernos de Londres y Washington capturaron los puertos norteños de Murmansk y Arjangelsk y sus alrededores. De mismo modo, a raíz del triunfo de Mao, a mediados del siglo XX, EEUU y las potencias occidentales de la Europa oriental invadieron el territorio chino para combatir el Ejército Popular de Liberación. Lo mismo ocurrió En Vietnam, en Cuba, en Nicaragua, Santo Domingo, Granada, El Salvador, Haití, entre tantos de los países que han vivido las amargas y sangrientas experiencias de la invasión de los marines estadounidenses, con las graves consecuencias que esto conlleva.

Los venezolanos no debemos angustiarnos ante la imposibilidad de obtener productos alimenticios importados. Nuestra patria cuenta con suficiente recursos e ingenio para cubrir dicho déficit. Hay que tener en cuenta que el problema de las grandes industrias alimentarias del imperio no es la salud de los consumidores, sino las ganancias que se derivan de la venta de unos comistrajos que carecen de valores nutricionales. Debemos consumir alimentos provenientes de la tierra, con la certeza que en dichos productos encontrarán las vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos y lípidos, entre otros nutrientes que el cuerpo humano necesita para cumplir sus funciones vitales. Es una forma de la medicina preventiva.

Voy a recoger las palabras del Comandante Fidel, un hombre que si sabe de bloqueos y de sanciones económicas, quien en un discurso frente a los obreros azucareros arengó en 1962: "Por eso es bueno que nuestro pueblo aprenda en la lucha, en el trabajo. Y créame, si nos dieran a escoger entre una revolución sin dificultades, en que todo fuera fácil y sencillo, y una revolución con dificultades, escogería una revolución con dificultades, porque las dificultades son las que enseñan y engrandecen a los pueblos". Lee que algo queda.

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