Venezuela, El país adolescente se asoma una vez más hacia su abismo preferido. El que combina la ineficacia económica, la negligencia financiera y la irresponsabilidad política para caer un poco más profundo que en las ocasiones anteriores. Tan profundo quizás que corre el riesgo de llevarnos hacia ese lugar temido del que no es posible volver, un default y corralito temible.
Hay pánico financiero, todos los días se hacen largas colas en los bancos, esperando el turno para entrar y expresarle al cajero, "vengo por algo de sencillo de mi cuenta". Es decir, hay pánico por su respuesta, simplemente hay para 20000 y 50.000 Bs S diarios. Banesco, solo entrega 20000 BsS semanal y no da juego a los ancianos con la libreta del IVSS, tal como lo indicó el ciudadano presidente de la República Bolivariana, Nicolás Maduro Moros, tiempo atrás. Sin duda, esa respuesta es, "el sistema no lo permite, utilice la tarjeta de débito.". Esta entidad bancaria es una catástrofe al igual que el Bicentenario, por múltiples razones de mal servicio. Motivan a una corrida bancaria para crear desconcierto entre la ciudadanía, mientras la población parece zombi, "dejemos las cosas como están".
Otra, La obsesión por la moneda norteamericana lleva décadas instalada en nuestra vendita clase media y el miedo a la posibilidad de que el Estado congele o le quite sus ahorros en esa divisa, ha generado crisis en varias etapas de nuestra historia. Después del gran golpe de 2002, los venezolanos quedamos marcados por la desesperación y reclamamos a cacerola limpia que nos devolvieran nuestra dignidad. Esta vez, la mala administración económica se suma una crisis política no esperada que bien podría haberse evitado si como proponían algunos dirigentes, limpiar la administración pública y castigar los corruptos y no quede nadie impune.
En los últimos días hablamos de tres temas que ocuparon nuestro tiempo: el precio de los huevos, que no deja llegar la primavera; el super aumento de las hortalizas como la papa y el dólar que inexorablemente aparece con más fuerza en los tiempos duros.
El Gobierno bolivariano esta shockeado y al comienzo reaccionó de la peor manera y cuando quiso ponerle al tema de la guerra ambivalente un punto no convencional, más no económica, quiso colocar paños fríos, la oposición, porque muchos copeyanos trabajan en Miraflores no hizo más que echar nafta al fuego.
Los empresarios que más alzan sus productos, son los del gobierno o han sido favorecidos, allí tenemos el caso de El Tunal y harina Doña Goya..
Así fue como otra vez el dólar subió al escenario para protagonizar el miedo a perder lo poco atesorado durante años de trabajo. Y en el caso venezolano, cualquier ahorro de la clase media es una lección de economía porque poder ahorrar en este país es un milagro. No se puede, no te dejan o no quieren
Al parecer esta vez no hubo reacciones masivas, ni violencia en las calles, pero todos volvimos a sentir que nos topamos con un nuevo fracaso y eso duele a quienes quieren a su país.
La importancia que le damos al dólar es la causa de pésimas gestiones político-económicas, de gobiernos que nunca penaron en valorizar a nuestro Bolívar Soberano, volverlo una moneda con valor real, sin necesidad de saber casi compulsivamente "¿Cuál es la cotización del dólar?". De verdad, nuestra ignorancia es letal
En realidad, sólo debería importarnos ese dato si tuviéramos que viajar al exterior y nada más. Pero vivimos comparando los precios de las cosas para saber cuánto cuestan en dólares y de hecho las operaciones inmobiliarias, buena parte de la venta de automotores, incluso hasta los valores de los alquileres de casas o departamentos, están valuados en la moneda norteamericana. Incluso para tomarse un café o un caramelo de coco.
De hecho, pocas veces, o casi nunca, visualizamos el valor de estas cosas en bolívares soberanos y cuando lo hacemos nos aparecen cifras que nos asombran. Ahora todo está mezclado y a la incertidumbre económica se le suma la política, no sabemos qué pasará ni en un área ni en la otra. Con un gabinete presidencial tan incierto.
Hablamos del dólar y los candidatos que se medirán en la próxima electoral de la Asamblea Nacional, para ver quién es el nuevo presidente, se tiran con chicanas y adoptan tal vez buenas medidas pero que llegan tardías o hacen declaraciones para desestabilizar los mercados y sembrar el pánico. Ambas, carecen de veracidad, los constituyentitas no saben lo que dicen
Así estamos, que no sabemos qué pasará con nuestro futuro económico y tampoco con nuestro futuro político. Ante esta nueva crisis, los ahorristas actúan con prudencia, desconfiados, pero con prudencia, tal vez pensando que esta actitud contribuya a aclarar las cosas.
Para que esto ocurra, los políticos deberán saber leer la reacción de la sociedad ante el temor de perder sus ahorros y evitar que cambien de opinión. Por ahora mantengamos la calma y no esperemos mucho de nuestros dirigentes. No sirven y debe haber nuevas elecciones a todo nivel con libertad y nuevo Consejo Nacional Electoral.
Estamos o no estamos en default virtual u corralito.?