Según Maduro el dólar saltó la talanquera o cómo el Estado nos estafa

Lunes, 25/11/2019 02:51 PM

José Vicente, no sé cómo, pienso sobre el asunto y le doy vueltas y no logro explicármelo, sino a partir de la edad del conocido periodista y político; parece se echó un pelón.

¿Cómo a él, tan hábil, cuidadoso y sobre todo en disposición de ayudar a Maduro, se le salió ese disparo que al presidente dejó mal herido? Pese éste haya experimentado un estado de incontinencia verbal, lo que suele brindarle instantes de goce supremo.

Tengo 81 años y por lo que sé, José Vicente unos cuantos más. Y con la edad uno pierde muchas habilidades. Quizás por esto, cuando preparó la entrevista con el presidente, porque estas suelen prepararse, como dar por adelantado las preguntas, no incluyó en el arsenal esa sobre la dolarización de la economía y, en medio de la entrevista se le "chisporroteó" como diría "El Chavo" y al entrevistado, como se dice en el argot del beisbol, agarró fuera de base.

Maduro que pareciera ser muy ducho, según dicen, en la maniobra política, eso que Salvador Allende solía llamar el "muñequeo" o el dejárselo a la "muñeca", pero no en el manejo del lenguaje y de las ideas, pese fue canciller varios años y muy dado, cuando empieza a hablar, a arrancar como carro loco, al escuchar la pregunta metió chola a fondo y dijo lo primero que se le ocurrió o se le vino a la mente.

Se fue tan de frente, de "boca" y a la carrera, que se le olvidó que era presidente de la República, Jefe del Estado venezolano y por ende "patrón", aunque no le guste el calificativo, porque en este caso se es macho "man que se ponga", y por tanto con una multitud de trabajadores bajo su dependencia que son víctimas de esa dolarización.

José Vicente hizo la pregunta pues y el presidente no tuvo, sin importar lo que haya pasado, la respuesta adecuada como para no quedar mal y provocar tanta reacción en contra suya, pese todo lo que antes Guaidó hizo en su favor.

Hay jefes les cuesta entender y a los subalternos les sucede lo mismo y a aquellos condicionan, el significado profundo de la famosa frase socrática "sólo sé que no sé nada". Y entonces el presidente se cree en el deber de saber todo y quienes le siguen piensan lo mismo y más allá, en la multitud, la cosa es igual. Por eso, en la oposición, sin importar el nivel cultural de cada quien, le mal evalúan porque no tiene título universitario y fue autobusero. Y por no entender eso, que no está obligado a saber de todo y dejar que otros hablen por él de vez en cuando, personajes como el presidente, no evaden preguntas sobre lo que no saben, sino que una vez las escuchan "se abalanzan", como solía decir mi suegro, a hablar sin comedimiento ni medida. Pero el público mismo, por culpa de esa manera de concebirse los dirigentes y gobernantes, así los ve y espera que de todo sepan y verían muy mal evada preguntas o las remitan al funcionario o "técnico" competente. Y si eso hace, la evaluación del público, sobre todo el opositor, sería más degradante. En esto pues hay una como complicidad entre el dirigente, en este caso el presidente y los dirigidos o gobernados. Y pareciera que en ese juego, es la impresión que a uno le da, uno y otros "gozan una y parte de otra". Es pues como un entretenimiento lúdico.

Pero por la manera de ser el presidente, de la que ya hemos hablado, es posible conociese la pregunta de antemano, no es descartable y justo por esa irrefrenable tendencia a hablar demás y manera de sobrevalorarse porque es el presidente, no es que a José Vicente le se haya "chisporroteado", sino que a lo Cantinflas quiso salirse del libreto y para eso, más estando filmando y transmitiendo en vivo o en el "aire", hay que tener el talento del eminente comediante mexicano.

Para sorpresa de todo el mundo, quienes dicen a diario y no sin razón que de quedar atrapado el mercado interno en el mecanismo del dólar sería a su vez sujetarse a la FED o Reserva Federal de EEUU, quedar bajo sus reglas y el "descangallamiento" del Banco Central de Venezuela o lo que es lo mismo, hipotecar la independencia del país y, según el ancestral discurso del gobierno y lo que es más, el de el propio Chávez, el presidente se mostró satisfecho por lo que sucede y hasta feliz. Y eso que dicen ya es un hecho.

Según él, es buena esa dolarización porque activa la economía. Olvidó que venía diciendo lo contrario y, hasta sus funcionarios, informaban de vez en cuando, que andaban en la calle dándole duro a quienes de una manera u otra usasen la moneda estadounidense como medio de cambio dentro del mercado nacional. ¡El maldito y criminal dólar de repente se reviró o volvió santo! Algo así, como los pecadores arrepentidos que se meten en el redil del Señor o, mejor para decirlo al estilo partidista, "saltan la talanquera". ¿Quién?

Pero lo que pasó por alto el presidente es que de hecho autorizó el uso del dólar para las operaciones y hasta para todos los cálculos por hacer dentro de la actividad económica interna. Pues a partir de ese momento será legal el cobro en dólares y sobre todo calcular diariamente el valor de mercancías y servicios en esa moneda cuando se trata de intercambiar con el público consumidor.

Y entonces, aparte del problema del FED y la soberanía, el gobierno debe abordar el relativo al salario de los trabajadores, particularmente por los del Estado, pues parte del sector privado se ha visto obligado a hacerlo.

No puede ser, más si el gobierno habla de justicia y equilibrio por lo menos, que mientras todos los servicios que se prestan en la parte privada, desde los relativos a salud, tomando en cuenta la precariedad de la privada y la cesta básica, se cotizan en dólares, el Estado paga salarios en unos pocos bolívares que, traducidos al valor cambiario de aquella moneda, resulta una miseria. Estaríamos en una muy particular situación, sin antecedentes, donde el "gobierno revolucionario", estaría a la cola, pagando salarios miserables mientras gran parte el sector privado, por lo menos para que los trabajadores no se les vayan, lo hace en función del dólar y muy por encima de aquél.

Como que una consulta médica especializada privada, sobre todo no habiendo al alcance de los trabajadores otra opción, la simple limpieza de un aire acondicionado, un sencillo trabajo doméstico por día, una atención odontológica y paremos de contar, pues los ejemplos son infinitos, equivalen al salario mensual de trabajadores como un médico mismo, ese técnico en aire, el odontólogo o un docente de cualquier nivel que trabajen para el Estado.

Entonces, si al presidente le parece bien que la economía se haya dolarizado, lo que a mí no me parece, eso no debió suceder, debería pensar y luego decidir que los salarios de los trabajadores a su servicio, pues como dije, él es nuestro patrón, se ajusten a la relación que se está dando en la calle. Pues esta circunstancia nos está haciendo, a quienes trabajamos para el Estado, la vida insoportable y por eso hay gente en la calle reclamando y van a seguir, pese el presidente sueñe e imagine que con dádivas se contiene la inconformidad que tiene fundamento. El trabajador no pide, ni debe dársele limosnas o dádivas, sino reconocerle el valor de su trabajo; menos explicaciones pedestres y conformistas, de paso dadas por ex dirigentes sindicales, según las cuales "deben arroparse hasta la cobija", las que parecen letanías de la IV república. Más si la gente jura y perjura que la cobija de ellos es como demasiado grande que hasta la "arrastran".

Advierto que los servicios públicos, comienzan a subir y parecieran dispuestos a competir con los privados. Hidrocaribe le tiró dos alzas seguidas, sin respirar casi, a la tarifa de agua y se habla que por allí viene el de la electricidad, pese que el FMI y el gobierno se miran y reviran los ojos. ¡Ah! Se me olvidaba el alza de los pasaportes,

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