Lo que está ocurriendo en la economía venezolana en diciembre de 2019 es algo digno de analizar, caracterizar, incluso teorizar, para luego poder comprender los elementos claves que están creando afecciones graves como las que ha venido padeciéndose en los últimos años.
He insistido: el problema económico actual nace y se desarrolla en el mercado cambiario. El dólar paralelo afecta a todo el sistema sin contemplación. Algunos tomadores de decisiones aún no lo ven, o se resisten a verlo porque realmente no encuentran la solución a pesar que están conscientes que es una estrategia muy maligna, muy versátil, bien diseñada por los enemigos externos y que ha hecho mucho daño.
Realmente, no han encontrado la estrategia efectiva para detener o disminuir sus efectos en la economía venezolana, y comienzan a lanzar propuesta de soluciones a ver si las pegan, y sin considerar que el resto de los actores van a reaccionar y aprovechar las debilidades o ventanas abiertas que dejan las circunstancias.
Han transcurridos mes y medio de la publicación de la Gaceta Oficial N° 41.742 de fecha 21 de octubre de 2019, donde se devela la resolución del Banco Central de Venezuela, que establece un nuevo esquema de cálculo en el otorgamiento y pago de créditos comerciales en moneda nacional, conocido en el sector económico como "créditos indexados", pero en este caso indexado a los vaivenes del dólar oficial, y que se calcula sobre la base de un nuevo indicador o unidad de cuenta denominada: Unidad de Valor de Crédito Comercial (UVCC). Si aumenta el dólar aumenta el monto final más los intereses a pagar por el crédito recibido.
Está puesta en marcha de la política de indexación de créditos bancarios se hizo para, supuestamente, detener la presión en el mercado cambiario que ocasionaban la demanda de dólares de aquellos que recibían créditos en bolívares otorgados por la banca nacional, que lejos de destinarlos a la producción de bienes y servicios lo destinaba a especular.
Claro, queda la duda si esa medida también es producto de la incompetencia o fiabilidad de los sistemas de control y legitimación de capitales existentes en el sistema bancario nacional. Queda la duda si estos mecanismos de control también son partes del sistema perverso de especulación cambiaría. También queda la duda, si es una política para aupar el minúsculo grupo de la población venezolana que recibe dólares de la banca pública y privada que se dedica exclusivamente a especular en el mercado cambiario por medio del diferencial (spread) que siempre queda entre el dólar paralelo y el dólar interbancario (oficial). Así si es bueno meterse a empresarios de maletín para pedir créditos y ganar punto a punto en el mercado especulativo cambiario.
La realidad actual es que la manipulación externa del sistema cambiario nacional por medio del dólar paralelo, sigue mandando en la economía. Ya todo se ha dolarizado. La sociedad económica se ha dolarizado. El mismo presidente Nicolás Maduro lo ha reconocido como algo que él no le ve mal: que la economía se transe con dólares de manera libre y abierta.
Lo cierto es que el capitalista se ha fortalecido en Venezuela. No obstante, lo único que falta por dolarizar son los sueldos y salarios de los trabajadores, así como los bonos y las pensiones. Aún seguimos esperando ese anuncio gubernamental para que se equilibre o ajuste está economía forzada por el dólar paralelo a transarse en dólares americanos. Sin embargo, considero que legalizar esa "dolarización forzada" es un error histórico que la economía venezolana del futuro lo padecerá.
Hemos insistido no dejar la economía solo a la par del dólar. Hemos propuesto un "sistema cambiario complementario" sobre la base de nuestro comercio exterior. Es algo más justo y menos volátil que el dólar paralelo, garantiza la estabilidad cambiaría y la bajada de la inflación.
Mas allá de la época decembrina, donde la demanda de divisas aumenta para importaciones de mercancías y para realizar viajes de placer, entre otros usos, el dolar paralelo se ha duplicado en los últimos dos meses. Ya supera los 44.000 bolívares, que demuestra la ineficacia de los créditos indexados para contener los avances hacia el alza de ese dólar paralelo.
Por el contrario, ha representado una medida que sacrificó el otorgamiento de créditos con fines productivos, es decir a aquel destinado al sector agrícola, pecuario o manufacturero, para estimular el crédito con fines comerciales e importador. Porque ese ha sido otra de la tendencia del uso del crédito indexado en la economía en los últimos meses: el aumento de las importaciones y la proliferación de bodegones por doquier.
Seguir insistiendo en ese debate sería estéril y riesgoso para un economista revolucionario en estos tiempos. Solo dejo como anexo el texto y el link del debate entre los economistas Jesús Farias, Leonardo Buniak y mi persona, Andrés Giussepe, elaborado y publicado por Sputnik el 31 de octubre de 2019, en el marco del anuncio por el BCV de la política de indexación de créditos otorgados por la banca nacional, dónde fijaba posiciones al respecto.
El tiempo es el gran aliado y da la razón a aquellos economistas que aciertan sus predicciones.
ANEXO DE UN DEBATE QUE AÚN NO TERMINA:
Expertos: comerciantes venezolanos pagarán para frenar especuladores de dólares
01:30 31.10.2019
Por Magda Gibelli
CARACAS (Sputnik) — El Gobierno venezolano detectó una de sus fallas financieras: los créditos en bolívares para el sector comercial sirven a especuladores para jugar a la bolsa con la moneda venezolana y el dólar, y con el objetivo de "quemarles las manos a estos grupos", aplicará medidas que tendrán un impacto negativo en los comerciantes.
"Se decidió indexar el crédito y la tasa de interés con la tasa de cambio, porque todos los que van a pedir crédito, en su mayoría, por no decir en su totalidad, actuaban como receptores de créditos para comprar dólares, y ya no tendrán ese estímulo, porque a la hora pagar el crédito se va a diluir su ganancia especulativa en el mercado cambiario, eso aplica a las personas jurídicas", dijo a esta agencia Jesús Faría, economista integrante de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
De acuerdo a lo planteado por el Gobierno venezolano, un sector, específicamente el jurídico/comercial, estaba pidiendo créditos a la banca para comprar dólares.
"Pides un crédito en bolívares, compras dólares y cuando se devalúa el bolívar vendes los dólares, pagas el crédito y te queda una ganancia especulativa, y bajo esa premisa el Gobierno toma la decisión de: "vamos a quemarle las manos a los especuladores", explicó en entrevista con Sputnik, Leonardo Buniak, magister en economía internacional, especialista en finanzas internacionales, consultor en planificación estratégica y calificador de riesgo bancario.
El problema, según cuestionó Buniak, es: "¿cuántas personas piden dinero para comprar dólares?, ¿qué pasa con el sector real de la economía?, ¿qué pasa con la pequeña y mediana empresa que no especula en el mercado cambiario?".
Faría, quien entre 2016 y 2017 se desempeñó como ministro de Comercio Exterior de Venezuela, explica que la resolución 41.742 del Banco Central de Venezuela, está dirigida a corregir un problema que afecta a todos los sectores de la economía nacional: la fluctuación desequilibrada del dólar.
El economista consideró que ninguna política para detener esta alteración podría ejecutarse sin un efecto colateral.
"En una situación tan compleja como la que vive el país, jamás vas a conseguir alguna decisión o algunas políticas, que traten de corregir algo y no tengan efectos colaterales, en este caso los comerciantes o inversores reales, pero esos efectos colaterales tendrán que ser corregidos por otras políticas", apuntó.
El economista y doctor en gerencia de la Universidad Central de Venezuela, Andrés Giussepe, exdiputado del Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatio) en el período 2000-2005, señaló que la indexación de créditos se hace inviable para quienes necesitan dinero para comprar maquinarias o generar empleos.
¿Dolarización indirecta?
Giussepe afirmó que este tipo de medidas solo impulsa la dolarización, pues sostiene que un comerciante no pedirá un crédito en bolívares, para ser cobrado en dólares, si su producto se transa en la moneda local, tomando en cuenta su acelerada devaluación y la imposibilidad de generar un cálculo de fluctuación a futuro.
"Por lo tanto, esta decisión del Banco Central es una dolarización indirecta, tomando en cuenta que es una economía que está totalmente volátil, con una volatilidad cambiaria inédita en el mundo y eso hace muy riesgoso atreverse a pedir un crédito, a menos que la mercancía se venda en dólares", acotó.
Faría debate esta opinión, y considera que la dolarización indirecta ya está en curso y no por las medidas que tome el Banco Central de Venezuela (BCV), sino como consecuencias de las sanciones que desde 2017 el Gobierno de Estados Unidos aplica a su país.
"El tema de la dolarización está avanzando, eso es como una raya más en un tigre, y la dolarización tampoco se va a revertir si se deja de tomar esa decisión, es una realidad, y esa realidad la tienes que ir componiendo de una manera progresiva, porque no hay varitas mágicas para solucionarlas", expuso.
Además, señala que el objetivo de esta medida es desalentar la actuación de los grupos que se dedican a la especulación cambiaria, y reconocer quizá no se logre totalmente, "pero es lo que se quiere".
Créditos indexados
El Banco Central de Venezuela no ofreció detalles sobre qué cantidad de empresarios estaban utilizando estos créditos para obtener ganancias especulativas en el mercado cambiario, pero sostuvo que la medida busca que los créditos se usen para actividades productivas.
"Tomando en cuenta que no estamos en una economía normal y mucha gente usó el crédito bancario para comprar divisas y no para generar producción y eso hizo que el dólar se disparara a los niveles que lo hemos tenido (…) ahora el crédito será para actividades productivas y para vencer a la guerra económica", dijo José Javier Morales, presidente del estatal Banco de Venezuela, sobre esta medida.
La autoridad del Banco Central no estuvo disponible para declarar a esta agencia, pero durante una conferencia reseñada por el portal web Descifrado, indicó que de acuerdo a como funcione esta resolución la entidad financiera nacional revisará la política de encaje legal para que la banca preste dinero y haga su trabajo de intermediación financiera.
El BCV anunció el primer incremento del encaje legal en octubre de 2018, cuando pasó de 21,5% a 31%; y en enero de este año volvió a subir a 57%, su aumento reduce los recursos que la banca puede destinar a los créditos y retiros del fondo público con el fin de generar una reducción de la liquidez monetaria (cantidad de dinero disponible en bolívares), de acuerdo a lo explicado por las autoridades.
Esto se suma al aumento del encaje legal marginal, que pasó en octubre 2018 de 31% a 40%, y en diciembre de ese año a 50%, y cerró en febrero 2019, en 100%.
El propósito de estas medidas, de acuerdo a lo señalado por el BCV, también era que las empresas no soliciten créditos aprovechándose de las bajas tasas de interés de la banca y de la hiperinflación, para comprar divisas a la tasa paralela, pero para Buniak esta medida solo tuvo un efecto debilitante para la banca.
Banca escuálida
Por ello, a su juicio, el Gobierno se vio obligado a lanzar un salvavidas a la banca pública y privada por el inminente quiebre a muchas instituciones financieras, ante el proceso de "enanismo o de raquitismo" financiero que vino sufriendo este sector en medio de la hiperinflación y la hiperdevaluación.
"Esto es un salvavidas, porque iban a comenzar a haber bancos quebrados, estaban ocurriendo con la banca pública y privada por igual; el sistema bancario es extremadamente sensible, lo que quiso evitarse (el Gobierno) fue detener la extinción en moneda extranjera a valores constante de la cartera de crédito de la banca", apuntó.
Aunque la banca ahora tendrá que gestionar con más detalle el riesgo crediticio, explicó Buniak, el rescate está en que se le permite tener a valor de dólares en cartera de créditos.
"Es decir que, si mañana el dólar sube y mi cartera de crédito no va a caer, ahora mi crédito está indexado al dólar", sostuvo.
Giussepe, por su parte, consideró que estimular la cartera de créditos y tomar medidas para favorecer a la banca, es apoyar a un sector que a su juicio no actúa en beneficio del país.
"Si desde el Gobierno se quiere estimular el crédito, lo que se está es estimulando al sector bancario especulativo, que nunca ha invertido en Venezuela", acotó.
Sin embargo, Faría, explicó que la banca es vital para el funcionamiento del país, por lo que su opinión es que se debe encontrar un equilibrio para su existencia.
"La banca es necesaria para una economía y si la banca desaparece, si desaparece la intermediación financiera, estamos muy mal, ¿qué ocurría ahora?, ocurría que no se estaban dando créditos, porque el Banco Central de Venezuela tenía un encaje absoluto de todos los recursos, porque quería impedir que el dinero fluyera al mercado cambiario, ahora el que pida prestado para meter en el mercado cambiario y especular, va a tener que pagar toda su ganancia al final", añadió.
Esta medida, para el constituyente, está adherida a otras, que en medio de un escenario que define como de guerra económica, son necesarias para sobrellevar la hiperinflación que afronta el país desde noviembre de 2017.
Por su parte, el especialista en riesgo bancario, Leonardo Buniak, considera que la hiperinflación y la regulación del precio del dólar no se conseguirá a través de este tipo de medidas.
Buniak destacó la necesidad de "devolver al BCV su autonomía", para proteger al bolívar para que "deje de financiar la gestión deficitaria del Gobierno" y se frene la economía bimonetaria, que mantiene la circulación del dólar y el bolívar con grandes diferencias.
Mientras, para Giussepe lo necesario es controlar la inflación y crear una competencia de otras divisas con el dólar.
"El dólar es el que nos está haciendo daño, he venido proponiendo que se genere un sistema cambiario complementario, como se hacía a finales de los 80", algo que para Buniak y Faría no es tampoco el punto central del problema que afronta la economía venezolana."
En este escenario, los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (desestimados por el Gobierno venezolano), siguen siendo desalentadores y apuntan a una contracción económica de 35% y una inflación 200.000% para el cierre de 2019.
Ante estas perspectivas, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, llamó a un cese del bloqueo financiero ejecutado por Estados Unidos, país que exige su renuncia como jefe de Estado, como condición para levantar las sanciones que recrudecieron desde 2017, y que apuntaron principalmente al sector petrolero, principal fuente de ingresos.