Escamoteo del Petro por el comerciante burlón del Estado, un delincuente a rajas

Viernes, 27/12/2019 08:18 AM

*Almacenes Traki, dice desconocer el carnet de la patria y la página patria y se debe cumplir un registro en pagina aparte, no desean saber nada del Estado benefactor.

Abusar de alguien, en cualquiera de sus vertientes, es asqueroso, pero abusar de niños es todavía peor. Suelen ser, con demasiada frecuencia, víctimas del trato despiadado de su entorno más cercano y no digamos del que está un poco más alejado. La infancia debería ser sagrada. Es la época en la que se forman las personas del mañana, en la que deberían ser respetados más que nunca, cuidados y amados en el más amplio sentido de la palabra. Poco más necesitan los niños. Ellos son nuestro futuro y formarán la sociedad que viene. Pero al paso que vamos, todo tiene pinta de que las cosas seguirán igual o incluso peor. Los cambios, si es que queremos un mundo mejor, deben empezar por abajo, por la raíz, como casi siempre. Y es ahí donde están ellos. Y sin ellos el cambio no es posible.

Lo que pasa en mi país con nuestros niños es increíble. En La Isabelica, en la panadería más famosa del lugar se sientan un aproximado de diez niños que piden comida a cada comprador o un pedazo de pan. Estas cosas perturban el sueño de cualquiera, aunque mirar para otro lado, por desgracia, no hace que la realidad deje de existir.

Esta historia está aderezada con muchos otros detalles repulsivos que dan buena cuenta de que esto no es normal y de que, además, tenemos un problema que urge solucionar si queremos llegar algún día a ser una sociedad medianamente decente. Pero llegar a ese punto supone asumir un alto grado de respeto hacia uno mismo y hacia los demás del que parece que todavía nos separa una eternidad.

Caridad es una de las palabras más hermosas, aunque despierta recelos en no pocas personas. En mí no, al contrario. Con justicia social no sería necesario ser caritativo, argumentan quienes recelan. Ya, pero entre que llega y no llega tal justicia los necesitados sufren aquí y ahora. La caridad además de justa es amor. Decir que es paternalista y que humilla a quien la recibe son argumentos de mal político con buen sueldo. El frío y el hambre sí son humillantes, como la soledad del anciano o el miedo del parado. Con caridad no habría guerras, ni terrorismo, ni ninguna de las múltiples manifestaciones del sufrimiento. Su propia raíz etimológica nos los desvela: se ejerce desde el cariño solidario. Somos prójimo.

Todos llevamos dentro recuerdos de situaciones en las que no fuimos caritativos. Por supuesto, si se da con el meñique levantado no es caridad sino prepotencia Misericordia, tituló Galdós una de sus novelas más hermosas. Muy buen regalo en esta época, para hacer o para hacerse.

En la calle, nuestro frío convierte al pobre en dos veces pobre. La crisis, que goza de mejor salud que la economía, nos enseña que no todos los necesitados se sientan en los bordillos. ¿Quién no necesitó o necesita afecto, ánimo, perdón…? Pues algunos venezolanos, ay, además necesitan comer caliente

Ciertas palabras, además de decirlas o escribirlas hay que vivificarlas. Una de ellas es caridad.

No me atrevo hablar mal del presidente Maduro. Gracias a su labor, muchos venezolanos comemos. la diferencia lo marca miles de posibilidades formativas que conlleva tener medios económicos o no tenerlos, desde hace años aumentados por la crisis económica, no se ha convertido además en un leer solo si tienes. Para los venezolanos representa la garantía del derecho a la cultura gratuita, formativa o de entretenimiento. Incluso cuenta con un servicio en el que se puede proponer que se adquiera determinado libro. Todo un ejemplo de ejemplaridad democrática. pero, ya salieron los especuladores del Petro y, los comercios triplicaron su valor en los productos y no hay autoridad que le ponga coto a esto, tenemos un presidente que desea perpetuarse en el poder, pero, no quiere ponerles orden a sus subalternos.

Así que, tenemos un gobierno full de manchegos y archiveros, como les gusta mandar a sacar copias para archivar y enseñárselas a sus jefes, por lo que los libros de contabilidad eran y son su destino, solo buscan beneficiarse con algo y, esto va con los funcionarios de la FANB en las alcabalas, es una pichoneria de presuntos delincuentes que jamás quisieron visitar la escuela y se apoderaron desde el Psuv hasta el cobro del peaje por vivir en un conjunto residencial. No hablemos por su indescifrable letra.

En San Esteban, el frío extinguió a los guarapiteros, a los vikingos y al Club Nudista de Ponferrada que se escapaba al Puente de los Españoles. Pero fue hace mucho. No obstante, precaución. Abríguese usted, no se me vaya a poner malo. Un columnista sin lectores es como chimenea sin leña. Pese al castañeo de dientes, no se quede atemorizado en casa. De verdad, los perros no muerden.

Hay que sacar cuentas, ya no encuentran la manera de sacar números. Todo, es un camuflaje y, por supuestos, los socialistas tienen que estar en la mesa de negociación, todos despertaron con sus malas influencias desde que fallecieron Fidel Alejandro Castro Ruz y Hugo Chávez Frías, es un club y desean sacar a Vladimir Putin del juego porque es un dirigente serio como Donald Trump, los comunistas de hoy, desconocen la palabra ideología.

* Escrito por Emiro Vera Suárez, Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajo en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 

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