Cuando mi vecina leyó el mensaje que le acababa de llegar a su celular, casi adivinó su contenido; es decir, nuevamente tendría que visitar la página Patria para aceptar el nuevo bono que estaba llegando referente al bono de reyes. No hay que negar que solo oír repicar el teléfono alegró a la vecina. Y le hacía falta ese bono porque el mes de diciembre, después de haber disfrutado sus navidades con cena navideña a base de hallacas y pernil, le había dejado la nevera “pelá”. No guardó pan para enero, y el bono era su salvación.
Pero sucedió algo inusual, porque el bono se ha retrasado de tal manera que mi vecina ya tiene sopotocientas visitas a la banca on line y al revisar su cuenta no consigue los 200 mil bolívares por ninguna parte, y de paso dice que debieron ser 300 mil bolívares en honor a los tres reyes magos. La vecina no ha aprendido que a caballo regalado no se le mira el colmillo o que hay que agarrar aunque sea fallo.
El hecho es que mi vecina no conoce los problemas que existen en el medio oriente con los Estados Unidos tratando de apabullar a los países de la región, y eso colmó la paciencia del gobierno iraní, que en venganza por la muerte de uno de sus líderes militares, decidió lanzar unos misiles a la base gringa en Irak. Eso tuve que contárselo y entonces ella me dijo: ¡Ah, con razón ese bono de los reyes magos no ha llegado. ¿Por qué? Le pregunte. Me dijo: Si los reyes magos vienen de esos lugares, lo más probable es que les haya caído un misil o perdieron los camellos y vienen a pie. Así es imposible que me depositen el bono.
Me puse a reír con la ocurrencia de mi vecina. Finalmente le dije: Tenga paciencia vecina que ese bono está a punto de hacerse efectivo.