Desde que el gobierno nacional anunció al público en general su intención de desarrollar y poner en funcionamiento una criptomoneda soberana, libre e independiente, mucho se ha dicho sobre la misma.
Su nombre, el Petro, despierta en la colectividad diferentes interrogantes. Dudas válidas que, lamentablemente desde la oficialidad no se ha sabido responder al común de los usuarios, especialmente con aquellos que primero han experimentado en la práctica con esta tecnología: los pensionados y funcionarios públicos.
En la calle escuchamos, dudas razonables, prejuicios, o hasta burla sobre el Petro. Dada la polarización en la que se encuentra la política nacional por lo general vemos ambas caras de la política nacional reflejadas en las aventuras de respuestas que se le da a las preguntas que rodean al Petro.
Mediante este artículo queremos hacer un aporte a la colectividad en general, desde el punto de vista científico y técnico sobre la definición de las criptomonedas y, a partir de allí, establecer lo más claramente si el Petro califica para ser llamada criptomoneda o no.
¿Tiene este artículo o su autor una posición política? Por supuesto que sí. Creemos que es una visión ingenua pensar en la ciencia y la técnica como apolíticas. Pero eso puede ser discutido en otro artículo. Por ahora, hagamos el ejercicio de emplear cierto rigor lógico y permítase el lector apelar a su sentido común para establecer con nosotros una definición de criptomoneda y, en base a ella, decidamos en conjunto si el Petro lo es.
Una vez hecho esto, se dará una opinión personal sobre (¿la criptomoneda?) Petro, su usabilidad y las perspectivas que esta tecnología plantea para la sociedad venezolana.
Empecemos entonces. ¿Qué es una criptomoneda?
Sin quere hacer muy larga la exposición preliminar, inevetiblemente nos tenemos que referir al origen etimológico del término. Evidentemente es una palabra compuesta:
cripto + moneda
Siendo así, la definición más simple que podemos dar de dicha palabra es:
Definición 1. Una moneda que utiliza medios criptográficos para su generación, validación, almacenamiento y transferencia entre usuarios.
Esta es un definición muy simple, digamos primigenia, del término que, a su vez, nos lleva a dos conceptos adicionales: moneda y criptografía.
La criptografía es la ciencia (o el arte, también le dicen) mediante la cual la información sufre alteraciones, de manera que sea inentendible para quien la intercepte, y que sólo puede ser leída por su destinatario mediante una llave que sólo él posee, la cual fue previamente intercambiada con el emisor.
En el área de las criptomonedas, la criptografía cumple diferentes y muy variadas funciones, de acuerdo a las posibilidades que la misma plantea. Sin entrar en detalles técnicos veamos por ejemplo los usos que se le da:
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Criptografía de clave pública para la generación de las llaves criptográficas con las que los usuarios manejan sus fondos.
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Hash criptográficos para:
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Transformar las llaves públicas para su uso final, todos de longitud fija.
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Almacenar la información en bloques de longitud fija.
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Verificar la inalterabilidad de la información almacenada.
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Por otra parte, una moneda es un bien o activo (de allí que otros hablen de criptoactivo en lugar de criptomoneda) que es utilizado como medio de valor para el intercambio de bienes o servicios. Una moneda, para ser tal debe cumplir lo siguiente, de acuerdo a la teoría económica:
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Ser un medio de intercambio.
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Que pueda ser usada como unidad de cuenta
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Que conserve su valor en el tiempo.
A su vez, el valor lo posee y conserva siempre que:
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Sea emitida por una entidad central.
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Goce de legitimidad y confianza entre sus usuarios.
En el mundo de las criptomonedas las especificaciones técnicas del proyecto, tecnología utilizada y propuestas principales se dan a través de un documento técnico llamado Whitepaper.
El whitepaper del petro (al cual se puede acceder en el siguiente enlace: https://www.petro.gob.ve/files/petro-whitepaper.pdf) establece en su Base Tecnológica que el Petro se basa en las cadenas de bloques o Blockchain; esto es, tiene el componente criptográfico para ser criptomoneda. Hasta allí vamos bien.
Ahora, ¿es un medio de intercambio de bienes? Lo es, ciertamente. Lo vimos a finales del año 2019 cuando los usuarios pudieron, por primera vez utilizar directamente sus petros para intercambiarlo, principalmente por bienes de la canasta básica en los establecimientos que contaban con el sistema de Biopago del Banco de Venezuela.
La siguiente pregunta, ¿Es una unidad de cuenta? También, ya que para los servicios de la administración pública se está utilizando el Petro como unidad de medida para fijar ciertos precios. Por ejemplo, El Saime con la emisión de Pasaportes, entre otros entes que lo señalan para dar a conocer el valor de sus servicios.
Finalmente, el Petro también se ha utilizado como depósito de valor y vemos en su Whitepaper en la sección Precio, cuál es la técnica específica que utilizan para el cálculo de su valor.
En conclusión, podemos decir que el Petro es una criptomoneda (o criptoactivo, ¡es lo mismo!).
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Ahora quiero permitirme emitir algunas opiniones personales sobre el Petro.
Un aspecto fundamental, que no tocamos arriba en la parte técnica es la confianza. ¿En qué se basa la confianza en las criptomonedas existentes acutalmente? En varias cosas.
Una de ellas es la apertura del código en el cual se basa la criptomoneda. Aquí el Petro tiene la primera calificación negativa de mi parte, dado que por más que he buscado no encuentro un repositorio público con el código de la criptomoneda. Si algún lector sabe dónde está, por favor le agradezco me lo remita.
Es más. en la sección Descripción Técnica del Whitepaper vemos un cuadro que especifica lo siguiente:
Alojamiento: Github (private repo)
Es decir que el código es de uso privado. Esto, además de minar la confianza, contraviene la normativa legal vigente, ya que en su artículo 34, la Ley de infogobierno establece lo siguiente:
El desarrollo, adquisición, implementación y uso de las tecnologías de información por el Poder Público, tiene como base el conocimiento libre. En las actuaciones que se realicen con el uso de las tecnologías de información, sólo empleará programas informáticos en software libre y estándares abiertos para garantizar al Poder Público el control sobre las tecnologías de información empleadas y el acceso de las personas a los servicios prestados.
Los programas informáticos que se empleen para la gestión de los servicios públicos prestados por el Poder Popular, a través de las tecnologías de información, deben ser en software libre y con estándares abiertos.
Esto es, la base del desarrollo desde el estado debe tener como base el conocimiento libre. El Petro contraviene esta normativa. Sirva además la presente para hacer un llamado a la Sunacrip y demás organismos competentes a liberar el código del Petro y de las tecnologías asociadas a él, llamese explorador de bloques, monederos, etc.
La confianza de una criptomoneda también se encuentra en su método de consenso, que por el Whitepaper sabemos que es PoW + PoS. Si esto es cierto, (lo pongo en duda hasta que vea el código) entonces la escritura de los bloques en la cadena está asegurada y es más efectiva incluso que en el Bitcoin.
Otro aspecto negativo del Petro es su usabilidad. Pero esto no es sólo un problema del Petro sino de todas las criptomonedas. Por esta razón las principales criptomonedas no han tenido una penetración tan avanzada en la sociedad en general. Sería interesante que el Petro pueda hacer avances significativos en cuanto a facilitar su uso, más que todo porque quien primero ha gozado de su uso son las personas de la tercera edad, a quienes les ha costado un mundo entender cómo usar el Petro.
Finalmente, considero que, si se subsana el tema de la confianza y se masifica su uso a nivel micro y macroeconómico, la sociedad venezolana estará a la vanguardia en esta tecnología a nivel mundial.
No desaprovechemos la oportunidad. Una criptomoneda es la mejor expresión de poder popular, si se lo permite el gobierno.
[Este primer artículo quiero dedicarlo a la memoria de mi entrañable hermano de lucha y amigo Orlando José Mendoza Quiroz, a quien recuerdo con el mismo cariño y aprecio]
José Angel Contreras Gedler.
* El autor es mátemático, egresado de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, en Barquisimeto. Con estudios de postgrado en la Universidad Estatal de Moscú M. V. Lomonósov, en el área de seguridad de la información y Criptografía.