En los últimos tres meses del año pasado, la economía venezolana comenzó un proceso que puede incipientemente ser una especie de rebote, todavía no hay cifras oficiales sobre este fenómeno, pero más que un indicador es un augurio positivo entre las dificultades.
Previo a la elección de la nueva junta directiva de la Asamblea Nacional, también hubo lo que otros pueden llamar un proceso de rebrote de la enfermedad especulativa, el dólar paralelo subió vertiginosamente, paso de 48 mil Bs S a más de 80 mil en menos de un mes, coincidiendo con el pago del petroaguinaldo.
Los principales voceros economicistas de la burguesía financiera, en un alarde de cinismo y cretinismo han comentado que el Petro dispara la liquidez de bolívares, lo cual a su vez incrementa la demanda del dólar, por lo que el precio del paralelo tiene que subir. Afanosamente tratan de convencer al venezolano de que la culpa del aumento del dólar paralelo es del gobierno por haber pagado en Petros.
Sin embargo el fenómeno del aumento desmedido y criminal de la divisa no es la primera vez que sucede, este tipo de saltos o picos, está demostrado o por lo menos documentado, se dan cuando existen determinadas condiciones políticas, y es utilizado como un arma de guerra psicológica contra el pueblo.
La circulación del Petro va ayudar internamente a la economía venezolana, y puede convertirse en un salvavidas para la economía familiar, por eso la burguesía financiera e intermediaria, justamente la que más se ha beneficiado en estos 20 años de gobierno, ha comenzado un proceso para desacreditar la iniciativa del Petro, y hacerla fracasar.
Este boicot o sabotaje contra los planes económicos del gobierno, se plantea cuando ya se huele que la guerra término hace tres meses. La burguesía avariciosa y corrompida, aún va a continuar por unos meses más fregándoles la paciencia a los venezolanos con el aumento especulativo y sin lógica económica de la moneda gringa.
Incluso va a arreciar la guerra en la medida que se acerquen las elecciones parlamentarias, intentando incidir en los resultados electorales de la Asamblea Nacional, con la finalidad de lograr mejores condiciones ante la inminencia de la claudicación, que va a darse como una consecuencia práctica del fracaso político de la oposición que perdió cualquier posibilidad de acceder al poder por vías legales o electorales.
La aparición de la fiebre en 40 grados de la enfermedad especulativa, es una muestra del desespero que se ha apoderado del neo riquismo petrolero, que obtuvo fortuna expoliando a la industria petrolera a fuerza de venderle cachivaches y baratijas de todo tipo.
Si el miedo burgués es atroz imagínense el de los neo ricos ante la certeza de que la guerra ha entrado en una fase de armisticio y salvo conducto, en el que todos empiezan a buscar acomodo, y a tratar de mantener las comodidades y los lujos que han amasado a fuerza de robar y aprovecharse del sufrimiento del pueblo humilde.
El neo riquismo podría decirse es la enfermedad infantil del capitalismo expoliador y corrupto, buscando mutar a través del negocio de la compra con exenciones es decir sin pagar impuestos aduanales, de productos importados para vender a precios tres y cuatro veces más caros que en los mismos Market de Miami.
Es probable que los neo ricos hayan pedido conteineer de gorras y baratijas electorales para ofrecer en la contienda parlamentaria, tal vez esa misma ganancia sea utilizada para apoyar discretamente a quien se levante contra el gobierno, es probable que busquen una vía para tratar de usar el petro, y hacer mucho más dinero con la banca pública.
Es seguro que a medida que el petro pueda circular, y ayude a estabilizar el equilibrio monetario, y haya alguna mejoría en la economía, se les va a empezar a quitar la fiebre del dinero fácil por esa vía, y tal vez el componente especulativo de las divisas comience un proceso hacia la baja.
El gobierno bolivariano siempre tiene la opción de aprovechar las condiciones que van a nacer de la creación del ecosistema del Petro, para aumentar el salario llevándolo a un petro, y obligar al neo riquismo a entrar sensatamente en el juego del equilibrio monetario, no olvidemos que en una guerra las condiciones las impone el vencedor