Transición: De los precios de mercado A los precios sociales

Martes, 11/02/2020 10:16 AM

Ante la ausencia de un sistema transparente y eficiente, que consolide la confianza en el orden colectivo, las dinámicas especulativas asociadas a la incertidumbre del mercado corrompen toda confianza en el esfuerzo colectivo.

El mercado capitalista se auto-recrea y perpetúa, por su capacidad de corromper cualquier esfuerzo para administrar sistemas transparentes de indexación colectiva de valores, incluyéndose los morales; mientras, la dinámica del intercambio para la construcción del socialismo requiere de la transparencia, corresponsabilidad, eficiencia y productividad para consolidarse como estructura institucional y dentro de la consciencia colectiva.

Los precios, como sistema de indexaciones de valores colectivos y de las prioridades dentro de los mismos, son más que una cuestión de economía privada. Son herramientas políticas que definen quiénes obtengan qué, y cómo.

El sistema de precios del mercado se rige por un racionamiento excluyente, donde los mismos precios actúan como indexaciones de las prioridades de las élites económicas, corrompiendo e imponiéndose encima de los valores de las prioridades de la mayoría, por medio de la dinámica permanente de la apuesta entre los más pudientes.

En el sistema de oferta y demanda del mercado, quienes controlan los inventarios y/o su supuesta representación virtual -el dinero-, controlan y definen los precios; y quienes controlan los precios, también controlan la distribución de la productividad y riqueza social.

Por la vía del mecanismo de racionamiento del mercado, estos precios se imponen como las nuevas referencias de valores para el resto de la sociedad, reduciendo indirectamente sus capacidades adquisitivas y excluyendo a una masa importante; pero sin resolver el problema originario de la escasez.

Así que, dentro de la dinámica del mercado, los precios son las herramientas más sutiles de la distorsión y del gran fraude en la distribución de la productividad y la riqueza social, siempre a favor de las élites. Los precios del mercado son aún más efectivos y letales, que la misma propiedad privada, para perpetuarse como sistema de explotación.

Por lo tanto, se destaca la necesidad e importancia de instaurar un sistema alternativo para consolidar la transparencia y la administración social de los costos, precios e inventarios. Por medio de ellos, se aspira establecer la base de un sistema para la recuperación de una justa y digna distribución de la productividad social y con ellos, de la cohesión y la paz.

Transición:

De la especulación del mercado

hacia la administración social de los precios

El sistema de los precios sociales propuesto, con una visión de racionamiento incluyente, se fundamenta sobre la base de lograr la transparencia en la estructura de costos para todos los niveles en las cadenas de valores, respetando unos niveles de incentivos para promover la productividad y riqueza social. Además, cualesquiera de las indexaciones adicionales, sean en forma de subsidios dirigidos o de impuestos, son pensadas para satisfacer las prioridades de la gran mayoría de la sociedad y los planes del desarrollo nacional y especialmente, acelerar la inclusión de los excluidos.

Se entiende que, los precios no son valores absolutos; sino son indexaciones variables, relativas y mutuales de las cambiantes prioridades de los colectivos. Tampoco pueden ser tan volátiles como para adaptarse a las apuestas de los mercados financieros especulativos. Por lo tanto, el sistema no tiene la intención de imponer una camisa de fuerza sobre las variables de la economía real; pero sí, de controlar la dinámica especulativa y buscar la estabilización socio-económica y política.

Para que estas indexaciones sean relativamente estables, se requiere establecer un sistema común, transparente de indexación social –diferente al del mercado-, según las prioridades colectivas, basado sobre las realidades económicas.

Modo digital de producción y de control

Tecnológicamente, en el último medio siglo, la humanidad ha logrado un salto cualitativo en su capacidad de administrar los controles necesarios por medio de los sistemas de los procesamientos de informaciones digitales y de comunicaciones. Éstos nos facilitan unas herramientas que no estaban disponibles anteriormente, para avanzar en la construcción de un orden social más equilibrado, incluyente y cohesivo.

Ahora, desde la perspectiva del materialismo histórico, consideramos que en esta etapa del desarrollo del conocimiento; quienes controlan la tecnología digital; controlarían las relaciones productivas.

Por lo tanto, se piensa que la dinámica de esta etapa del conflicto histórico puede manifestarse entre: 1) la soberanía del Estado Social y; 2) el neocolonialismo expresado en la imposición de la hegemonía del Sistema Financiero Global.

Uno de los espacios de este conflicto, es para definir quiénes controlan el manejo de la tecnología del dinero digital centralizado, y a favor de quiénes: 1) los bancos centrales de los estados naciones (dinero digital del Banco Central) o; 2) la banca hegemónica del Sistema Financiero Global.

Otro espacio de este conflicto, es para definir quiénes controlan la distribución de la productividad social: 1) si los estados naciones lograran instaurar un sistema digital, inteligente y justo por medio de un sistema transparente de costos y precios y del manejo de los inventarios o; 2) la incertidumbre de las apuestas de los especuladores del mercado, quienes seguirían definiendo las modalidades y los ritmos del saqueo de la productividad social.

El sistema digital colectivo es la estructura para la transición

Para lograr la transición hacia la administración social de los precios y de los inventarios, se requiere de un sistema digital de planificación centralizada para la transparencia y eficiencia en el manejo de la recaudación, procesamiento y administración de los datos económicos. Esto nos permitiría obtener y controlar unas herramientas para la estabilidad en el suministro de los productos y servicios como en los precios.

¿Y cómo lograr esta transición?

Hay que separar el poder vinculado al dominio del agente económico, en la imposición de precios.

Pero… ¿Cómo?

Amarrando digitalmente los precios a las mercancías.

Pero… ¿Cómo?

Por medio del control del dinero digital – PETRO (el dinero programable será el corto-circuito)

Además, ¿cómo se pueden definir los precios sociales?

Para lograrlo, el requerido sistema digital se basa en tres partes estructurales y complementarios:

1) Sistema de contabilidad digital: único, universal, centralizado;

2) Dinero digital y;

3) Factura digital pre-autorizada

Para llevar a cabo, el sistema de contabilidad digital, única, universal y centralizada es necesario que el SENIAT se transforme en la entidad que registre todo el intercambio económico -por medio de una factura digital fiscal- dentro del sistema informático nacional de recaudación de impuestos. Para lograr la transparencia, eficiencia y equidad, se requiere estandarizar los sistemas contables y por eso es preciso que dicho sistema sea único, universal y centralizado. Esto implica que hay que facilitar que cada persona natural o jurídica, identificada con su RIF, pueda conectarse directamente al sistema de contabilidad digital de manera gratuita, donde se registran todos los movimientos correspondientes a las actividades económicas en la cuenta asociada a cada RIF, incluyendo toda forma de subsidio y/o programa social, tal como salud, educación, vivienda, entre otros…. Ello nos permite obtener un valor agregado como la capacidad de medición transparente y real del ingreso integral.

Con la cantidad de información que se puede recoger por medio de este sistema, la Nación tendría una base de datos exhaustiva para generar una imagen transparente de las estructuras de costos de todos los encadenamientos productivos. Con esto, se eliminan todos los espacios para las manipulaciones y especulaciones, confiriendo claridad para la formación de los precios sociales y en la existencia real de los inventarios. Además, entre otros beneficios, se puede eliminar la evasión fiscal, llevar a una evasión cero, permitiendo una mejor planificación presupuestaria.

La segunda parte estructural del sistema es el dinero digital. El sistema monetario ha sido una herramienta para facilitar y su ausencia para dificultar el intercambio social. El dinero digital de hoy, es aún más eficiente, para condicionar la ejecución del intercambio social y para satisfacer el orden social colectivo. Con el dinero digital se puede programar para amarrar el pago a unas condiciones, tal como las especificaciones y la calidad definida del producto y/o al precio (máximo y/o mínimo). Así que, condicionando el pago para respetar los precios sociales máximos, que surgen del análisis de las estructuras de costos recogidos por el sistema de contabilidad digital, permite eliminar la tendencia especulativa del mercado y proteger las capacidades adquisitivas de la población. Esto requiere de la masificación del dinero digital y la reducción del dinero físico, anónimo y autónomo.

La masificación del PETRO ayudaría mucho en la construcción de este sistema. Sin embargo, es necesario integrar y amarrar su uso con la factura digital fiscal, eliminando la posibilidad de que el PETRO se convierta en otra moneda anónima, autónoma, divorciada de la realidad económica y transformarse en otra mercancía para la especulación, distorsionando su razón de ser como herramienta para las mediciones de valores comparativos y de la indexación de prioridades colecticas, tanto como base para la estabilidad monetaria, social y política.

La tercera parte del sistema es la factura digital fiscal en tiempo real. Éste es el instrumento que permite recoger toda la información para la formación de la estructura de costos y la administración de los inventarios y además, garantizar el amarre contable de los precios pre-determinados a las mercancías, antes de poder lograr el cobro por medio del dinero digital.

Probablemente, la manera más sencilla para visualizar el sistema propuesto, será con alguna experiencia o algún plan piloto. Se piensa que el sector farmacéutico, por su naturaleza, altamente estandarizada, codificada y controlada en todas las cadenas de valor, desde su importación hasta su comercialización, será el más idóneo para implementar un plan piloto. Con el PETRO en circulación, la facturación digital fiscal centralizada dentro las mismas cadenas de distribución de fármacos; sólo se requiere que el SENIAT asuma la iniciativa de un rol protagónico y logre integrar el sistema contable de este sector al propuesto sistema de contabilidad digital, único, universal, centralizado. Esto implica, sin duda, que el sector farmacéutico público corra la misma suerte, logrando así el control de la corrupción pública.

Otros espacios para experimentar con planes pilotos, podrían ser los sectores públicos y estructurales de la economía nacional y las empresas estatales, tal como PDVSA, Pequiven, CVG, CORPOELEC,… donde con la implementación del sistema de contabilidad digital, único, universal, centralizado; la factura digital fiscal conjuntamente con el dinero digital –el PETRO-; se puede lograr el control de la corrupción, recuperar la eficiencia y la productividad de estos sectores y reactivar las pequeñas y medianas industrias aguas abajo. Incluir al sector público en las etapas iniciales ayuda para reafirmar la voluntad política sincera de construir el socialismo y neutralizar los argumentos del sector privado.

El grado de confiabilidad en un orden colectivo hace la diferencia en promover o no un modelo social. La confiabilidad en un sistema depende de su nivel de transparencia, corresponsabilidad, eficiencia y productividad. El modo de producción y control digital es lo más indicado en esta etapa, para lograr un salto de confiabilidad en la construcción del socialismo como modelo para la cohesión y la paz.

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