Amistades que matan

Sábado, 08/08/2020 01:08 PM

Una buena amistad puede sacarlo a uno de un aprieto, incluso una muy buena puede, actuando con premura y de buena fe, evitarle un grave daño. Pero, lamentablemente, también hay amistades que matan…

Hay quienes se presentan como amigos de Venezuela y promueven sanciones, bloqueo, ataques, golpes de Estado fascistas, dictaduras más o menos disfrazadas, terrorismo, vandalismo… y hasta son capaces de quemar personas vivas y lanzar bombas de "puputov"… Han llegado hasta a solicitar una invasión extranjera y pretender instalar un gobierno títere, a (in)conciencia, valiéndose de sus otros amigos mafiosos y criminales del Norte y sus primos más pobres o más serviles, más lejanos o cercanos de aquellos, en este mundo y del inframundo. Estos amigos han estado siempre dispuestos a hacer todo el daño posible, con tal de lograr su propósito, que hemos podido constatar es mezquino y egoísta. Son los mismos que llaman intervención humanitaria hacer una guerra al país. ¡Puede acaso concebirse siquiera tal despropósito! Pues sí, evidentemente, hay amigos que matan.

Hay amigos también, que estando en buena posición; en la que pueden y deben tomarse decisiones que afectan la vida de muchos, retrasan o evaden su responsabilidad durante una vida -qué digo una, muchas vidas que se pierden-, mientras uno ve con alarma e impaciencia cómo empeoran los problemas y amenazan con hacernos explotar y saltar a todos por los cielos, quizás para acercarnos al mismo; esto seguramente es la intención de este buen amigo. También estas son amistades que matan.

Por ello, es mejor destinar el trato de amigos estrictamente al momento de las celebraciones personales y privadas; fuera de este contexto, hay que dar a cada quien el trato que se merece. Esto precisamente es lo que llamaban los antiguos Justicia. Y hacer justicia es precisamente una de las responsabilidades principales de gobierno. Y la justicia debe ser pronta u oportuna. A nadie sirve ya la justicia, cuando llega tarde. Es como un amigo que se presenta sólo en las ocasiones que no le necesitan. Los amigos se comprueban en los momentos difíciles.

Y momentos difíciles son los actuales; por ejemplo, ahora que los salarios son bajos y no le alcanzan a nadie, por más sencillos o modestos que sean sus hábitos de consumo. Cómo se puede hacer para recomponer el poder adquisitivo de los salarios y reiniciar la tendencia de crecimiento. Cómo estimular suficientemente la economía real y abandonar la inclinación especulativa en el sector privado. Qué pueden hacer los amigos, por ejemplo, ahora que fugaron las reservas internacionales y se contrajeron deudas inexcusables sin que paguen los responsables. Qué pueden hacer los amigos en Pdvsa y otras industrias básicas, luego de directivas que hicieron del robo un oficio. Qué se puede hacer ya para aliviar los problemas de los venezolanos… Seguro hay mucho que se pudiera hacer; hay tanto que hacer… Pero hay que hacerlo ya, no podemos dejar como antes que los problemas nos superen y se impongan al final, haciendo la vida a la mayoría una dolorosa penitencia. No hay derecho amigo.

Por último, un consejo de amigo, este 6 de diciembre, vota. Por quien tú quieras, pero vota.

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