Basta de tanta usura y especulación por parte de quienes se han dedicado a lucrarse a costa de las necesidades del pueblo, es hora que regresen las medidas mínimas de sanidad aplicables a expendedores de alimentos y medicinas, debe regresar el precio máximo de venta al público (PVP) en los empaques de los productos en los distintos rubros y presentaciones, los productos cárnicos y proteínas deben ser regulados para que lleguen al pueblo, es hora que los alimentos salgan de las calles y regresen a los anaqueles de los supermercados, (el buhonero no debe vender comida ni medicinas) es hora que la usura desaparezca (sanciones severas para los culpables), es hora de exigir facturas y controlar los niveles de ganancias (seguimiento y control), es hora de "verdaderas alianzas estratégicas" que permitan reimpulsarnos económicamente como país socio productivo y autosustentable, enmarcado en la producción y llevarla a los niveles más altos, incluso en el mercado internacional, es hora que se acabe esa carrera inalcanzable que tiene el Bolívar tras el Dólar y que se avance a una economía monetaria de iguales con la creación de una moneda paritaria uno a uno sustentada en nuestras riquezas naturales un Bolívar- Un Dólar
¿Para que sirven tantas alianzas políticas si nuestro país se hunde en la miseria?
El acercamiento con una de las potencias económicas más importante del planeta (quizás la primera) como lo es China y con potencias como Rusia, La India, entre otras, debería llevarnos a acelerar procesos que nos permitan empinarnos y salir de esta marcada crisis.
Se hace necesario también impulsar alianzas estratégicas (Ganar-Ganar) con países potencias en el ramo textil y del calzado, no solo que nos vendan sus productos terminados, sino que se piense y actúe en un plan de inversión a corto, mediano y largo plazo aquí dentro de nuestro suelo patrio, donde se incorpore la tecnología para la fabricación de máquinas y la preparación de la mano de obra venezolana sin la visión del explotador.
A mi Venezuela debe regresar la norma, debe regresar la ley, debe regresar el orden, no puede ser que la crisis solo sirva para avalar la especulación, es hora de ponerle coto a tanto desorden y retomar el sueño de un pueblo para la construcción de una patria libre y soberana como bien lo reza nuestra constitución enmaracada en los principios de solidaridad, igualdad, respeto y reciprocidad.
También se hace necesario reimpulsar el Convenio Cuba-Venezuela para retomar con mayor fuerza el tema de la salud como derecho irrenunciable de los pueblos, revisemos cada uno de los acuerdos y reimpulsemos o retomemos los que sean necesarios, el deterioro de algunos equipos médicos, falta de insumos y la ausencia de repuestos ha llevado al deterioro de algunos servicios vitales como Ecosonogramas. Rayos X, Ecocardigramas, densimetría ósea, oftalmología, odontología, entre otros.
Vamos a sacarle provecho a nuestros recursos naturales de los que tanto hacemos mención (como parte de nuestras riquezas) pero que aún no han sido explotadas como el caso del Coltán, Oro, Diamante, Uranio, entre otros.
Para los que no le llega la crisis venezolana producto de las sanciones a sus hogares les informo:
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En cuanto a alimentos lo único económico y comprable por la gran mayoría del pueblo que nos llega es la caja Clap (subcidiada)
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Cada aumento de sueldo o bono se lo lleva para sus bolsillos el especulador.
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Los Frecuentes apagones han ido deteriorando los aparatos electrodomésticos y los bajos ingresos además de los repuestos incomprables y la mano de obra dolarizada que hasta por solo revisar te quieren cobrar en dólares, no permiten repararlos.
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Los calzados ya se agotaron y hemos regresado a los remiendos, ahora abundan los zapateros remendones, la compra de calzado se volvió como un imposible y quienes más o menos logran comprar alguno terminan estafados con calzados de muy mala calidad.
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La ropa es la misma vieja, ya los pantalones y camisas están muy decolorados y no aguantan un parcho o una costura más.
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Quienes salen a comprar son los pocos que tienen la ventaja de tener un familiar fuera de Venezuela (sin mencionar de que están trabajando), al menos le alcanza para mandarles algo de dinero.
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Comprar un pote de pintura para retocar la casa también es un imposible, los precios elevadísimos solo les permite ese lujo a la clase pudiente y a los nuevos ususreros que viven de estafar al pueblo.
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La falta permanente de agua no permite ni siquiera en buen aseo personal sin contar que solo un jabón de tocador cuesta una quincena de salario de un empleado público y debes definir si con la quincena compras medio cartón de huevos o algún artículo de higiene personal.
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Los que trabajamos en Caracas y vivimos en ciudades dormitorios debemos calarnos el malandraje descarado de los dueños de las líneas de transporte que cada día aumentan el costo del pasaje de manera desproporcionada con referencia al poder adquisitivo y de paso venden el efectivo en dólares por debajo de precio del día para que los pasajeros les retornen el pasaje. (El negocio del momento).
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Enfermarse también es un lujo, ya en los ambulatorios y hospitales no te colocan ni una inyección, todo lo debes comprar desde una inyectadora hasta el salbutamol que se usa en gotas para el asma, aunado al tema de la pandemia producto del Covid-19
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La recolección de desechos se ha hecho menos frecuente y la invasión de moscas, mosquitos, sancudos, cucaracahas se ha convertido en algo común, con los riesgos que esto acarrea para la salud.
Entendidos estamos los venezolanos consientes que llevamos la patria en la sangre, de que la grave crisis se debe a las sanciones económicas impuesta por los Estados Unidos que se cree dueña del mundo y se abroga el derecho a pisotear soberanías sin importar cuánto daño le hacen a la humanidad, y en nuestro caso con el agregado de una serie de lacayos apátridas con el caradurismo de llamar incluso a invasiones y robar con complicidad imperial los recursos de nuestra amada nación, a ellos la historia se lo cobrará.
Quienes estamos aquí resistiendo día a día este cruento ataque con la frente en alto y el pecho erguido, reconocemos sus grandes esfuerzos presidente Nicolás Maduro para apalancar la crisis, pero dejamos aquí nuestro aporte como pueblo que demanda, producto de sus sufrimientos, de acertadas políticas económicas basadas en la productividad y que nos impulsen de manera definitiva y firme a ser garantes de nuestra propia economía produciendo lo que consumimos para consumir lo que producimos.